Muere otra persona con virus del Nilo en la provincia de Sevilla
salud
Se trata de un vecino de Carmona cuyos familiares lamentan que se les comunicara la infección tras su muerte
Salud confirma el caso y el fallecimiento, pero no que el virus haya sido la causa
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El virus del Nilo continúa siendo noticia este verano en Sevilla, bien sea por la incesante confirmación de nuevos casos o, en la peor de las situaciones, por el vínculo del mismo con la muerte de algunos residentes en distintos puntos de la provincia.
Es el caso del vecino de la urbanización El Corzo, en el término municipal de Carmona, cuya infección fue comunicada por la Consejería de Salud la semana pasada cuando, lamentablemente, ya había fallecido. Así lo confirmaron ayer en declaraciones a este periódico sus propios familiares quienes aseguran haber sido informados de esta infección al día siguiente de haber sido incinerado. Es decir, el hombre falleció el pasado 20 de agosto y fue el día 22 cuando recibieron la llamada de personal del Instituto de Toxicología que le confirmaba la infección tras las pruebas practicadas.
Las fuentes de la Administración sanitaria andaluza consultadas indican, por su parte, que “en ningún caso” esta muerte entra en los registros oficiales de víctimas de la enfermedad de virus del Nilo y aseguran que la causa de este fallecimiento “está vinculada a las patologías previas que presentaba”. Con lo cual, hasta la fecha seguirían siendo cinco las víctimas mortales registradas oficialmente en la provincia con esta enfermedad como causa de su fallecimiento en lo que va de verano. Son tres vecinos de Coria del Río, una de la Puebla del Río y otra de Dos Hermanas. A ello hay que sumar la muerte de una mujer navarra que contrajo el virus del Nilo tras una estancia de varios días en la localidad sevillana de Utrera, donde pasaba el verano, y que fallecido el pasado domingo en el Hospital Universitario de Navarra, tras no superar las complicaciones que la infección produjo en una enfermedad previa que padecía.
Con todo, la información oficial facilitada por la Consejería de Salud a este medio contrasta con la sensación que ha quedado en los familiares del fallecido en Carmona y así ha sido trasladado a este periódico.
Según relata su hija, el fallecido, de 72 años, tenía hipertensión y diabetes “totalmente controlada” y había sido diagnosticado de un cáncer de próstata el pasado mes de abril, para lo que se encontraba en un tratamiento de quimioterapia con pastillas, que no le había supuesto ninguna limitación a su vida diaria. “Se valía totalmente por sí mismo”, apostilla la mujer.
Fue el pasado 1 de agosto cuando, tras haber recogido a su hija apenas un día antes del aeropuerto con toda normalidad, sintió “algo de debilidad en las piernas” y decidieron ir al hospital, donde finalmente falleció. “De la noche a la mañana estaba totalmente paralizado. Hablamos con él esa noche por teléfono porque lo ingresaron en una sala de observación aislada y ya al día siguiente no pudimos contactar con él”, afirma.
La mujer mantiene la “impotencia” que sufrió durante los 20 días de ingreso de su padre en los que, asegura, “nunca” le dijeron qué era lo que tenía. “En un primer momento nos dijeron que podría tratarse de efectos secundarios de ese tratamiento y luego nos empezaron a hablar de enfermedades poco comunes. Mi padre tenía diagnosticado miastenia de grado 1 que sólo le afectaba a la caída de un párpado, pero tenía medicación y estaba controlado. En el hospital nos hablaron del síndrome de Guillén Barré, pero en ningún caso sospecharon del virus del Nilo con la situación que tenemos encima”, lamenta, aún desconcertada, la hija del fallecido.
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