Neurología del Virgen del Rocío crea una Escuela de Familias y Pacientes de Ictus

Una treintena de personas han pasado ya por estos talleres de salud coordinados por la Enfermería y que cuentan con la participación de fisioterapeutas, logopedas, y trabajadora social

Premio diamante a la enfermería de la unidad de ictus del Virgen del Rocío

Escuela Familias Ictus del Hospital Virgen del Rocío
Escuela Familias Ictus del Hospital Virgen del Rocío / M. G.

El equipo de Enfermería de la unidad de Neurología del Hospital Universitario Virgen del Rocío ha creado una Escuela de Familias y Pacientes que han sufrido un ictus. Las sesiones están impartidas por un equipo multidisciplinar en el que además de distintos profesionales de enfermería colaboran una enfermera gestora de casos, un fisioterapeuta, una logopeda, y una trabajadora social.

El objetivo es empoderar a las familias, a través de la educación, para el cuidado y el apoyo a largo plazo de la persona que ha sufrido una enfermedad cerebrovascular. El primer taller se celebró el pasado mes de junio y se desarrollan con una periodicidad semanal.

Hasta la fecha, una treintena de personas han asistido a esta escuela, que las enfermeras ofrecen a los pacientes y sus acompañantes cuando ingresan con motivo de un ictus. La Escuela de Familias y Pacientes se encuentra dentro del Aula de Salud de la Unidad de Neurología, en la primera planta del Hospital de Rehabilitación y Traumatología.

El programa de formación se basa en el reconocimiento de las señales de alarma y una pronta respuesta. De esta forma, se capacita a los familiares para actuar de manera efectiva. La intervención temprana es crucial para optimizar las posibilidades de un resultado positivo.

Por otro lado, se trabaja en la comprensión de los factores de riesgo de esta enfermedad, ya que los hay modificables y no modificables. Por lo que prevenir los primeros resulta fundamental para la prevención de incidentes futuros. Este conocimiento capacita además a las familias para adoptar estilos de vida más saludables de manera colectiva.

Los especialistas también buscan promover un ambiente de apoyo. Crear conciencia sobre los desafíos emocionales y físicos enfrentados por los pacientes con un ictus tiene como fin cultivar empatía y comprensión entre los familiares, fomentando un ambiente de apoyo y compasión crucial para la recuperación del paciente.

Asimismo, facilitan información sobre la importancia de completar todas las pautas de medicamentos y su manejo adecuado para reducir el riesgo de complicaciones secundarias; la importancia del tratamiento precoz de fisioterapia; orientación de los recursos y evolución; y sobre las modificaciones dietéticas y necesidades nutricionales contribuye al cuidado integral del ictus, enfatizando el papel de la nutrición en la recuperación y prevención.

También dan nociones sobre cómo incrementar la seguridad en el hogar, especialmente incorporando medidas de prevención de caídas; y la importancia de estrategias de comunicación con el paciente, principalmente si la enfermedad le afecta el habla; y de afrontamiento del estrés en el cuidador por lo exigente que resulta pasar a ocupar esta figura dentro de la familia.

Esta formación persigue, por tanto, mejorar la preparación del cuidador y reducir su carga física y mental, prevenir ictus recurrentes, apoyar la rehabilitación, optimizar el manejo de medicamentos y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de todos.

Por tanto, proporcionar educación sobre el ictus a los familiares emerge como una estrategia transformadora, alineándose con el objetivo general de atención centrada en el paciente y la salud comunitaria. No solo capacita a las familias en roles de cuidado inmediato, sino que también contribuye a un cambio societal hacia la gestión proactiva de la salud y la prevención del ictus.

La Escuela de Familias y Pacientes está coordinada por el referente de cuidados de la unidad de Neurología, Antonio Valderrama Tejero; y la coordinadora de planta de enfermería, Isabel Mª García Ballesteros.

Más de 1.000 pacientes al año

Los especialistas de la unidad de ictus del Hospital Universitario Virgen del Rocío atienden, cada año, a más de 1.000 pacientes, un dato muy superior a la media nacional. En la mayoría de los casos, esta enfermedad cerebrovascular se desarrolla muy rápido causando una lesión cerebral en pocos minutos. Con menos frecuencia, los síntomas van incrementándose con el paso de las horas. En función del lado del cerebro que quede afectado, produce diferentes síntomas y secuelas.

En cualquier caso, los profesionales recuerdan que, ante la pérdida brusca de fuerza en un brazo, la boca torcida de manera repentina o la aparición de dificultad para hablar, hay que llamar al 061 para realizar una actuación rápida. El ictus es una patología cuya evolución mejora mucho si se aborda en las primeras horas, ya que los tratamientos más eficaces deben administrarse en las horas posteriores al ictus.

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