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¿Quién es quién en el nuevo gobierno de Espadas?

Política municipal

Seis de los ediles de Espadas se estrenan

Dos de los que repiten son claves y otros dos han crecido

El fin es recuperar algunos nombres del pasado mandato

La candidatura de Espadas para estas elecciones municipales.
María José Guzmán

09 de junio 2019 - 04:59

Hace cuatro años, Juan Espadas se enfrentó a dos problemas a la hora de armar su gobierno municipal:eran pocos y muchos de ellos con dudosa capacidad para algunos cometidos. Esto último era la consecuencia de la forma en la que el PSOE elabora las listas, el equilibrio impuesto para que sean cremallera y contengan una representación de todas las agrupaciones socialistas. Ya en 2011 la licencia de Espadas para meter en los puestos de salida a independientes, pensando en un equipo válido para gobernar, le salió rana. Y en las dos últimas ocasiones ha asumido otras composiciones, sin querer hacer ruido. Su última lista es todo un ejemplo de cirugía política, donde ha intentado quedarse con lo mejor dentro de las necesidades de integrar familias y territorios sin perder su núcleo duro y evitando fallos de 2011. De hecho, entre los concejales electos hay dos sanchistas: Francisco Páez y Carmen Fuentes.

Espadas, tras tomar posesión, intentará recolocar en la estructura directiva municipal a algunas piezas que forman parte de un equipo engrasado y que funciona. Es el caso de Carmen Castreño, número 2 en 2015, con peso en la gestión y que esta vez quedó excluida de la lista de su agrupación, Triana. Y también Miryam Díaz, otra de las concejales del pasado mandato y que ha ejercido de portavoz de una acertada campaña electoral del PSOE. Tiene buenas dotes para la coordinación y en los últimos meses fue nombrada delegada adscrita de distritos y desconcentración.

Lo cierto es que Espadas tiene a doce concejales a los que encomendar una tarea, dos más que permitirán repartir más las áreas. Sigue contando con dos de sus pilares en el pasado mandato: Antonio Muñoz y Juan Carlos Cabrera. Uno para cada extremo de esa Sevilla dual.

El anterior mandato lleva el sello de Antonio Muñoz, que representa el lado más moderno y vanguardista del gobierno de Espadas. Su gestión, que genera filias de todo color, es valiente y destaca por haber liderado la estrategia de promoción internacional y captación de grandes eventos, así como el crecimiento del sector turístico. También ha logrado desbloquear grandes proyectos urbanísticos enquistados durante mucho tiempo, aunque todavía queda mucho por hacer en la Gerencia de Urbanismo. Y ha desarrollado la mayor programación culturl en mucho tiempo en la ciudad, que cuenta con más equipamientos que nunca y vive un momento dorado en este ámbito.

La labor de Juan Carlos Cabrera ha permitido resolver grandes problemas en las dos fiestas mayores de la capital, Semana Santa y Feria, y coordinar dispositivos con innovación. Ha lanzado en cuatro años una convocatoria de 207 plazas de la Policía Local e iniciado un plan de aparcamientos.

Ambos acaparan bastante poder con áreas claves en la ciudad (Urbanismo, Turismo, Cultura, Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores). Una sobrecarga a la que se han acostumbrado y quizás les cueste desprenderse de algunas. Pero hay quienes defienden que los cambios son necesarios.

Clave también ha sido el trabajo de Juan Manuel Flores, tan silencioso y discreto como el propio concejal, pero no por ello menos destacado. Estableció el pasado mandato un protocolo antidesahucios y ha liderado la recuperaciónd e la política social de vivienda. También ha implantado medidas sociales como los comedores escolares, los protocolos contra la pobreza energética o los nuevos dispositivos para personas sin hogar. Y, como delegado ded Empleo, ha recupeardo programas y servicios de empleo municipales.

Y destacado es también el papel de Adela Castaño, una edil cuyo encaje en los primeros años (lleva desde 2011) fue complicado pero a la que avala ahora su buen hacer al frente de la gestión de los colegios, coordinando un plan de inversiones de cinco millones anuales. También ha recuperado políticas de memoria histórica y ha coordinado programas de participación desde los distritos que han permitido que la mitad de las inversiones sean decididas por las entidades.

Hay una concejal nueva con claro perfil feminista y otros dos con respaldo y experiencia orgánica

Con un perfil mucho más bajo entraron en la corporación anterior David Guevara y Clara Macías. Y es justo reconocer que en los últimos meses han crecido bastante con nuevas responsabilidades al frente de parques y jardines, que urgía un plan para el arbolado de la ciudad, y recursos humanos. Ya van con el rodaje necesario. Guevara ha logrado reordenar el modelo de gestión de las instalaciones deportivas y relanzado grandes eventos y circuitos populares, que han alcanzado cifras de récord. Y Macías, que desde el distrito Macarena ha liderado proyectos como el proceso de participación ciudadana para la remodelación de la Avenida de la Cruz Roja, se atribuye el mérito de haber ampliado la RTP de los servicios sociales y los centros integrales de atención a la mujer.

La incorporación de Sonia Gaya como número 2 se interpretó como una necesidad del partido de dar salida a los consejeros de Susana Díaz tras las elecciones autonómicas. Pero su carrera apunta que encaja bastante bien con el estilo de trabajo de Espadas. Solvente, comprometida y trabajadora y muy seria, “en el sentido más noble de la palabra”, apuntan quienes han colaborado con ella en la Junta. Proviene del mundo sindical y antes fue profesora de Secundaria. Ahora es diputada autonómica por el PSOE, cargo que abandonará para centrarse en el Ayuntamiento, según el compromiso adquirido.

Se espera un papel destacado de Francisco Páez, socialista crítico. Herida cosida, este abogado en ejercicio aporta su trayectoria como experto en Derecho urbanístico y en recursos humanos.

Entre el resto de concejales socialistas sobresale también el currículum de Nani Aguilar, psicóloga clínica con experiencia en el campo de las adicciones y también con un pasado de gestión en la Junta, donde, entre otros cargos, ha sido directora general de Violencia de Género y Asistencia a Víctimas. Y también jefa de Gabinete del Instituto de la Mujer. Es uno de los perfiles más feministas del gobierno, en el que también habrá dos concejales con amplio respaldo y experiencia orgánica, como es el caso de Juan Antonio Barrionuevo, secretario general de Pino Montano, su barrio, y que como Carmen Fuentes, secretaria de la agrupación de Bellavista y también con experiencia en la administración, empezaron en política jóvenes y desde muy abajo. Marisa Gómez destaca por su vinculación al mundo asociativo.

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