La nueva cara del Paseo Marqués del Contadero
Turismo
El nuevo Centro de Atención al Visitante conllevará una transformación en la zona y la reordenación de los niveles existentes para su integración en el entorno.
Una transformación completa. El centro de Atención Integral al Visitante en el Paseo Marqués del Contadero es la mayor apuesta del Plan Turístico de Sevilla. Tras varios años de retraso, a mediados del mes pasado el alcalde, Juan Ignacio Zoido, anunció su licitación por más 5,5 millones de euros. El nuevo espacio será uno de los puntos de referencia turística, desde el que se presentará la ciudad en su conjunto y que, además, cumplirá una doble función como espacio de recepción y atención al turista y como visita de interés en sí mismo, a tenor de los contenidos que albergará. Además de este indudable atractivo, esta actuación llevará aparejada una gran transformación de la zona en sus tres niveles actuales. Se reordenarán todos los espacios y servicios y se dotará al paseo resultante tras las obras de una nueva estética, más atractiva e integrada y que invitará a los viandantes a pasear por él. El proyecto básico y de ejecución de obras de reforma en los locales municipales situados en los bajos del Paseo Marqués del Contadero para su adaptación a Centro Integral de Atención al Visitante ha sido redactado por los arquitectos Fernando Sánchez Navarrete y Francisco José Barrera Campos. El plazo de ejecución es de un año.
El estado actual, como se recoge en el documento de 425 páginas, responde casi en su totalidad al proyecto de embellecimiento de la margen izquierda del Guadalquivir, del arquitecto Amalio Saldaña y del ingeniero José Luis Prats, cuyas obras se desarrollaron entre 1975 y 1979. En el análisis sobre cuál es su situación, los redactores del nuevo proyecto advierten de que en el nivel 1, coincidente con la rasante del Paseo de Colón, existen varias actividades simultáneas que "llegan a crear conflictos en la apropiación del espacio público". Cuando este primer nivel se sitúa encima de los locales construidos bajo la rasante del Paseo de Colón es cuando surge el nivel 2 que constituye la cubierta de estos espacios. La conexión entre estas dos alturas se realiza a través de escaleras y rampas, aunque la altura no es superior a 1,20 metros, como se advierte en el documento técnico. El nivel 2 se conecta con el 3 (el muelle), a través de rampas y escaleras situadas en el frente de fachada de la dársena. Del análisis se advierte que "el nivel 2 se utiliza de manera muy secundaria y todas las actividades se concentran en el 1". Los arquitectos apuntan a que en el nivel 1, en su tramo más cercano a la Torre del Oro, vuelve a producirse un conflicto de simultaneidad, mientras que el 2 permanece casi en desuso. "La comunicación del nivel 1 al 3 en esta zona no aparece lo suficientemente atractivo para utilizarlo, ya que no se percibe bien desde el nivel superior".
En cuanto al nivel 3, el documento pone de manifiesto la imagen "deprimente" de los actuales locales por ser grandes espacios opacos propiciado por su cerramiento exterior o la abundante vegetación que impide cualquier relación con el muelle y la dársena. También se advierte de la errática ordenación del muelle, como aparcamiento de embarcaciones, con atraques vacíos o con chiringuitos flotantes y garitas. También se señala el aparcamiento indiscriminado y el conflicto que se produce entre el peatón y el ciclista.
Analizadas las problemáticas actuales, el nuevo proyecto propone un lavado de cara integral en la zona. En primer lugar, se dará continuidad al paseo peatonal en el nivel 1, dotándolo de la anchura necesaria, por lo que las actividades que se concentran en el mismo, como los quioscos, serían desplazadas al nivel 2. Se mejorará la conexión física y visual del nivel 1 con el 3 creando dos nuevas conexiones que inviten a utilizarlas. Se romperá la continuidad de espacios opacos fragmentando el gran contenedor y alternando espacios cerrados con otros abiertos en el nivel 3. Estos locales, se abrirán al exterior para dotarlos de luz y ventilación favoreciendo las vistas. La propuesta también recoge la desaparición del carril bici en el nivel 3 para recuperar el pavimento original del muelle. Se eliminaría el entarimado del Muelle de la Sal y se trasladaría el itinerario ciclista a la calzada del Paseo de Colón. La solución para romper el hermetismo y dar luz a los locales es la siguiente: "Una vez construidas las dos plazas-mirador, donde se sitúan las rampas y a cota 1, quedaría la actual edificación bajo rasante dividida en tres zonas. Se mantendría sólo la estructura preexistente, se eliminará el cerramiento opaco de granito, construyendo fachadas transparentes, instalando celosías para el sol. También se practicarán aberturas lineales en el fondo de los locales, aprovechando la diferencia de altura de los forjados coincidentes con el nivel 1 y 2, para propiciar lucernarios". Para la restitución del carácter industrial del espacio se simplificaría la vegetación actual y el pavimento de granito se llevará hasta el muro original del muelle.
En total, se plantean tres edificaciones bajo rasante. La central albergará el Centro de Atención Integral al Visitante. Tendrá una superficie útil de más de 2.000 metros cuadrados y albergará zonas comerciales, salón de actos o las oficinas propias del Consorcio de Turismo. Las otras dos podrán ser el Centro de Interpretación de la Tapa (extremo norte) y el Centro de Interpretación el Flamenco (extremo sur). Al ser concesionables por el Ayuntamiento, el proyecto sólo recoge la actuación en el exterior.
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