El muerto de la comisaría acababa de salir de un hospital de Sevilla y llevaba los electrodos
Muerto en Sevilla
Todo apunta a que el hombre, de 43 años, falleció por el corte que se autoinfligió en el cuello antes de agredir a los policías
Muere un hombre tras un tiroteo a las puertas de la comisaría de Policía de Nervión
El hombre que murió la madrugada de este viernes en las puertas de la comisaría de la Policía Nacional en el distrito Nervión acababa de salir de un hospital de Sevilla. En el momento de la muerte, llevaba incluso unos electrodos adhesivos pegados al cuerpo que no se había retirado. Se desconoce si había ingerido algún fármaco o sufría algún trastorno mental. Horas antes del incidente, fue atendido por los servicios médicos del Corte Inglés, donde manifestó encontrarse en un gran estado de agitación.
Sobre las siete de la tarde del jueves, cinco horas antes de su muerte, el hombre había entrado en este centro comercial de Nervión con la intención de comprarse una bicicleta. Fue al departamento de Deportes y allí manifestó encontrarse muy nervioso y excitado. El personal requirió a los servicios médicos del establecimiento, que lo atendieron y calmaron. Allí, manifestó que había estado ingresado en un hospital privado de Sevilla y que había recibido el alta médica poco antes.
Los médicos le pidieron que se subiera la camiseta para explorarle el torso y descubrieron que seguía con las pegatinas de los electrodos colocadas. También las llevaba en el momento de la muerte. No le vieron nada raro. El hombre se mostró en todo momento educado y con un trato exquisito, simplemente comentaba que se encontraba muy agitado. Hablaba en español con un acento caribeño o centroamericano. El hombre tenía 43 años y pasaporte estadounidense, si bien es de origen latino.
Una vez atendido, compró la bicicleta y se marchó del centro comercial con ella. Al poco rato volvió para que le apretaran el manillar de la misma, que estaba flojo. Estuvo acompañado por el personal de seguridad, pero sin que provocara ningún altercado ni discusión. Le arreglaron el manillar y volvió a marcharse.
Entre las diez y las once de la noche, el hombre se presentó en la comisaría de la Policía Nacional en el distrito Nervión, ubicada en la avenida de la Cruz del Campo, asegurando que había sido rociado con un espray de gas, lo que motivó que algunas de las personas que esperaban para presentar una denuncia se inquietaran. Los agentes que se encontraban en la oficina le preguntaron si quería ser asistido por un médico, cosa que él rechazó.
Se marchó y regresó poco después, cuando pasaban unos minutos de la medianoche, armado con un cuchillo de porcelana de color blanco. La Policía Nacional ha emitido este viernes un escueto comunicado en el que ofrece la versión oficial de los hechos.
"En torno a la medianoche pasada, un individuo se ha personado en la oficina de denuncias y atención al ciudadano de la comisaría del distrito Nervión en un manifiesto estado de agitación, lo que justificó que los agentes requirieran a los servicios sanitarios", arranca la breve nota de la Policía. El hombre rechazó la asistencia sanitaria.
"Instantes después, salió de la dependencia policial y esgrimió un cuchillo con el que se autolesionó y amenazó a los policías. Lejos de deponer su actitud, acometió a los mismos, que se vieron obligados a disparar para repeler" la agresión hasta detener el avance del sospechoso, que "cayó al suelo con un importante corte en el cuello".
La Policía añade que de los hechos se ha hecho cargo el juzgado de Guardia de Incidencias de Sevilla desde el primer momento, y se está a la espera de lo que resulte de la investigación. El cadáver del ciudadano estadounidense permaneció hasta las tres de la madrugada tendido en la acera, a unos 25 metros de la puerta de la comisaría, en la puerta del garaje Espadafor. Los policías no llevaban chalecos antibalas.
Una sábana blanca del Servicio Andaluz de Salud (SAS), dejada por los sanitarios del 061 que acudieron a intentar salvarle la vida, cubría el cuerpo, que había sido delimitado con dos conos de tráfico para señalizar el obstáculo a los conductores que pudieran salir del garaje. No hizo falta porque ningún vehículo entró ni salió del garaje durante las tres horas que estuvo el cadáver en el suelo.
Durante ese tiempo, los restos del hombre fueron examinados por el forense, por la Policía Científica y por los agentes del Grupo de Homicidios de Sevilla. La autopsia será clave para determinar cuál fue la causa de la muerte, si la herida que se autoinfligió en el cuello o los disparos de la Policía. Todo apunta a que lo hizo por el corte en el cuello, según los primeros análisis forenses.
Los dos agentes que protagonizaron esta intervención prestaron declaración durante la madrugada ante el juzgado. Ambos declararon en calidad de investigados por el homicidio y quedaron libres sin ninguna medida cautelar. Fueron asistidos en el juzgado por David Pareja León, abogado del sindicato Jupol. No se les ha impuesto ninguna medida cautelar. También en el lugar de los hechos durante la madrugada estuvieron los representantes del Sindicato Unificado de Policía (SUP), entre ellos el secretario general de esta central en Andalucía, José Antonio Beato.
La Policía está examinando el arma reglamentaria del agente que efectuó los disparos y está elaborando un atestado sobre los hechos, que en este momento no está aún concluido. Se están revisando también las cámaras de videovigilancia de la comisaría y del garaje cerca del cual cayó muerto el sospechoso.
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