Muere Fernando Rodríguez-Izquierdo, el sevillano que descubrió el haiku a los españoles

Fue nombrado miembro de la Orden del Sol Naciente por su ingente trabajo como traductor de poesía y prosa nipona al español

Fernando Rodríguez-Izquierdo
Fernando Rodríguez-Izquierdo / DS

Pocos hombres representaban tan bien el tópico del profesor sabio, afable y distraído como Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala (Sevilla, 1937-Sevilla, 2025) que ha muerto en el Hospital Infanta Luisa la noche del pasado miércoles a la edad de 87 años. Sólo había que hablar unos minutos con él para darse cuenta de que se estaba ante un hombre de una profunda humildad, pese a que pertenecía a la Orden del Sol Naciente por decisión del mismísimo emperador de Japón. Con esta distinción, que le entregó el embajador del país nipón en una ceremonia íntima, en 2006, en la Taberna del Alabardero de Sevilla, se reconocía toda una trayectoria dedicada al estudio y traducción del idioma japonés, materia en la que fue uno de los pioneros en España.

Fernando Rodríguez-Izquierdo aprendió el japonés en sus años de novicio jesuita, cuando estuvo varios años destinado en Tokio. En esta ciudad se graduó en Lengua y Cultura Japonesas por la Universidad de Sophia en 1965. Aunque no se ordenó sacerdote y abandonó la Compañía de Jesús, este profesor de la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla entre 1975 y 2006, siempre mantuvo una profunda fe cristiana y una vinculación con la orden de San Ignacio, en la que sí permanecieron sus dos hermanos, Guillermo y José María.

Hombre muy trabajador, Fernando Rodríguez-Izquierdo tradujo tanto prosa como poesía japonesa, pero su gran especialidad fueron los haikus, poesías breves que a él le gustaba comparar con la seguidilla española. A este género dedicó su tesis doctoral, fruto de la cual fue el libro El haiku japonés: historia y traducción (Hiperión), obra absolutamente pionera en nuestro país que se convirtió en una vía de iniciación para aquellos que querían acercarse en un género que luego han frecuentado con asiduidad muchos poetas españoles. Fruto de esta dedicación también fue su antología de haikus publicada por la editorial Satori o sus trabajos sobre el poeta Soseki, que habitó el convulso japón de la Era Meiji.

Poeta él mismo, fue autor de tres libros: Una silla de astros (1989), Un haiku en el arco iris (2007) y A zaga de tu huella (2011).

Pero Rodríguez-Izquierdo también tradujo prosa, tanto clásica como contemporánea. En 1996 recibió el Premio Internacional NOMA de Traducción del Japonés al Español por su traducción de El rostro ajeno, de Kobo Abe. También vertió al español libros como Amores de un vividor, una novela refinada y erótica del siglo XVII escrita por Saikaku, al que al traductor gustaba comparar con Quevedo; El arpa de Birmania, de Michio Takeyama, una novela muy espiritual que narra la historia de un destacamento japonés que queda aislado en la II Guerra Mundial; o Salto Mortal, del nobel Kenzaburo Oé, que se sumerge en el trauma que supuso para el Japón renegar de la divinidad del emperador.

Prueba de su sabiduría y humildad fue que, tras 36 años como profesor de Filología Hispánica, se licenció en Filología Clásica y estudió hebreo para una mejor comprensión de las fuentes del cristianismo.

Casado con Mercedes Serrano y hombre muy familiar, fue padre de cuatro hijos, Emilio, Miryam, Clara y Fernando. Sus restos mortales se trasladarán al Tanatorio de la SE-30 y se celebrará la misa mañana, viernes 10 de enero, a las 10:00 horas.

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