La nueva vida política del edil Emilio Carrillo
El ex concejal de Urbanismo, que ayer volvió a sus funciones como capitular, seguirá como vocal del PSOE en la Gerencia
Ni ha dejado de estar ni tiene previsto irse. Emilio Carrillo, concejal de Urbanismo hasta que hace apenas dos meses decidió por voluntad propia abandonar el cargo político más codiciado del Consistorio -tras la Alcaldía- por una profunda crisis de confianza con Alfredo Sánchez Monteseirín, con quien venía compartiendo amistad y carrera política desde hacía más o menos una década, volvió ayer al tajo como edil electo. Curiosamente, el mismo día en que Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, antiguo ahijado político suyo -ahora alineado junto a Monteseirín en la pugna interna entre las distintas familias del PSOE provincial- le sustituía en la Isla de la Cartuja como máximo responsable de Urbanismo.
En honor a la verdad, lo cierto es que dicho relevo, preparado con cierta solemnidad por parte de su único protagonista -el propio Celis-, todavía resulta más virtual que cierto. Formalmente hablando, al menos, el gobierno local de Sevilla aún sigue sin concejal de Urbanismo. Monteseirín, que recuperó las competencias de esta estratégica área municipal en el mismo momento que Carrillo decidió irse del cargo -las ha conservado durante todo el verano-, aún no ha delegado en nadie las credenciales que permiten dirigir el urbanismo hispalense. Sin embargo, ha señalado ya a su hipotético sucesor -Celis-, aunque sin llegar a oficializarlo del todo. Sólo en parte. A medias. Detrás de esta extrema prudencia se adivina cierta marejada interna. Probablemente de índole orgánica.
Sea como fuere, la designación de Celis ha sido, en todo caso, como vicepresidente de la Gerencia -el presidente es el propio alcalde- sin más. La resolución oficial, de hecho, no hace más que poner a Celis por detrás del regidor en las tareas de dirección del máximo órgano de gobierno de la Gerencia -su consejo, donde están todos los grupos políticos municipales- pero sin llegar en ningún momento a designarle como edil de Urbanismo.
SEGUIR EN LA GERENCIA
Carrillo, cuyo nuevo papel en el Ayuntamiento generaba todo tipo de cábalas, lejos de lo que en principio pronosticaban los partidarios de Monteseirín, no sólo seguirá como edil electo en la Corporación y portavoz adjunto del grupo municipal socialista, sino que tampoco dejará del todo la casa que ha venido dirigiendo durante el último lustro. De hecho, continuará sentado en el consejo de gobierno de Urbanismo -y por tanto, dentro de la mayoría política que dirige dicha institución, formada por los socialistas e IU- en su condición de miembro titular de pleno derecho. Lo hará además en representación del PSOE municipal, lo que implica que, probablemente, Carrillo no sólo tendrá que asistir mensualmente a los consejos de gobierno que hasta ahora presidía -podrá votar cada uno de los acuerdos-, sino que también formará parte de las comisiones ejecutivas de la Gerencia. En otras palabras: tendrá información de primera mano -y por tanto capacidad de control- de las decisiones que, en el ejercicio de sus nuevas funciones, adopte Celis. Éste quiso anunciar ayer mismo tal circunstancia, presentándola como una propuesta suya al alcalde, aunque sin dar por segura la autorización del primer edil de la ciudad. Según los estatutos de la Gerencia, este aval no es del todo necesario: los vocales del consejo de gobierno de Urbanismo salen de los grupos políticos municipales, no del gobierno local propiamente dicho. Proceden pues de la mayoría política que lo sustenta en el Pleno de la Corporación. Y de la oposición.
Carrillo, de hecho, seguirá trabajando desde el punto de vista político -su etapa institucional está por ahora en stand by- como portavoz adjunto del PSOE en el Ayuntamiento. Una función que implica no sólo trabajo de cocina interna -entre las dos familias socialistas que están en disputa en el seno del ejecutivo local (oficialistas y críticos)-, sino cierto grado de protagonismo tanto en los Plenos -en los turnos de palabra; a la hora de la defensa pública de las posiciones del PSOE- como de cara a la opinión pública.
Lógicamente, lo hará de forma mucho más discreta de lo que hasta ahora era la tónica -hasta julio Carrillo tenía que compatibilizar la dirección de Urbanismo con la portavocía del gobierno local- pero, en cualquier caso, con cierta periodicidad, respaldo político expreso y margen de movimiento. Funciones en las que ha sido confirmado por la dirección del PSOE de Sevilla, que decidió que siguiera como concejal sin funciones de gobierno cuando optó por poner todos sus cargos a disposición del partido.
En la lectura de la situación que hace la dirección socialista, la relación de fuerzas del grupo municipal -escindido en dos bandos- debe traducir la situación orgánica existente. Una tradición de los socialistas en la vida municipal, condicionada en sus diferentes etapas por constantes alteraciones de funciones dentro del Consistorio en correspondencia con las mayorías o minorías que iban sucediéndose en lo que a la vida orgánica del partido se refiere. El ámbito institucional -el gobierno local- quedaría reservado en exclusiva al alcalde, el único competente para su organización.
REUNIÓN DE GRUPO
Los concejales socialistas celebraron ayer el primer cónclave de trabajo del nuevo curso municipal. Monteseirín presidió el encuentro, al que asistieron todos. Incluido Carrillo, que no coincidía con sus compañeros desde que hizo pública su dimisión como responsable de Urbanismo. La reunión fue aparentemente cordial, aunque en determinados momentos latía el descontento de algunos concejales del sector oficialista -afines a Viera- con los movimientos hechos en los días previos por Monteseirín con vistas a la remodelación del gobierno local. El regidor reiteró la versión diseñada de cara a la galería -todavía no se ha decidido remodelación alguna; todo son filtraciones interesadas a la prensa- y, al parecer, advirtió: "Para los que estén nerviosos o preocupados con el cambio del gobierno os recuerdo que no hay nada cerrado y que me lo voy a tomar con mucha tranquilidad". Esto es: no será cosa de un par de días. Probablemente habrá que esperar bastante más. Acaso porque los cambios, oficialmente competencia exclusiva del alcalde, aún deben ser bendecidos por la Ejecutiva Provincial. La noria municipal empieza a virar.
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