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La nueva rotonda de Nervión no convence

El nuevo Bachillerato en Andalucía: hacia el modelo inglés

Educación

La nueva ley educativa introduce una quinta modalidad genérica cuyas materias aún no están concretadas

La Junta permite que un estudiante de Ciencias curse asignatura de Humanidades

Más horas de Lengua, Matemáticas e Inglés en los institutos andaluces

Un profesor imparte clases en un aula de Bachillerato. / Juan Carlos Vázquez

Un Bachillerato cercano al modelo inglés y que rompe el encorsetamiento entre modalidades. Así podría resumirse la principal novedad que aporta la nueva ley de enseñanza (Lomce, también conocida como ley Celaá) en la etapa preuniversitaria, cuyo alumnado en la provincia de Sevilla ya ha sido superado por el de ciclos formativos. A partir de septiembre de 2022, cuando empiece a desarrollarse el currículo en el primer curso, los estudiantes andaluces podrán escoger dentro de la oferta de sus institutos tres asignaturas optativas y que, incluso, una de ellas pertenezca a una especialidad distinta, algo común en sistemas de enseñanza de cultura anglosajona.

El nuevo currículo del Bachillerato / Dpto. de Infografía

El primer cambio en la oferta de la enseñanza posobligatoria será la quinta modalidad que los jóvenes con un mínimo de 16 años podrán elegir. Al Bachillerato de Ciencias y Tecnologías, Humanidades y Ciencias Sociales, Artes escénicas y Dibujo artístico y audiovisual se sumará un quinto: el General. ¿A quién va dirigida la nueva especialidad?

En un primer momento el Ministerio de Educación y FP explicó que en él tendrán cabida los jóvenes que, a esa edad, aún se encuentran indecisos sobre su futuro laboral o no muestran ninguna preferencia por una rama del conocimiento. Pero lo cierto, como aclaran fuentes del departamento que dirige el consejero Javier Imbroda, es que también servirá para los estudiantes que no han alcanzado la nota necesaria para entrar un grado medio de FP o que se matriculan en Bachillerato para luego cursar un grado superior de la Formación Profesional. En este punto, fuentes de la Consejería de Educación y Deporte inciden en que quienes acceden a esta enseñanza técnica desde la etapa preuniversitaria obtienen mayor éxito que los alumnos que lo hacen desde un grado medio, de ahí que se convierta cada vez más en una vía consolidada a la que da respuesta la modalidad genérica, sin necesidad de especializarse.

La nueva modalidad

Los estudiantes del Bachillerato General tendrán que estudiar las asignaturas obligatorias para todas las modalidades de la etapa: Lengua Castellana, Filosofía, Lengua Extranjera, Religión, Educación Física (primer curso) e Historia de España (en segundo). En este apartado, a nivel andaluz, se produce otra novedad que se detallará más adelante, al hablar de las optativas. En cuanto a materias obligatorias de modalidad, en el General aparecen Matemáticas Generales (primer curso) y Ciencias Generales (segundo). Según algunas indicaciones del ministerio que dirige Pilar Alegría, la primera de las enseñanzas está dirigida a la resolución de problemas y al análisis de información, con "especial atención a contextos no matemáticos, a su relación con otras materias y con la realidad". En cuanto a la segunda de las asignaturas, el objetivo es ofrecer una formación básica de las cuatros disciplinas científicas fundamentales: física, química, biología y geología.

Desde la Consejería de Educación se añade que la manera en que están concebidas ambas materias guarda similitud con los programas de diversificación curricular que se aplican a partir de tercero de ESO para aquellos alumnos que requieran una adaptación educativa. Lo que se hace entonces, una vez que cuenten con el visto bueno de las familias y del equipo docente, es agrupar asignaturas por ámbitos del conocimiento, por lo que el menor adquiere las competencias básicas de cada materia que se exigen al final de la educación obligatoria, aunque de manera más general y no tan desarrolladas como en el itinerario convencional.

Un profesor realiza un ejercicio de Matemáticas en una pizarra. / D. S.

No obstante, el Gobierno andaluz ya ha pedido al Ministerio de Educación que concrete aún más los contenidos de estas materias y otros aspectos del Bachillerato General. Entre dichas cuestiones, aún debe conocerse a qué carreras universitarias se puede acceder con la nueva modalidad, una información fundamental para el alumno que quiera cursarla. También ha de saberse qué especialidades docentes pueden impartir las asignaturas mencionadas. Muchas información aún sin facilitar para un currículo que se aplicará en menos de un año. "Ahora mismo el Bachillerato General es un folio en blanco", admiten desde Torretriana.

Hasta tres optativas

Otra de las novedades concierne a las optativas. Cada Bachillerato tiene sus asignaturas obligatorias (además de la comunes antes reflejadas) y luego una serie de asignaturas a elegir por curso. En el caso de Andalucía serán tres, ya que esta comunidad ha decidido que la Segunda Lengua Extranjera (por normal general, el Francés) deje de ser obligatoria en la etapa preuniversitaria. Sólo tendrá esta condición en quinto y sexto de Primaria y primero de ESO. El resto de la Secundaria y el Bachillerato se mantendrá como optativa.

Las dos horas que deja el segundo idioma extranjero como enseñanza común pasan al bloque de optativas, por lo que los alumnos andaluces de Bachillerato contarán con una tercera materia optativa a elegir entre las que conforman la oferta estatal o las que corresponden al currículo de la Junta. Éstas se dividen por curso. Para primero están pensadas para todas las modalidades y, en principio, son: Segunda Lengua Extranjera, Tecnología Aplicada, Anatomía Aplicada, Creación Digital y Pensamiento Computacional, TIC y Patrimonio Cultural de Andalucía (que ya se ha impartido los últimos años con muy buena acogida). En segundo, la optativas autonómicas ya se dividen en dos modalidades, la de Ciencias y Humanidades. Para la primera se ofertan Segunda Lengua Extranjera, Tecnología, TICII e Imagen y Sonido, mientras que para Humanidades se contemplan Psicología, Ciencias de la Tierra, Programación y Computación y Finanzas y Economía.

La Consejería de Educación advierte que esta oferta es "orientativa", pero no definitiva, ya que a nueve meses de que comience el nuevo curso aún no hay garantías al 100% de que todas las optativas andaluzas se puedan impartir. Una situación condicionada por la falta de precisión del Gobierno a la que se aludió antes. Así, por ejemplo, Ciencias de la Tierra podría tener un contenido casi idéntico con Ciencias Generales del Bachillerato General, por lo que carece de sentido duplicar enseñanzas.

Una oferta condicionada

A este respecto, la amplia oferta de asignaturas que estructuran los distintos Bachilleratos siempre tendrá un límite: la plantilla de cada instituto. El perfil y las especialidades de los docentes que la integran decidirán qué materias se pueden ofrecer al alumno y a partir de ahí organizar su itinerario formativo. A ello hay que sumar la incertidumbre referida con el Bachillerato General. "Ciencias Generales no se sabe si la puede impartir un químico o un geólogo", subrayan fuentes de la consejería, que recuerdan que, por ejemplo, un economista no puede enseñar Matemáticas a partir de segundo de ESO, pero un licenciado en Bellas Artes sí pueda dar clases de Lengua, debido a los acuerdos tan distintos adoptados en relación a las "afinidades".

Educación confía en que haya "flexibilidad" desde el Gobierno a la hora de abordar los perfiles docentes para impartir las asignaturas. Pero insisten en la necesidad de que estos criterios se den a conocer de forma consensuada, "con mucho diálogo", y cuanto antes, puesto que la Comisión de Recursos Humanos puede poner reparos a las comunidades autónomas a las hora de desarrollar la propuesta.

La tercera novedad importante del nuevo Bachillerato en Andalucía también atañe a las optativas y va en línea con el intento de asimilar esta etapa al modelo inglés. Los estudiantes podrán elegir dentro de este bloque una asignatura que pertenezca a otra modalidad distinta a la suya. Aunque, eso sí, en caso de que sea una materia que tenga una carga de cuatro horas semanales, el número de optativas se reducirá a dos, por motivos logísticos. Esta posibilidad es algo bastante común en sistemas educativos anglosajones, donde un estudiante de Ciencias pueda también formarse en Literatura para enriquecer su currículo y diferenciarse de sus compañeros. Se trata, de eso, de personalizar la educación en el puesto de salida.

Perspectiva de género en todas las asignaturas

El nuevo currículo del Bachillerato aporta otras novedades que no han estado exentas de polémica. La principal concierne al decreto de evaluación aprobado recientemente por el Ejecutivo de Pedro Sánchez. La normativa estatal permite desde este mismo curso que un alumno con una asignatura suspensa pueda titular en Bachillerato y presentarse al examen de Selectividad. Pero, además, ofrece la posibilidad de que un estudiante realice la etapa posobligatoria en tres cursos en lugar de dos, según recoge el borrador de la nueva ley de enseñanza (Lomloe).

En lo que se refiere a la titulación, la Consejería de Educación y Depote ya ha mostrado su disconformidad con tal posibilidad, al considerar que atenta contra la cultura del esfuerzo. También alerta de que despoja al equipo docente que evalúa al alumno de criterios objetivos para acometer tal responsabilidad. Frente a lo anunciado por la Xunta de Galicia, que prevé llevar el decreto a los tribunales, la Junta descarta, por ahora, iniciar una carrera judicial por este asunto, aunque sí elaborará unas instrucciones –que se harán públicas a mediados de diciembre– con las indicaciones aportadas por los directores de centros e inspectores las últimas semanas. La necesidad de contar con una mayoría cualificada dentro de los equipos de evaluación podría ser uno de los criterios que rigieran en Andalucía a la hora de promocionar a un estudiante o de que éste titule.

En cuanto a la posibilidad de cursar el Bachillerato en tres años, la Lomloe lo permite siempre que los alumnos estudien simultáneamente enseñanzas profesionales de música, acrediten su consideración como deportistas de alto nivel o presenten alguna necesidad específica de apoyo educativo. Según esta ley, los institutos podrán introducir innovaciones pedagógicas, con la condición de que cuenten con el visto bueno de la consejería competente.

Otra de las aportaciones de la Lomloe al Bachillerato es el enfoque “transversal” que proporciona a las asignaturas comunes y las que conforman las cinco modalidades de esta etapa. Así, se introducen los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas e incorpora la perspectiva de género en el currículo de las materias.

Un ejemplo se encuentra en los principios establecidos para la asignatura de Matemáticas del Bachillerato General, de Ciencias y de Humanidades, en la que el ministerio que dirige Pilar Alegría considera fundamental “reducir los estereotipos e ideas preconcebidas que existen en esta disciplina, como el género y la aptitud”. Uno de los objetivos que se persigue ahora a través de esta materia es evitar “el rechazo que genera en las alumnas, en mayor grado que en sus compañeros, así como la impresión de que se trata de una asignatura para personas muy inteligentes”.

En Ciencias Generales, por ejemplo, se deja por sentado que la asignatura, además de fomentar las vocaciones científicas, debe servir para prevenir al alumnado frente a “las afirmaciones pseudocientíficas y engañosas”.

Otra asignatura que compone la modalidad del Bachillerato General es la de Movimientos Culturales y Artísticos, una optativa del segundo curso pensada para que los estudiantes reconozcan los “diferentes códigos, técnicas y discursos”. Sus contenidos se centrarán en el periodo que abarca desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad e incluirá desde el arte ambiental a las series de televisión.

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