Nervión renueva su piel: de Sarajevo a barrio con hechuras centroeuropeas

16 líneas de Tussam recuperan su recorrido habitual, con paradas de autobús que han desaparecido de la aplicación móvil 

Luis de Morales se reabre tras año y medio a la espera del tranvía

Luis de Morales estrena su nueva piel / José Ángel García

“¿Seguro que hoy vuelven a pasar los autobuses? Han debido olvidar el cambio de parada”, decía ayer por la mañana una mujer mientras esperaba el 32 en la marquesina ubicada frente al hospital San Juan de Dios. El desconcierto se adueñó de los presentes al comprobar, en la aplicación de Tussam, que la parada no existía al buscar el número en la lupa. Ni rastro de esa, pero tampoco de las que se encuentran a los pies del centro comercial Nervión Plaza. Todas las que han estado desactivadas desde el pasado 20 de febrero. Si la reapertura al tráfico en Luis de Morales, San Francisco Javier y Eduardo Dato se celebró el viernes con felicidad plena de vecinos y comerciantes, ayer fue la vuelta al recorrido habitual de 16 líneas de autobús. El trasiego de vecinos, paseantes y vehículos fue constante durante la mañana. Una evidencia de que el barrio ha mudado su piel, al fin, y ahora luce hechuras centroeuropeas

No ha sido un camino fácil. Más bien todo lo contrario. La zona se ha sumido en una especie de pesadilla durante dos años y medio. Cuenta de ello la dan los negocios que se han quedado por el camino al no poder soportar la disminución de clientela. Pero también, los cortes de tráfico que arrinconaron a muchos vecinos en verdaderas ratoneras, los retrasos de las obras, los cambios de rutas de los autobuses, el desconcierto y el no terminar de ver un final que ya ha llegado. Tarde, pero ha llegado. “Cuando he visto el 5 pasar por Eduardo Dato no me lo podría creer, no me acordaba”, comenta entre risas Maribel Almagro, vocal por Nervión de Aprocom y propietaria de la tienda Baby Decor. Negocio que empezó su andadura en Los Remedios y se mudó a Nervión hace 30 años. Recuerda con pesar el calvario que han pasado los propietarios de los comercios locales de este enclave. “Esto era Sarajevo, estaba todo manga por hombro. No era un sitio agradable para venir a comprar, pero tampoco a pasear”, señala. 

Sin embargo, Almagro también pone en valor que se ha transformado en “la mejor zona comercial de Sevilla, porque es la que está mejor conectada de toda la ciudad”. Un factor que ha provocado una revalorización del barrio que ya empieza a mostrar sus primeros frutos. “Este fin de semana ha sido un hervidero de gente”, manifiesta y gran parte de la culpa la tuvo la reapertura de estas arterias. “Aunque queramos fomentar el transporte público, las avenidas cobran vida en el momento en que se abren al tráfico”, manifiesta la representante.

Varios transeúntes esperan el autobús en una de las paradas junto al centro comercial Nervión Plaza.
Varios transeúntes esperan el autobús en una de las paradas junto al centro comercial Nervión Plaza. / JOSÉ ÁNGEL GARCÍA

“Se nota que hay mucho más tránsito, porque la gente había dejado de querer venir. Era muy complicado tanto llegar como aparcar”, indica Candela Bañuls, encargada junto a su madre de la zapatería infantil Zapetit. Ambas se vieron obligadas a abrir una segunda sucursal en el centro comercial Lagoh como consecuencia de la bajada de clientes, a pesar de llevar más de una década en el barrio. De hecho, indica que muchos desplazarse hasta allí antes que visitar la tienda de Nervión.

“Poder llegar aquí sin encontrar vallas de obras era fundamental para la ciudad”, opina Fernando Díaz. A pesar de no residir en el barrio, hace especial hincapié en que se trata “de uno de los centros neurálgicos de la ciudad, tanto económico como de ocio”. También recalca que la avenida Luis de Morales le gusta mucho más “ahora que antes”.  

Opinión que comparte con la joven Ángela Rosa, quien ayer por la mañana no recordó que los autobuses volvían a su recorrido habitual y tomó el que ya se había acostumbrado a coger para llegar a clase. Sin embargo, considera que la zona ha cambiado totalmente y que la nueva rotonda aliviará el flujo de coches. “En hora punta servirá para reducir los atascos”, señala.  

Pero no siempre llueve a gusto de todos. Y todo lo que brilla también guarda su lado oscuro. Así lo refleja la opinión de Mercedes Robles, vecina de Ramón y Cajal quien considera, con cierto pesar, que su edificio se ha visto “muy perjudicado por el soterramiento del tranvía”. Una obra cuyos daños ha tenido que pagar la comunidad. Desde roturas en los bajantes hasta caídas del techo en algunas viviendas.

Nuevos pasos: carril bici y primeras pruebas

El siguiente hito será la llegada de nuevos trenes, que permitirá el avance del metrocentro hasta la intersección de Luis de Morales con Luis Montoto. Por lo pronto, está previsto que las pruebas comiencen a finales de este mismo mes con el objetivo de que esté operativo de noviembre en adelante. Precisamente, este cruce es uno de los puntos negros del barrio. El mismo viernes, sobre las 23:00 horas, se produjo el primer accidente tras la reapertura por la colisión entre un coche y una moto. De hecho, son muchos los vecinos que reclaman una rotonda también en este punto, donde los despistes y la confusión cuando los semáforos se ponen en verde se convierten en una norma que muchas veces acaba en tragedia. 

Los autobuses vuelven a pasar por Luis de Morales.
Los autobuses vuelven a pasar por Luis de Morales. / JOSÉ ÁNGEL GARCÍA

En cuanto al carril bici, “está previsto que vaya por la acera par para que convivan las bicicletas con la zona”, explica la vocal por Nervión de Aprocom. Después de las idas y venidas e intentos de traslados del carril a las calles aledañas, en los próximos días se abrirá esta vía sostenible. Lejos del color verde que teñía la mitad del acerado, a partir de ahora estará separado por tachuelas como ocurre en la avenida de la Constitución. La previsión es que esté listo en pocas semanas. 

Los flecos sueltos

Por otro lado, Almagro indica que “a la avenida de San Francisco Javier le falta vegetación”. Se trata de uno de los flecos que quedan por coser. No es el único. En la acera en la que se está construyendo el carril bici –la opuesta al Nervión Plaza– las paradas de autobús siguen siendo provisionales. La iluminación tampoco es definitiva. A final de mes, se instalará el nuevo alumbrado. Quedan papeleras por poner, árboles que podar y terminar el acerado. Los últimos remates de un barrio que vuelve a ver la luz

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