Muere Javier Manterola, el ingeniero del Puente de las Delicias de Sevilla

El ingeniero Javier Manterola, quien destacó durante su trayectoria por el diseño de puentes y viaductos, entre los que se encuentra el Puente de las Delicias en Sevilla y el de la Pepa en Cádiz, ha fallecido este domingo a la edad de 88 años.

En un comunicado, la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid ha anunciado "con gran pesar" el fallecimiento de Manterola, "ilustre catedrático de nuestra escuela desde 1976 y figura estelar en el ámbito de la ingeniería civil, tanto en España como a nivel internacional".

Nacido en Pamplona en 1936, Manterola colaboró a lo largo de su "distinguida carrera" con "renombrados" arquitectos como Francisco Sáenz de Oiza, Rafael Moneo y Fernando Redón. Dejó "su huella indeleble" en más de 230 proyectos que abarcan estadios de fútbol, torres de oficinas, estaciones de transporte y auditorios.

Experto en puentes

Sin embargo, fue en el diseño de puentes y viaductos "donde su maestría alcanzó reconocimiento internacional", con más de 200 proyectos que incluyen algunas de las estructuras "más emblemáticas de las últimas décadas". Entre sus obras más destacadas se encuentran el Puente de las Delicias en Sevilla, el Puente de La Pepa en Cádiz, el Puente Ingeniero Carlos Fernández Casado en León, y múltiples estructuras en Zaragoza y otras ciudades españolas.

Manterola fue también un "prolífico" académico y escritor, contribuyendo con numerosos ensayos y libros que reflexionan sobre el arte y la ciencia de la ingeniería civil, destacando títulos como El Puente de Hierro. Entre otros reconocimientos, el ingeniero pamplonés recibió el Premio Príncipe de Viana de la Cultura, el Premio Nacional de Ingeniería del Ministerio de Fomento o el V Premio José Entrecanales Ibarra de Ingeniería Civil, además de ser miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 2006.

Su obra sevillana

Manterola diseñó el puente levadizo de las Delicias junto a Leonardo Fernández Troyano para la Expo'92. Se construyó entre 1988 y 1990 por la empresa Dragados y la compañía Construcciones S.A. Reemplazó el servicio que prestaba hasta entonces el puente de Alfonso XIII, conocido como puente de hierro, junto al que permaneció sin uso varios años. Este exponente de la arquitectura del hierro se encuentra desde hace bastante tiempo en los terrenos del Puerto a la espera de un nuevo destino.

El Puente de las Delicias discurre en paralelo a otro ferroviario también levadizo, usado por el puerto para el transporte de mercancías, que se construyó como parte del mismo proyecto. Ambos están sostenidos por dos pilares blancos de baja altura y con un diseño similar al de una barca. El objetivo era rememorar el antiguo puente de barcas de Triana.