¿Una nueva Encarnación?
Proyectos aplazados
El antiguo Mercado de la Puerta de la Carne lleva más de 10 años esperando una restauración que no termina de llegar · Cultura ya descarta que a corto plazo pueda inaugurar su nueva sede en este edificio
Pese a que el propio Ayuntamiento ha calificado a este edificio como "una de las primeras y más interesantes obras del racionalismo sevillano", el antiguo Mercado de la Puerta de la Carne sigue esperando su varias veces anunciada restauración para convertirse en el Instituto de la Cultura y de las Artes de Sevilla (ICAS), un proyecto que parece cada vez más lejos. "Lo vemos degradarse día a día, con cada vez más pintadas y cristales rotos. Es como tener una ruina en medio del barrio, justo en una de las entradas más turísticas del casco antiguo [Santa María la Blanca]" comenta un vecino que prefiere permanecer en el anonimato.
El pasado mes de diciembre se cumplieron diez años desde que, en 1999, los placeros abandonasen el ya muy deteriorado edificio para trasladarse a lo que por entonces se consideraba una ubicación temporal: los andenes de la antigua Estación de Cádiz. Aquel primer proyecto de remozamiento del edificio, en el que se pensaba invertir unos 90 millones de pesetas y que pretendía dotar al barrio de un mercado moderno y modélico, se quedó en agua de borrajas, en parte por la oposición de los placeros de volver a la Puerta de la Carne al comprobar que les iba mejor en la Estación de Cádiz.
Sin que la situación llegue a los límites del antiguo mercado de la Encarnación, con más de 35 años de abandono en pleno centro de la ciudad, el antiguo Mercado de la Puerta de la Carne va camino de convertirse en uno de esos problemas que se enquistan sin que nadie sepa muy bien por qué.
La restauración de este edificio diseñado por los arquitectos Gabriel Lupiáñez Gely y Aurelio Gómez Millán y construido entre 1927 y 1929 está inserta en un proyecto mucho más amplio en el que se incluyen también el remozamiento de la antigua Estación de Cádiz y la construcción de un aparcamiento subterráneo en la Plaza de Cádiz. La Gerencia de Urbanismo adjudicó a la constructora malagueña Sando un concurso por el que ésta podría construir y explotar un parking bajo tierra de 800 plazas en uno de los sitios de Sevilla con más demanda de estacionamientos. Un negocio suculento por el que, a cambio, Sando debe restaurar la sede del Mercado de la Puerta de la Carne como futura sede del ICAS y la Estación de Cádiz para acoger a diferentes entidades municipales, entre ellas el Instituto Municipal de Deportes (IMD). La empresa llegó a aportar un aval de 1,5 millones de euros.
Un optimista Consistorio señaló en su día que las obras comenzarían a finales de 2008, después mediados de 2009... Se inició así el habitual baile de plazos y de incumplimientos de plazos.
La situación llegó al extremo de que se llegó a plantear la rescisión del contrato a Sando, algo que, según la propia empresa, no ha sucedido. En una respuesta escrita remitida a este periódico, un portavoz de Sando afirma que "la empresa posee los medios necesarios para desarrollar el proyecto conjunto. Sin embargo, en la actualidad existe una disparidad de criterios entre la propiedad [el Ayuntamiento] y Sando, porque los plazos estipulados para que pudiera comenzar la obra no se están cumpliendo. Prueba de ello es que el Mercado Municipal continúa ocupado. Estamos a la entera disposición de la Administración para resolver el asunto y poder redactar el proyecto de ejecución". Por su parte, la Gerencia de Urbanismo no atendió las preguntas de este periódico.
La Delegación de Cultura ha pasado de poner diferentes plazos de inicio de las obras a anunciar que trasladará sus oficinas en el calle Silencio (para cumplir el mandato del Pleno de cederlas a la hermandad del mismo nombre) a la Fábrica de Artillería, que será abandonada por la Delegación de Defensa el próximo mes de mayo. A estas alturas, Cultura desconoce por completo cuándo podrá disponer del Mercado de la Puerta de la Carne. Sea como fuere, se sabe que el problema va para largo y así lo adimitió a este periódico una portavoz del ICAS, quien aseguró, eso sí, que no se renuncia a que, cuando se solucionen los problemas "con la empresa concesionaria o con la que pueda surgir de un nuevo concurso, el edificio tendrá un uso cultural".
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