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Los neurólogos detectan un aumento de ictus en jóvenes

La sociedad científica insiste en la importancia de la prevención de esta grave enfermedad.

Varios especialistas analizan una prueba por imagen.
Noelia Márquez

29 de octubre 2015 - 05:03

Los neurólogos han detectado en los últimos años un aumento de los ictus (infartos y/o hemorragias cerebrales) en jóvenes, pese a que esta enfermedad está vinculada al envejecimiento. "Los ictus pueden afectar a cualquier edad, hemos visto pacientes de 20 y 30 años", explica el doctor Miguel Ángel Gamero, neurólogo en el Hospital Macarena y miembro del grupo de enfermedades cerebrovasculares en la Sociedad Española de Neurología (SEN), con motivo de la celebración, hoy jueves, del Día Mundial del Ictus.

La sociedad científica hace hincapié en la prevención de este problema de salud de gran magnitud que supone la principal causa de incapacidad en la población adulta y primera causa de muerte en mujeres. "Padecer hipertensión, diabetes, síndrome metabólico, apnea del sueño, obesidad o enfermedades del corazón son factores de riesgo para sufrir un ictus", explica la SEN, que destaca la especial importancia de evitar el consumo de alcohol y sustancias tóxicas, el colesterol, el tabaco y la obesidad.

Las posibilidades de tratar con éxito un ictus se van reduciendo desde el momento mismo en el que aparecen los primeros síntomas: pérdida repentina de la sensibilidad en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo; trastorno repentino de dicha sensibilidad; sensación de acorchamiento u hormigueo en la cara; pérdida súbita de la visión parcial o total; alteraciones del habla; dolor de cabeza súbito, entre otras alteraciones. "Los afectados y su familia no deben esperar y acudir de inmediato al hospital", asevera el especialista. El tiempo corre en contra de un afectado por ictus ya que existe una horquilla de 4,5 horas en la que resulta efectivo el tratamiento farmacológico para destruir el trombo, en el caso de los infartos cerebrales.

Una vez superado el ictus, el doctor Enrique Noe, director de la investigación del Servicio de Neurorrehabilitación de Hospitales Nisa, explica que "el principal problema de nuestros pacientes o de nuestros familiares con ictus, no es la gravedad de la alteración de su salud sino la gravedad de la alteración de su propia persona. De forma abrumadoramente frecuente, los pacientes a los que tratamos, presentan intensas secuelas en sus rasgos de la personalidad". La sociedad científica que aglutina a los neurólgos españoles ha constatado que la atención especializada y urgente en las Unidades de Ictus mejora la evolución de estos pacientes. En España hay en la actualidad 57 unidades de ictus, pero el reparto es muy desigual entre las comunidades autónomas. Andalucía se encuentra aún en una posición deficitaria; si bien Sevilla dispone de dos unidades de ictus, una localizada en el Virgen del Rocío y otra en el Hospital Macarena.

"A pesar de la mejora en los últimos años, es un número claramente insuficiente para poder garantizar una atención de excelencia en todo el país. Las unidades de ictus están distribuidas de manera irregular, concentradas en grandes núcleos urbanos, especialmente en Madrid y en Barcelona, y con enormes diferencias entre las comunidades autónomas, diferencias que deben ser abordadas con urgencia", asevera el doctor Jaime Gállego, coordinador del Grupo de estudio de Enfermedades Cerebrovascualres de la SEN.

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