La mujer en la Edad Media: un papel nada secundario
Manuel García Fernández, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Sevilla, coordina esta obra internacional que analiza el papel femenino desde diversas ópticas
Una reflexión de carácter científico y divulgativo del rol de las mujeres en la Edad Media. Eso ofrece la publicación En la Europa medieval. Mujeres con historia, mujeres de leyenda, un libro publicado por las editoriales de Universidad de Sevilla y la Universidad de Granada, que ha sido coordinado por el catedrático de Historia Medieval de la Hispalense, Manuel García Fernández. En esta obra coral, un buen número de profesores de distintas universidades españolas y europeas, analizan detenidamente el papel de mujeres de distintos estratos sociales, desde reinas a beatas, y la conclusión es clara: no eran meros elementos decorativos. Su influencia en la sociedad era determinante.
"Reinas, infantas, princesas, nobles y aristócratas, beatas, emparedadas, mudéjares... en todas ellas se aprecia algo fundamental. Tenían una influencia decisiva sobre los hombres que eran los que gobernaban. Jugaban un papel muy importante. No tenían un papel secundario", asegura el profesor García Fernández. El libro retrata a mujeres desde la Reconquista de Sevilla y hasta el siglo XVI.
Entre ellas, se encuentran las mujeres del rey Don Pedro, tan vinculadas a Sevilla, como María de Padilla o María Coronel, que se desfiguró el rostro con aceite hirviendo. Una de las más destacadas es María de Portugal, mujer del rey Alfonso XI que está enterrada en el Monasterio de San Clemente: "A pesar de estar defenestrada por el rey y fuera de la Corte, cuando se produce la invasión norteafricana no duda en actuar como reina. Va en busca de su padre, el rey de Portugal, para que acudiera a defender Castilla de los benimerines. Actuó como reina de Castilla sin tener que hacerlo, sabiendo del nepotismo de su marido con su amante Leonor de Guzmán, la Favorita y sus hijos".
Otras mujeres estudiadas en esta obra coral son la portuguesa Inés de Castro, la noble canaria Beatriz de Bobadilla, la propia Leonor de Guzmán, con la que nace la dinastía de los Trastámara o la "noble y virtuosa" María de Molina, que fue reina por tres veces: con su marido Sancho IV, durante la minoría de edad de su hijo Fernando IV, y en la regencia de su nieto Alfonso XI.
Relevante fue también Leonor López de Córdoba, hija de Martín López de Córdoba. "Era pedrista (partidaria de Pedro I en lugar de su hermanastro Enrique de Trastámara). Llevó una vida de encarcelamiento en las Atarazanas de Sevilla. Liberada, se dedicó a restituir la memoria y el patrimonio de su padre y su familia".
Las mujeres jugaban un papel muy importante en la educación de los hijos o como consejeras políticas. Esta obra rescata esos modelos medievales, desterrando los tópicos de que eran mujeres objetos. "Tenían prestigio social, y poder económico, político y religioso".
Otro tipo de mujer, el que representaban las beatas o las emparedadas, también fueron importantes: "Favorecían la nueva religiosidad popular". Y las mudéjares, que eran servidora domésticas: "Eran muy apreciadas. Los nobles en los testamentos les dejaban buenas dotes económicas. Muchas eran también parteras".
Esta galería de mujeres medievales muestra lo que era la vida misma en la época: el amor y el odio, el poder, a vida y la muerte. Aunque pudiera pensarse lo contrario, las leyendas que las acompañan les ha hecho casi más justicia que la propia historia, como concluye el profesor García Fernández: "Como se gestaron pocos años después, reivindican el papel de muchas de ellas con todo el reconocimiento que las acompañó en su época y que se fue desvirtuando con los años".
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