Los 'nuevos' sonidos de la Macarena
Patrimonio
La familia Mendoza acaba de terminar la restauración de las campanas de la basílica · La intención de la hermandad es que se puedan contemplar en el atrio antes de ser colocadas de nuevo en la espadaña.
Con un aspecto y un sonido completamente recuperados, las cuatro campanas de la espadaña de la basílica de la Esperanza Macarena vuelven a lucir en todo su esplendor. Antonio Mendoza y sus hijos, Jesús, David y Antonio, han terminado ya la restauración de las piezas en su taller del Patio de los Naranjos del Salvador. A principios de semana, serán trasladadas al templo macareno para ser colocadas en el atrio de entrada para que todos los hermanos y devotos puedan contemplar el trabajo de recuperación antes de que vuelvan a ser colocadas en su lugar habitual.
Pero antes de eso, y por unos días, las campanas se han podido ver en casa de los Mendoza, en el Salvador. "A mi me gusta que estén unos días aquí antes de que se las lleven". La que más luce es la mayor de todas, Sor Ángela de la Cruz. Tiene labrada la leyenda Esperanza Macarena, ruega por nosotros, pesa unos 500 kilos y es la más nueva. Fue colocada en el año 1992 cuando se amplió la espadaña con motivo de la Exposición Universal, de la que formó parte la basílica como uno de los anexos del Pabellón de Sevilla. Las otras tres, Nuestra Señora de los Dolores, Santa Joaquina y Santa Victoria, son originarias de 1949. "Las hizo mi padre cuando se construyó la basílica", explica Antonio Mendoza.
Las campanas fueron retiradas de la espadaña a mediados del mes de marzo y, en apenas un mes, los Mendoza han conseguido devolverle todo el lustre y dotarlas de los sistemas más modernos e innovadores, sustituyendo todo lo anterior que se encontraba en un estado muy precario de conservación: "Se les han puesto todos los yugos nuevos, se les han cambiado los motores reductores antiguos por unos nuevos electrónicos que vienen de Holanda, se han renovado todos los sistemas en acero y las tuercas de presión y ejes. Ahora se limpiarán y veremos los argollines de los badajos para cambiarlos si estuvieran malos". A partir de ahora, todo el funcionamiento será automático y se activará mediante ordenadores y mandos a distancias.
Después de tres o cuatro días de trabajo de reposición, las campanas volverán a funcionar con total normalidad. "Yo pienso que las campanas donde tienen que estar es en lo alto de los campanarios, no en el suelo, así que en cuanto podamos se colocarán". Los Mendoza firmarán con la hermandad un contrato de mantenimiento para que en años sucesivos las piezas luzcan en perfecto estado de revista: "Durarán toda una vida si se conservan convenientemente y se hacen revisiones periódicas".
El siguiente trabajo de los Mendoza será en la Sagrada Familia. También andan en conversaciones con el párroco de San Lorenzo. Y en una semana, se trasladarán a la aldea de El Rocío. "Hay que revisarlo todo allí y las campanas de la ermita". Antonio Mendoza y sus hijos son los responsables del 90% de los campanarios de Sevilla, Huelva y Cádiz: "También tenemos algo en Córdoba, pero menos. Estamos todo el día de un lugar a otro. Nos vamos repartiendo".
Las mejores campanas, asegura el patriarca, las tienen en su casa, la Colegial del Salvador. "Me gusta mucho como suena esta grande de la Macarena, Sor Ángela. En la Giralda también las hay muy buenas".
Y para los curiosos un detalle: los Mendoza han colocado una cabrilla a la campana mayor como marca de autor.
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