Una noria para el Muelle de Nueva York
La empresa World Tourist Atracttion muestra su interés por volver pronto a Sevilla e instalar en el paseo fluvial su atracción turística, cuyas obras concluirán a finales de año
Sevilla podría volver a acoger en breve la noria panorámica. La empresa británica World Tourist Attractions (WTA) ha mostrado, al menos, su interés por instalar de nuevo en la capital esta atracción, que se abrió al público en el Prado de San Sebastián en febrero de 2006 y que fue retirada ocho meses más, a pesar de que el contrato de concesión firmado era de un año. El desmontaje coincidió con una notable reducción de visitantes, tras el boom inicial, y con el inicio de las obras del tranvía, que dificultaron el acceso a los jardines.
La empresa WTA se fue de Sevilla con el compromiso de volver a instalar la noria en 2008, una vez que finalizasen las obras de los paseos del río. Desde un primer momento, el Ayuntamiento manifestó que el emplazamiento en el Prado era provisional y llegó a apuntar que, si la atracción tenía éxito, se podría trasladar a una zona frente al Costurero de la Reina. Tres años más tarde, y a pesar del retraso acumulado por las obras del Muelle de Nueva York, la empresa británica sigue interesa en su localización en Sevilla
El director de WTA, Juan José Cobas, informó a este periódico de que la empresa valora el potencial turístico de la ciudad, sobre todo, en la zona del Guadalquivir, y confirmó que está a la espera de una respuesta por parte del Ayuntamiento. A pesar de que las visitas en 2006 no cubrieron las expectativas de la empresa, ésta mantiene que la instalación de la noria en el Muelle de Nueva York, junto al acuario y la zona de ocio de Las Delicias, sería suficiente atractivo para duplicar los ingresos "porque buena parte de la oferta turística y hostelera de la ciudad está allí".
El Ayuntamiento tiene previsto que las obras del Muelle de Nueva York finalicen a finales de año. Este nuevo paseo fluvial, que discurre entre el puente de San Telmo y el de Los Remedios, contará con dos terrazas, un escenario para actuaciones y gradas de piedra permanentes. Los trabajos, que comenzaron en 2007, han contado con una inversión de seis millones de euros. Cuando se desmontó la noria, en 2006, el Ayuntamiento no quiso especificar cuál sería el emplazamiento exacto dentro de este paseo para volver a colocar la atracción.
La noria que se instaló en 2006 medía 60 metros de altura y tenía 42 cabinas, cada una con capacidad para cuatro personas. Además, la atracción constaba de una cabina VIP con butacas de piel, una televisión de plasma, un DVD y teléfono así como lunas tintadas y una botella de champán preparada para ocasiones especiales. Esta novedad turística tuvo, en un principio, sus detractores, que consideraban que el perfil de la ciudad cambiaba considerablemente con la instalación, cuya altura, no obstante, era muy inferior a la de otras norias que funcionan en capitales europeas como Londres, donde se alcanzan los 135 metros.
Si la empresa cierra el acuerdo para regresar a Sevilla, volverá con una noria más alta, en concreto de 80 metros. La intención de los instaladores es compensar el desnivel que existe entre la calle y el muelle.
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