La nueva víctima de la violencia machista en Sevilla no había denunciado a su ex pareja

Sucesos

Maricel García, de 47 años, era de nacionalidad filipina y compartía piso con otras inmigrantes

El presunto asesino, detenido por la Policía, trabajaba en un restaurante de Nervión

El cónsul de Filipinas en Sevilla, José Ignacio Bidón, ejercerá la acusación particular

Mata a su ex pareja degollándola en Sevilla

Un vecino del bloque escuchó un grito a las siete de la mañana

Un policía nacional en la entrada del bloque donde se produjo el asesinato.
Un policía nacional en la entrada del bloque donde se produjo el asesinato. / José Manuel Vidal / Efe

Nuevo crimen machista en Sevilla. Una mujer fue asesinada ayer por su ex pareja en una vivienda del Distrito Macarena, en la calle Niña de la Alfalfa, a escasos metros del Hospital de San Lázaro y la Ronda Urbana Norte. En este enclave los vecinos se despertaron al oír los gritos. Sobre las diez de la mañana salieron al balcón, momento en que percibieron un gran alboroto en el bloque número 1. Minutos después se presentaron varios coches policiales. Al poco tiempo, se conoció la trágica noticia: habían encontrado muerta a Maricel García Valmeo, de 47 años, y estaba detenida su ex pareja, Cristopher Mendoza, un hombre también de unos 40 años, que había intentado suicidarse después de acabar presuntamente con la vida de la víctima. Ambos habían nacido en Filipinas y llevaban más de una década viviendo en España. No había denuncia previa por malos tratos.

La lluvia y los truenos no fue lo único que ayer despertó a los vecinos de esta zona de Sevilla, donde residen un buen número de inmigrantes. Hubo gritos desde bien temprano, en una jornada de descanso. Procedían del bloque primero. Del piso 2º A. En el timbre de este domicilio, horas después, aún quedaban restos de sangre y del precinto policial colocado mientras se esperaba el levantamiento del cadáver, que se produjo a las 12:00.

La noticia trascendió sobre la una de la tarde, cuando la Policía Nacional había abandonado la zona. El suceso se investiga ya como un nuevo crimen machista, el tercero en la provincia de Sevilla en lo que va de año. La ex pareja de la víctima, un varón de unos 40 años, fue arrestado de inmediato. Fuentes policiales detallaron que la víctima presentaba cortes en el cuello. Aunque no está confirmado que estas heridas le provocaran la muerte, las primeras pesquisas apuntan a que fue degollada.

Con intención de suicidarse

El dispositivo de la Policía se puso en marcha a las 9:40 de ayer, después de recibir una llamada del 091 alertando de un posible caso de violencia de género en el Distrito Macarena. Al personarse los agentes en el domicilio, comprobaron que había una mujer muerta, con los mencionados cortes en el cuello. Allí se encontraba su ex pareja, quien, según ha trascendido, estaba preparando una cuerda con la intención de quitarse la vida.

Restos de sangre en el timbre del domicilio donde se cometió el presunto crimen machista.
Restos de sangre en el timbre del domicilio donde se cometió el presunto crimen machista. / José Ángel García

La Delegación del Gobierno en Andalucía confirmó después que ni la asesinada ni el arrestado aparecen registrados en el Sistema de Seguimiento integral contra la Violencia de Género (Viogén), por lo que se descarta que también hubiera denuncia previa por malos tratos.

Viuda por el asesinato de su marido

Una cuestión de celos puede estar detrás de este crimen machista, según confirmó a este periódico el cónsul de Filipinas en Sevilla, el abogado José Ignacio Bidón, quien se ha hecho cargo de la acusación particular en representación de los familiares de la víctima. El letrado explicó que ya se ha personado como acusación particular en el juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Sevilla, en representación de un ex cuñado de Maricel García, cuyo marido también fue víctima de un asesinato en Filipinas. Bidón ya ha iniciado los trámites para trasladar el cadáver de Maricel García su país natal.

Maricel García, la tercera víctima de un crimen machista en Sevilla en 2023.
Maricel García, la tercera víctima de un crimen machista en Sevilla en 2023. / D. S.

Los hechos sorprendieron a los vecinos del barrio, la mayoría de los cuales, en un domingo lluvioso, se encontraban en sus domicilios. Una de las residentes del bloque donde se produjo el presunto crimen, cuyo piso está al lado de donde vivía la víctima, aseguró que su hijo escuchó un grito a las 7:00, pero que no le dieron mayor importancia.

"Son filipinas. Chicas normales”, señaló esta vecina al referir que eran varias las personas que habitaban el piso precintado hasta una hora antes. “Hacían su karaoke”, añadió , mientras afirmaba desconocer quién, “de las residentes en el piso”, había sido asesinada. “Sólo nos saludábamos”, precisó la inquilina de este bloque, a cuya entrada se dispuso un cubo de plástico para recoger las goteras que caían del techo del rellano. También explicó que en la vivienda donde ocurrieron los hechos se reunía más gente los domingos, en una celebración familiar. Ayer permanecía totalmente cerrada y con restos de sangre en el timbre de la puerta del domicilio.

Una vecina del bloque donde se produjo el asesinato habla con los periodistas.
Una vecina del bloque donde se produjo el asesinato habla con los periodistas. / José Ángel García

Otra vecina del bloque bajó las escaleras de inmediato al percatarse de la presencia de los periodistas. Vive enfrente del piso donde la Policía encontró a la víctima. Aseguró “no haberse enterado de nada” y haber tenido noticia del suceso al llamarla “una amiga de otro bloque”. Tampoco sabía “quién había aparecido muerta”. “Aquí viven varias inmigrantes, chinas la mayoría. Son mujeres trabajadoras. Nunca han dado problemas ni he escuchado peleas. Lo que sí sé es que ellas acostumbran a alquilar habitaciones”, detalló.

Una compatriota filipina

En los locales de esta manzana de bloques hay una tienda de ultramarinos regentada por Roberto, inmigrante peruano. A la puerta del negocio se formó una reunión improvisada, la mayoría de sus integrantes eran compatriotas que acudían a hacer compras y, de paso, comentaban el suceso ocurrido.

En ese momento todo eran especulaciones sobre la identidad de la víctima y el presunto asesino. La hermana del dueño del ultramarino recordó que a las diez de la mañana escuchó un grito y salió al balcón. “Estaba todo lleno de policías”, incidió. En la reunión empezaron a mencionar un nombre, el de Maricel, y el de su novio hasta hace pocos meses, Christopher. Ambos proceden de Filipinas. Ella es mayor que él.

Irene, la última en incorporarse a la reunión, aseguró tras recibir un whatsapp que Maricel era la mujer asesinada y encontrada en el 2º A del bloque 1. La Policía no ha confirmado la identidad de la víctima ni del detenido.

Irene también es filipina y conoció a la víctima hace años. Acudía al domicilio donde vivía algunos domingos para compartir momentos de diversión con otros compatriotas. “Le gustaba mucho cantar, por eso organizaba Karaokes, que luego subía a Facebook”, comentó.

Maricel emigró a España poco después de cumplir los 30 años. Llevaba década y media en Sevilla. Trabajaba como empleada del hogar. Había estado las últimas semanas en la playa, prestando este servicio. Dejó su país al enviudar a temprana edad. Sus dos hijos, fruto de aquel matrimonio, viven en Filipinas y son ahora adolescentes.

Un piso compartido

Según abunda su compatriota, en el piso donde residía convivía con otras dos mujeres. Cada una ocupaba las tres habitaciones de la que consta la vivienda. Su ex pareja compartió con ella la habitación el tiempo que duró la relación sentimental, que acabó hace algunos meses.

Los inmigrantes comentaron de Christopher que tiene algunos años menos que ella, que también es filipino y que trabaja como cocinero en un restaurante de Nervión. Solía acercarse al negocio de Roberto. La última vez que estuvo allí fue el viernes pasado.

Quienes lo trataban aseguran que “no se le veía violento” y que, incluso, algunas veces traía en un tupper comida del negocio hostelero donde estaba empleado para compartirla con ellos. “Por nada del mundo podíamos imaginar que esto pudiera pasar”, apostillaban.

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