Música en directo en la UCI del Hospital Macarena

El centro desarrolla un programa de 'conciertos' terapéuticos para pacientes dentro de su Plan de Humanización

Contacto piel con piel, también en la UCI

El Hospital Virgen Macarena estrena el Balcón de la Esperanza para pacientes en la UCI

Música en la UCI del Hospital Virgen Macarena / David Domínguez

Son tres letras que impactan. UCI. Cómo también lo hace el discurrir por los pasillos del hospital hasta llegar a esa zona de luz tenue, cables y silencios prolongados que marcan la vigilia de los pacientes a los que sólo el pitido de las máquinas o el murmullo de voces midiendo sedaciones, optando por fármacos o calculando posibilidades interrumpe. Nadie corre, pero nadie para. De momento se abren las puertas. Al otro lado, un piano sobre ruedas se abre paso. Quién lo conduce se sienta. Comienza la música. "Ya está aquí", se escucha. Y se hacen las sonrisas.

Estamos en la unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen Macarena donde se desarrolla desde el pasado mes de diciembre, coincidiendo con la época navideña, un programa de música en directo, ya incluido en la rutina semanal del servicio, con el objetivo de reducir el estrés de los pacientes y ayudar en su proceso de sanación, como un paso más de un proyecto de humanización que comenzó en el año 2018.

"El objetivo es que los enfermos estén a gusto y que las familias sientan atendidas sus necesidades. La música repercute en el ánimo del paciente provocando un cambio impresionante después de cada actuación. Además, el programa ha generado una perfecta interacción entre los músicos y los pacientes, que se encargan ellos mismos de hacer peticiones y de reclamar las actuaciones lo más cerca posible de su cama. Es un ambiente espectacular, teniendo en cuenta donde estamos", valora la supervisora de Enfermería de la UCI del Macarena, Lola González. "Es también una buena forma para evadirse de todo lo que supone en una UCI. Es espectacular cómo ha calado la iniciativa entre los pacientes y son ellos mismos los que la reclaman", añade la jefa de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital, María Luisa Cantón.

Miguel Serrano y Mario Lamela, en los extremos, junto a la jefa de UCI, María Luisa Cantón, y la supervisora de Enfermería, Lola González, junto al piano.
Miguel Serrano y Mario Lamela, en los extremos, junto a la jefa de UCI, María Luisa Cantón, y la supervisora de Enfermería, Lola González, junto al piano. / David Domínguez

Los pianistas son Mario Lamela, un músicos voluntario de origen uruguayo y profesor del Conservatorio Profesional de Música Cristóbal de Morales, y el enfermero Miguel Serrano. Profesional y aficionado, coinciden en los beneficios de la música para unos pacientes, y también en gran medida, sus familiares, que se encuentran en un momento muy delicado. "Me gusta ver la UCI como un espacio para renacer. Yo vengo a tocar y sé que lo hago para dos tipos de pacientes, el que va a salir adelante, al que la música le puede ayudar muchísimo durante su estancia, y el que nos va a dejar, al cual también la música le puede ayudar a partir en Paz", afirma emocionada Mario.

El programa de actuaciones musicales nació de una alianza entre la UCI del Macarena y el Conservatorio. Todo empezó con una llamada de teléfono aprovechando el espíritu de la Navidad. Lola González fue la encargada de contactar con la directora del Conservatorio, Begoña Sánchez, quien no dudó en proponer la idea a Mario y en poner a disposición de la iniciativa uno de los pianos del centro.

El resto de este bonito gesto de humanización responde a una cadena de solidaridad sin precedentes, desde el acondicionamiento del espacio de UCI y de su equipo de profesionales para el desarrollo de la iniciativa, a la rápida disposición del profesor elegido y la gratitud de la propia empresa de transportes, que trasladó el instrumento sin coste alguno. La Navidad terminó, pero el programa se mantiene, con, al menos, dos actuaciones a la semana y piano propio, gracias a la donación de una persona anónima.

"No puedo describir lo que a mí me dan personalmente estas tardes en la UCI junto a enfermos y familiares. Era algo que siempre me había apetecido hacer, pero no encontraba la forma de poder hacerlo, así que, la llamada de Lola a nuestro centro fue un regalo", afirma Lamela.

Miguel Serrano, por su parte, conoce bien la UCI y es un apasionado de la música. Trabaja como enfermero en la unidad y desde hace cuatro años dedica parte de su tiempo libre al piano, en el que se inició de forma autoditacta. "La idea siempre me ha gustado mucho, pero me mantenía a la sombra hasta que un día le comenté a Lola que tocaba el piano y me cogió", afirma con una mirada cómplice a la impulsora de esta iniciativa. Desde hace dos meses aprovecha todo hueco que deja la atención de los enfermos para ofrecerles su música.

Pero la música forma parte de un plan mayor. La unidad de cuidados intensivos trabaja desde hace años en estrategias de humanización. En el 2018 se abrió el horario de visitas de las familias a gran parte de la tarde-noche, antes más restringido. Así, se ampliaron de tres a cinco los pases diarios en diferentes horas del día y de la noche. Además, desde 2021 el centro cuenta con un pionero espacio y "único en el mundo", vinculado a la UCI, el Balcón de la Esperanza, construido por la Hermandad de la Macarena gracias a las donaciones de los diferentes colectivos de la corporación, y que hace de terraza de la unidad para que los pacientes hospitalizados, acompañados por familiares, puedan disfrutar en un entorno amable y humanizado de la luz natural durante su ingreso. A ello se une el programa Piel con Piel en la UCI, que posibilita que madres gestantes ingresadas en esta unidad tras su parto o cesárea tengan la posibilidad de recibir la visita de su bebé.

Ahora, la música en directo se inserta dentro de un ambicioso, siempre con el paciente en el centro. "Creo que aquí podemos decir que estamos en una de las UCI más humanizadas del país", concluye la doctora Cantón.

Llevar la música en directo a la UCI para reducir el estrés de los pacientes y ayudar en su proceso de sanación es todo un acierto con el que el hospital sevillano da un paso más en un ambicioso programa de humanización que ya cuenta con un pionero Balcón de la Esperanza.

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