El nuevo mapa de la botellona en Sevilla
Las concentraciones de jóvenes bebiendo en la calle aumentan desde el fin del estado de alarma, y sobre todo, tras el final de curso
La Policía Local trata ahora de reforzar los dispositivos durante los días entre semana
El fin del estado de alarma en Sevilla parece haber venido acompañado de un incremento de las botellonas. No se trata en su mayoría de grandes concentraciones de jóvenes al estilo clásico de hace años en zonas como la plaza del Salvador o el entorno del río, sino de grupos más bien pequeños de personas que se reúnen no sólo en el centro de la ciudad, sino también en los barrios. Beben en la calle, y esta práctica a veces viene acompañada de peleas, actos vandálicos y problemas de convivencia. El fin de curso, y con él la llegada del tiempo libre para muchos jóvenes, ha provocado un repunte de este tipo de reuniones en la vía pública, para desesperación de los vecinos, que insisten a diario en llamar a la Policía Local para que acuda a disolver cada reunión.
El Ayuntamiento de Sevilla mantiene activo un dispositivo policial contra la botellona, que se centra en las noches de los fines de semana y que cuenta con aproximadamente un centenar de agentes de la Policía Local, distribuidos en unas 40 patrullas, según indicaron a este periódico fuentes municipales. Sin embargo, se ha observado que la botellona ha dejado de ser un problema de los fines de semana y se está dando con cierta fuerza también en los días laborables, sobre todo a raíz del fin de curso.
El objetivo de la Policía Local, añaden las fuentes, es reforzar ahora la presencia por las noches de determinados días entre semana. Las jornadas en las que se han detectado más botellonas son los miércoles y los jueves. Aproximadamente, desde abril de 2020 hasta ahora ha habido unas 12.000 sanciones por consumo de alcohol en la vía pública, lo que ha supuesto un récord absoluto desde que entró en vigor la ley antibotellón, en otoño del año 2006. El año pasado se cerró con más de 7.000 denuncias sólo en Sevilla capital, cuatro veces que en 2019 y superando de largo el resto de años anteriores. En ello tuvo mucho que ver la pandemia del covid-19, pues la Policía reforzó mucho sus intervenciones contra la botellona, principalmente por cuestiones sanitarias, para tratar de reducir los contagios del coronavirus en un momento en el que todavía no había empezado la campaña de vacunación.
El año 2021 también está siendo fuerte en cuanto a multas. El fin del estado de alarma dio paso a un estado de euforia entre la juventud y se vieron, el primer fin de semana sin restricciones, imágenes de aglomeraciones y fiestas en puntos como la Alameda de Hércules y otras zonas del centro. En los meses de mayo y junio ha habido 429 actuaciones de la Policía Local contra la botellona. De ellas, 328 fueron denuncias. El resto, 101, se tradujeron en informes o partes informativos.
Fuentes policiales explicaron a este periódico que en las últimas semanas hay dos puntos de la ciudad principalmente afectados por la botellona. Uno es Los Remedios, con distintos lugares afectados. El principal es el campo de la Feria, donde decenas de jóvenes se reúnen casi a diario para beber y donde la Policía suele acudir con cierta frecuencia por llamadas de los vecinos de los bloques cercanos, sobre todo cuando hay algún vehículo con la música a gran volumen, lo que se conoce como coches discoteca. También se han detectado focos de botellona en los aparcamientos de la Feria, cerca de la avenida de Blas Infante, y, con menor fuerza, en el Parque de los Príncipes. Ya antes de la pandemia, este espacio verde se había convertido en una sede idónea para realizar botellonas para los jóvenes que venían del Aljarafe a divertirse a Sevilla, dada su cercanía con el Metro.
Otro lugar muy perjudicado por esta movida juvenil es la zona de Madre de Dios y Los Pajaritos, donde recientemente la Policía Local ha tenido que disolver grandes reuniones de personas, con más de cien participantes en algunas ocasiones, y donde los vecinos piden una actuación contundente contra los coches discoteca, que toman algunas plazas a diario, con las consiguientes molestias. A estos dos lugares hay que añadir la zona de Palmas Altas, donde se había detectado también un foco de botellona, pero que parece haber remitido en los últimos días.
En el caso de Los Pajaritos y Tres Barrios, los vecinos han presentado numerosos escritos de protesta ante el Ayuntamiento. Aseguran que ni con tapones en los oídos ni con las ventanas cerradas a cal y canto pueden dormir cada noche desde hace meses, justo desde que acabó el estado de alarma. La desesperación vecinal es absoluta debido a varios coches-discoteca que vienen todos los días de la semana y ponen los altavoces con música a toda pastilla de lunes a domingo desde las once de la noche a las siete de la mañana sin interrupción, según denunció a este periódico Salvador Muñiz, presidente de la asociación de vecinos Tres Barrios.
Los vecinos, que amenazan con organizar patrullas ciudadanas, aseguran que incluso varios autobuses privados están trayendo a grandes cantidades de personas de fuera del barrio a estas plazas. El problema afecta a los vecinos de las plazas Doctor Andreu Urra, el entorno de la parroquia de la Blanca Paloma, la calle Candelilla, la plaza de la Galaxia y las inmediaciones del mercado de la Candelaria. Quienes participan de estas botellonas son adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes, pues los residentes explican que hay desde menores de edad hasta personas que ya han cumplido los cuarenta años.
Esta ha sido una de las zonas de la ciudad en las que más intervenciones de la Policía Local se han registrado en los últimos meses, con dispositivos preventivos y también con muchas denuncias por infringir la ley antibotellón. Desde marzo ha habido tres grandes operaciones. El día 1 de ese mes fueron denunciados 60 jóvenes que participaban en una gran botellona junto al mercado de la Candelaria. El 22 de mayo la Policía Local multó a otros 107 jóvenes en el mismo lugar por unos hechos similares. La tercera intervención se produjo el 5 de junio, cuando fueron identificadas y denunciadas 124 personas.
La última acción policial contra las molestias y ruidos de la botellona se produjo el pasado jueves, 1 de julio, a las siete y media de la mañana. La Policía Local intervino dos vehículos discoteca, que utilizaban una decena de jóvenes en la calle Galaxia, delante del mercado de la Candelaria. Los diez chicos fueron denunciados por consumir bebidas alcohólicas en espacios públicos y los coches fueron retirados y trasladados al depósito de vehículos. La hora de la intervención, las 7:30, da una idea de la desesperación que puede sufrir un vecino de la zona, que tiene que soportar música a todo volumen durante toda la madrugada de un día laborable.
No son éstos los únicos sitios afectados. La botellona es un problema general que padecen casi todos los barrios de la ciudad y rara es la zona de Sevilla desde la que no se llama a la Policía Local pidiendo que acudan a disolver algún encuentro de jóvenes bebiendo en plena calle. Incluso en plena tarde y en lugares que no habían sufrido este problema en bastante tiempo. Esta misma semana hubo avisos desde el parque infantil de la calle Sinaí, donde un grupo de jóvenes, la mayoría de ellos menores, llevan varios días reuniéndose a beber y fumar porros durante las tardes. A estas molestias se le une el riesgo de accidente, pues en alguna ocasión han roto alguna botella y dejado los cristales en una zona en la que habitualmente juegan niños pequeños.
Otro parque en el que se suceden con frecuencia este tipo de reuniones molestas es el del Guadaíra. La asociación Parque Vivo del Guadaíra ha denunciado varias veces en las últimas semanas a través de las redes sociales el estado de suciedad en el que queda el espacio verde tras la celebración de algún encuentro de jóvenes.
“Botellona todas las tardes, cristales rotos, árboles maltratados, perros heridos, coches sin control. Esto es lo que está pasando en el parque Palmas Altas Sur, a lo largo del nuevo cauce del Guadaíra, dejado de la mano de nuestro Ayuntamiento y de los cuerpos de seguridad”, denunciaba la asociación en las redes sociales el pasado 7 de junio, y publicaba una serie de fotos de restos de cristales y daños en los árboles del parque. Además, la entidad daba cuenta de un suceso ocurrido a principios de junio, cuando un coche que se dio a la fuga atropelló el perro del pastor que frecuenta las orillas del río. Según la asociación, “tres personas llamaron a la Policía Local, que tiene muy cerca una comisaría, pero nadie apareció”.
Tampoco el centro se libra. La plaza de Santa Isabel es escenario habitual de concentraciones de jóvenes de jueves a sábado y el mercado de la calle Feria y los callejones del entorno suelen sufrirlas desde el miércoles hasta el fin de semana, según aseguran desde la asociación de vecinos San Marcos, que denuncia también la falta de medios de la Policía, que no siempre puede atender las llamadas al 092. Lo mismo ocurre en el entorno del río, sobre todo en la calle Radio Sevilla, un lugar históricamente afectado por el problema. Plaza de Armas, Viapol, Pino Montano, la Macarena, la Raza o el Tiro de Línea son algunas zonas más afectadas por la botellona en las que ha tenido que intervenir la Policía recientemente.
El Ayuntamiento adelanta el cierre de los Jardines de Murillo
El Ayuntamiento de Sevilla ha decidido adelantar el cierre de los Jardines de Murillo en dos horas, para protegerlos así de los efectos de la botellona. En las últimas semanas se ha detectado un repunte de las reuniones de jóvenes bebiendo alcohol en este espacio, que se había traducido en un incremento del vandalismo y la suciedad en uno de los entornos más bellos de la capital andaluza. Precisamente para proteger los jardines, el Ayuntamiento decidió ayer que el cierre de los mismos se hará a partir de ahora a las diez de la noche. En horario de verano, lo habitual es que los jardines estuvieran abiertos hasta las doce de la noche, como el resto de parques de la ciudad. Durante la noche del viernes al sábado, la Policía Local también mantuvo abierto un dispositivo en el entorno del mercado de la calle Feria, en concreto en la calle Calderón de la Barca, para evitar botellonas. Este servicio estuvo en marcha desde la medianoche hasta las tres de la madrugada.
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