El neurofisiólogo Valdizán está dispuesto a examinar a Carcaño en la primera quincena de marzo

El asesinato de Marta

El juez autorizó la excarcelación del asesino confeso porque éste ha aceptado someterse voluntariamente y porque la prueba "no atenta a su dignidad personal".

El juez aún no ha recibido la petición de la Policía para someter a Carcaño al test de la verdad
El juez aún no ha recibido la petición de la Policía para someter a Carcaño al test de la verdad
J. Muñoz

26 de febrero 2014 - 08:59

El neurofisiólogo José Ramón Valdizán, jefe del servicio de Neurofisiología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza y pionero en la aplicaicón del Potencial Evocado Cognitivo(PEC), está dispuesto a realizar la prueba P300, conocido como el test de la verdad, a Miguel Carcaño en la primera quincena de marzo, "cuanto antes mejor para la familia de Marta del Castillo", a la que espera ayudar en la búsqueda del cuerpo de su hija.

El doctor Valdizán explicó ayer a este periódico que el personal del hospital y el equipo de psicólogos están ya "preparados" para recibir la visita de Miguel Carcaño, después de que el juez de Instrucción número 4 de Sevilla autorizara ayer su excarcelación para la realización del estudio neurológico. Valdizán añadió que esta prueba "no busca juzgar a nadie respecto a su inocencia o culpabilidad", sólo se trata de impulsar la búsqueda del cuerpo de la joven. El neurofisiólogo recordó que la prueba tiene una fiabilidad de entre el 85 y el 95% y aseguró que, en el caso de Carcaño, "por lo menos sabremos dónde no está el cuerpo", dado que a través de las fotografías que se le expondrán al asesino podrá acotarse la zona de búsqueda y descartar otros emplazamientos que Carcaño ha dado a lo largo de estos cinco años, como el río Guadalquivir o el vertedero de Alcalá de Guadaíra.

El doctor asegura que, una vez realice la prueba, los resultados estarán aproximadamente en una semana, puesto que a la hora de emitir su informe tiene que revisar exhaustivamente "las cifra de la amplitud de las ondas" cerebrales del joven que ha aceptado someterse voluntariamente al estudio.

El juez de Instrucción número 4 de Sevilla, Francisco de Asís Molina, dictó ayer un auto en el que autoriza la excarcelación de Carcaño para que se someta a la prueba del Potencial Evocado Cognitivo, dado que la misma "no atenta a la dignidad personal del penado, el cual libremente lo ha consentido".

En el auto, el magistrado autorizar la excarcelación del asesino confeso de Marta y su traslado al servicio de Neurofisiología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza para que pueda someterse a la prueba clínica a la que ha prestado su consentimiento.

El instructor precisa no obstante que, Carcaño puede "negarse libremente, en cualquier momento" a la práctica de dicha prueba, y recuerda a la Policía que "debe informar" del resultado de la misma.El auto comienza subrayando que Miguel Carcaño, que actualmente está en la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), está condenado por la Audiencia de Sevilla y por el Tribunal Supremo por el crimen de Marta, cuyo asesinato "fue declarado probado a manos del referido penado" por ambas sentencias.

El instructor recuerda que la pieza separada abierta para la búsqueda del cuerpo "no es una causa judicial en fase de instrucción" y "no tiene por objeto la investigación de nuevos hechos, ni la participación de personas distintas en los hechos ya juzgados", afirma el instructor en alusión a las críticas que en su día realizó a la actuación policial cuando investigó al hermano de Carcaño, Javier Delgado, tras la séptima versión de los hechos del asesino confeso. "Existe una condena firme por delito de asesinato y no ha aparecido el cuerpo de la víctima, y es obligación de la Policía y del propio juzgado continuar con las pesquisas para su hallazgo. Esta es la razón de ser de esta pieza separada del proceso principal", insiste el auto, que añade en cualquier caso que la Policía Judicial "no precisa de un mandato judicial expreso para continuar con las investigaciones necesarias para labúsqueda y localización del cuerpo de la víctima, que no ha aparecido pese a que la causa está ya enjuiciada", dice el instructor, que destaca el "denodado esfuerzo y diligencia" de la Policía Judicial en esta labor.

La prueba que se solicita, prosigue el juez, no es una diligencia de instrucción, "no es una prueba, no tiene por objeto investigar la conducta de una persona sometida al proceso y, en consecuencia, nunca podría ser utilizada en contra del penado", quien ha aceptado someterse a la misma voluntariamente, prestando para ello un consentimiento informado que "para mayor garantía" lo fue en presencia de su abogada, Paloma Pérez, que firma el documento junto a Carcaño.

El instructor recuerda que es competente para la excarcelación del penado pues la prueba "persigue la investigación del paradero del cuerpo, lo que necesariamente implicará supervisar la legalidad de la actuación policial".

Respecto a la prueba solicitada, el juez señala que de acuerdo con la información facilitada por la Policía Judicial, consiste en el estudio de las modificaciones de la actividad eléctrica cerebral provocadas por estímulos internos, las que se denominada Potenciales Evocados Cognitivos, uno de los cuales, el más estudiado, es el P300, porque consiste en una "onda positiva que se produce aproximadamente a los 300 milisegundos del inicio del estímulo que ha originado el potencial (la información presentada)" y se trata de una onda que no puede ser modificada por la voluntad del sujeto, reacciona a datos de la memoria, genera datos digitales que pueden ser valorados objetivamente. Se trata de un estudio que "dista mucho de lo que se ha venido en denominar máquina de la verdad", concluye el juez, que recuerda que Carcaño podrá igualmente negarse libremente "en cualquier momento" a la práctica de la prueba.

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