El nuevo Caixaforum de Sevilla será una realidad a partir del año 2015
El proyecto de Vázquez Consuegra contempla la entrada al conjunto por la calle Dos de Mayo · Las naves de los antiguos astilleros quedarán completamente diáfanas y tendrán la función de una plaza pública
Cinco años. Ésos son los que se han dado de plazo La Caixa y el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra para convertir las Atarazanas de Sevilla en el Caixaforum "más grande de España". A la espera de que el arquitecto explique detenidamente la intervención el viernes 23 de octubre, ayer se pudo ver la maqueta de un proyecto que se inaugurará en 2015 y en el que se invertirán, "como mínimo", unos 20 millones de euros.
El proyecto de Vázquez Consuegra, un arquitecto que no suele ser indiferente en sus intervenciones en el patrimonio histórico (Palacio de San Telmo, Centro de Interpretación de las ruinas de Baelo Claudia...), transformará tanto la fisonomía interior y exterior del edificio como, sobre todo, la percepción del espacio urbanístico en el que se levanta: las confluencias entre las calles Temprado y Dos de Mayo.
Vázquez Consuegra ha realizado un proyecto cuya principal seña de identidad será que el acceso al Caixaforum se realizará por la calle Dos de Mayo, convirtiendo sus impresionantes naves góticas en una plaza pública. Todos los arcos de la fachada de las Atarazanas que dan a la calle que desemboca en el Postigo del Aceite, hoy cegados, recuperarán su antigua luz y transparencia para permitir la libre circulación de ciudadanos por las naves construidas en el siglo XIII como en una ágora más de la ciudad.
Pero si la parte baja del edificio, la de mayor interés patrimonial y antigüedad, queda diáfana y dedicada al esparcimiento ciudadano, ¿donde se encuentran las dependencias propiamente dichas del Caixaforum? Por decirlo de alguna forma, Vázquez Consuegra ha creado un segundo edificio, una gran estructura de metal y cristal, que literalmente se sobrepone a al fábrica existente.
Un ciudadano que en el próximo año 2015 quiera acudir a alguna de las exposiciones, conciertos, conferencias o cualquier otra actividad cultural que se celebre en el Caixaforum accederá por la calle Dos de Mayo por debajo de cualquiera de sus ocho arcos ligeramente apuntados. Una vez bajo sus famosas bóvedas de arista, el visitante girará a la derecha para buscar unas escaleras automáticas que le conducirán a lo que hoy son cubiertas y sobre las que se levanta la estructura de metal pensada por Vázquez Consuegra. Una de las primeras dependencias que observará el visitante es una gran cafetería en la parte de las actuales cubiertas que dan a la calle Dos de Mayo sobre la que se encuentra una de las dos "terrazas verdes" que acogerán actos y celebraciones al aire libre con vistas inmejorables de la Catedral y la Giralda. La otra terraza verde es la que recorre toda la fachada que se apoya en el caserío que da a Tomás de Ibarra.
En esta parte superior, la dependencia principal será un auditorio cuya ubicación ha sido decisiva para que el jurado optase en junio por el proyecto de Vázquez Consuegra frente a los de otros nueve arquitectos que aspiraron a realizar el Caixaforum. Asimismo, se ubicarán diversas salas multiusos de mediano tamaño y una gran sala para las principales exposiciones.
El edificio que da a la calle Temprado y que en su día acogió a la Maestranza de Artillería se conserva con su característica fábrica del XVIII y en él se ubicarán tanto las oficinas del complejo cultural como la zona logística, con muelles y diversas zonas indispensables para montar grandes exposiciones. El arquitecto tendrá que explicar si, tal como se observa en la maqueta, desaparecen los dos pequeñas construcciones que flanquean la entrada y que en su día acogieron la biblioteca de la Capitanía General. En la planta superior de este edificio se reservará una sala con un "espectacular" artesonado, según el arqueólogo Fernando Amores, para actos "muy especiales".
Los materiales que, según La Caixa, primarán en el proyecto de Vázquez Consuegra son el ladrillo visto, el acero -cortén o decapado-, la madera y el vidrio. El proyecto "viene definido desde el respeto y la puesta en valor del edificio existente, tratando de construir el proyecto en aquellos espacios vacíos, recalificando los de escaso valor arquitectónico, constructivo e histórico y sobreponiendo estancias que convivan de forma pacífica y con naturalidad con la arquitectura existente", se defiende desde La Caixa.
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