El niño envenenado por su madre en Sevilla fue hospitalizado cuatro veces desde marzo

El niño de cinco años que estaba siendo envenenado presuntamente por su madre en Sevilla llevaba cuarenta días ingresado en el hospital Virgen de Valme. Era, además, el cuarto ingreso que sufría el menor desde el mes de marzo. Tras la detención de la madre, el niño continúa hospitalizado, pero está evolucionando favorablemente de manera rápida. Así lo informó este miércoles la Policía Nacional en una nota de prensa, después de que este periódico adelantara el arresto de la progenitora.

La mujer padece el síndrome de Munchausen por poderes, un trastorno mental poco frecuente que consiste provocar daño a una persona que está bajo su cuidado, generalmente un niño o un anciano dependiente, para así ejercer el rol de cuidador continuo. Tras su detención por parte de los agentes del Grupo de Menores (Grume) de la Policía Nacional en Sevilla y su puesta a disposición judicial, la mujer ingresó en prisión provisional como presunta autora de un delito de asesinato en grado de tentativa. Se le imputa este delito dada la indefensión de la víctima.

La familia es vecina de Los Palacios. La madre tiene dos hijos y era el menor de ellos el que sufría estos malos tratos. La mujer presuntamente le administró periódicamente un potente diurético, furosemida, con el que estuvo a punto de causar la muerte de su hijo. La rápida intervención de la Policía, a instancias del servicio de Pediatría del Hospital de Valme, salvó la vida del menor.

Una pediatra comunicó a la Policía la situación crítica del niño, que llevaba ingresado cuarenta días. Lejos de mejorar, la salud del menor empeoraba cada día. Era además la cuarta vez que el menor ingresaba desde el mes de marzo. Esta situación anómala despertó las sospechas de los sanitarios. Tras diversos análisis, descubrieron en la sangre del niño la presencia de un medicamento que se utiliza para el control de peso bajo supervisión médica, y de otros fuertes laxantes que no se le estaban administrando en el hospital.

El menor se encontraba acompañado por su madre en todo momento en el interior de su habitación durante los ingresos, tal como dicta el protocolo de los centros hospitalarios en España. Una vez informada la Policía, los agentes del Grume iniciaron una investigación y se desplazaron al hospital para recabar toda la información necesaria de cara a esclarecer los hechos y tomar las medidas oportunas.

También se puso en conocimiento del asunto al juzgado de Guardia, que ordenó que se pusiera una custodia policial del niño durante las 24 horas hasta que concluyera la investigación. También se prohibió que los padres solicitaran el alta voluntaria del niño o el traslado a otro centro médico. Durante la custodia se le hizo un registro a las pertenencias de la madre, entre las que la Policía encontró dos cajas de uno de los medicamentos que había aparecido en grandes dosis en los análisis de sangre del niño. Se trata de furosemida, un potente diurético que se comercializa bajo el nombre de Seguril.

Los agentes del Grume detuvieron a la madre tras el hallazgo de estos medicamentos. También se encontró una jeringa que está siendo analizada por la Policía Científica. Según los criterios médicos, de no haber intervenido con rapidez, la administración de estos fármacos por parte de la madre del menor podría haber resultado fatal para el niño.

Tras el arresto, la progenitora fue puesta a disposición judicial. El juzgado decretó su ingreso en prisión provisional. El menor presenta una mejoría rápida, una vez que ya no se le administran estos fármacos. Está bajo la tutela de su entorno familiar, con la supervisión del departamento de Trabajo Social del hospital Virgen de Valme. Del caso se ha informado a los servicios sociales y a la Fiscalía de Menores.