Elecciones en la US: el estatuto que restringe los candidatos
Universidad
Los comicios para ser rector han de celebrarse en el primer trimestre de 2025
Las nuevas condiciones para ocupar el cargo impiden al único aspirante confirmado presentarse
Manuel Marchena: "El nuevo estatuto de la US está pensado para que no me pueda presentar a rector"
Las elecciones en la Universidad de Sevilla (US) para ser rector vendrán marcadas en 2025 por dos condicionantes: la reforma universitaria (LOSU) emprendida por el Gobierno de Pedro Sánchez y el nuevo estatuto de la US que se adapta a esta ley, el cual se encuentra en proceso de aprobación. El primer factor establece el sufragio universal ponderado, una novedad en la Hispalense, donde hasta ahora este derecho quedaba restringido al claustro. El segundo incluye una serie de requisitos para ocupar el cargo de máxima responsabilidad dentro de la institución académica que, a priori, impiden presentarse al único aspirante que ha confirmado su intención de gobernar la US, el catedrático Manuel Marchena.
Los comicios del próximo año serán los primeros que se celebren con el marco legislativo de la LOSU y con el nuevo estatuto de la US. La reforma universitaria de Pedro Sánchez ha llenado de titulares los medios de comunicación, debido a las importantes críticas que generó en un buen número de rectores de universidades públicas, entre ellos, el actual de la US, Miguel Ángel Castro. Cuando se conoció su primera versión, el dirigente de la Universidad de Sevilla alertó de que suponía la pérdida de autonomía de estas instituciones. Entre las novedades que aportaba se encuentra la obligación de establecer el sufragio universal ponderado a la hora de elegir los cargos de máxima responsabilidad. Esta condición supone acabar con el modelo de votación de la Hispalense, reservado al claustro, y por el que tanto tiempo llevan abogando los decanos, catedráticos y profesores más críticos con la gestión de Castro.
El sufragio universal queda incluido en el proyecto de nuevo estatuto de la US que, como prometió el rector vigente, ha de aprobarse antes de que acabe 2024. Este texto, sin embargo, incorpora un requisito que delimita bastante las posibilidades para desempeñar tal responsabilidad. Su artículo 24.2 establece las condiciones para afrontar este cometido, que ya no se restringe al cuerpo de catedráticos (novedad que aporta la LOSU). Por contra, se exige que el aspirante haya estado un mínimo de cuatro años al frente de un órgano unipersonal. Desde la institución académica se defiende que tal condición la impone la reforma universitaria en el artículo 51. Sin embargo, otras voces críticas con la gestión de Castro, como el catedrático Luis Ángel Hierro, subrayan un cambio sustancial entre lo que dice la ley estatal y lo que propone el proyecto de estatuto de la US.
Lo que exige la LOSU
Hierro, en una tribuna publicada por este periódico, apuntaba que en la LOSU se exige cuatro años de gestión al frente de un cargo unipersonal, mientras que la futura normativa de la Hispalense cambia el término cargo por el de órgano. ¿Qué supone esto? Pues reducir drásticamente el número de aspirantes a rector, puesto que de salir adelante la propuesta sólo podrían ocupar el cargo quienes hayan desempañado la responsabilidad de vicerrector, secretario general, gerente, defensor universitario, decano, director de escuela y directores de departamento. De este listado, los tres primeros son nombrados por los rectores, lo que otorga bastantes posibilidades de formalizar una candidatura a quienes hayan integrado el equipo de gobierno anterior. Una situación que para los más críticos tiene como consecuencia perpetuar la "oligarquía" en la US.
Esta novedad incorporada al texto del estatuto (no aparecía en el anteproyecto) prácticamente anula las opciones del catedrático Manuel Marchena a presentarse a rector. El que fuera consejero delegado de Emasesa -persona clave en los tres mandatos del socialista Alfredo Sánchez Monteseirín como alcalde de Sevilla- considera que el cambio introducido tiene como finalidad la de "continuar con la casta" en la Universidad de Sevilla. Marchena ha sido, por ahora, el único que ha confirmado su intención de presentarse a rector, aspiraciones que quedan pendientes de que el claustro universitario otorgue el visto bueno al proyecto de estatuto. Si logra la luz verde, no podría ser candidato.
Los decanos no oficialistas
Las últimas semanas ha trascendido otra candidatura, aún no oficial, que estaría formada por decanos de la corriente no oficialista. Se trataría del responsable de la Facultad de Económicas, Antonio Navarro; y el de Odontología, José Luis Gutiérrez. El primero ha obtenido gran visibilidad los últimos años tras organizar los actos del 50 aniversario del referido centro. Gutiérrez, por su parte, ocupó el cargo de gerente del SAS cuando la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero, fue consejera de Salud de la Junta. Esta lista podría confirmar sus aspiraciones en próximos días. En este caso, sí cumplirían el requisito de haber estado un mínimo de cuatro años al frente de un órgano unipersonal.
Queda por saber cuándo se conocerá el candidato oficialista, esto es, el que proceda del equipo de gobierno actual y que abogue por una línea continuista en la gestión de la US. Desde hace tiempo viene sonando el nombre de una mujer. Lo más probable es que no se haga público hasta que se convoquen oficialmente las elecciones, algo que ocurrirá a principios de 2025. Comicios que, al margen de las candidaturas existentes -sean dos o tres-, tendrán como principal novedad el sufragio universal ponderado. La Hispalense dejará de ser el año próximo un rara avis en el sistema universitario español.
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