Calle rioja
Francisco Correal
El filósofo de Cerro Muriano
Movilidad
El último tramo recorrido para entregar un paquete a domicilio (lo que se conoce como la última milla) es el que más contamina y mayor congestión de tráfico provoca. Minialmacenes urbanos, puntos de recogida a la vuelta de la esquina, vehículos eléctricos y medidas municipales adaptadas a la nueva realidad son soluciones que han comenzado a llegar para quedarse definitivamente. El gobierno socialista lo tiene en la agenda.
Los técnicos de las delegaciones de Gobernación y Transición Ecológica vienen trabajando en los últimos meses para poner en marcha un proyecto piloto para levantar un almacén logístico efímero en el limítrofe del casco antiguo. La ubicación ya está decidida. Doce años después de la demolición del antiguo centro médico municipal del Prado de San Sebastián, el solar será un microhubs ante de que termine el segundo mandato de Juan Espadas. La misión de estos pequeños almacenes logísticos en las zonas residenciales es recibir durante la noche la mercancía de grandes camiones y gestionar su entrega y ordenarla para repartirla al día siguiente. Este último reparto se realizaría con vehículos eléctricos de menor tamaño e incluso con repartidores a pie o bicicleta. Todos lo detalles quedarán fijados cuando finalicen las negociaciones abiertas para sacar adelante una colaboración público-privada.
El conocido como el sector Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) genera un gran impacto en la logística de última milla debido a la gran cantidad de establecimientos y las altas frecuencias de aprovisionamiento de los mismos. El centro de Sevilla es un claro ejemplo. Los últimos estudios apuntan que cada negocio suele trabajar con más de ocho distribuidores distintos, y deben recibir la mercancía de los fabricantes de forma continua al tratarse, principalmente, de alimentos perecederos. Además, los almacenes de los locales presentan un tamaño muy reducido. Esta situación provoca que las frecuencias de aprovisionamiento sean de hasta seis veces al día por establecimiento y el tiempo de gestión con los distribuidores ocupe a los empleados más de cuatro horas de media a la semana.
Otros de los datos claves de este tipo de distribución es que casi la totalidad de rutas y paradas se realizan en la misma franja horaria, el 98% de las veces entre las 07:00 y 13:00 horas. Las paradas para el aprovisionamiento del sector deben realizarse en zonas de carga y descarga, pero la falta de disponibilidad de estas zonas y la saturación de vehículos en hora punta provoca que el 40% de las paradas sean ilegales, por exceder el tiempo de descarga en doble fila. Todas estas ineficiencias elevan en gran medida el impacto de la distribución del sector en los niveles de congestión urbana y la sostenibilidad medioambiental. Esto es lo que quieren cambiar los socialistas.
La colaboración entre los entes privados que realizan su actividad en la última milla y las administraciones públicas reguladoras es un factor clave para incentivar el cambio. Algunos ejemplos que aparecen en el estudio de Deloitte se dan en Madrid, donde varias empresas colaboraron con el Consistorio y la empresa municipal de transporte (EMT) para la creación de un centro de consolidación en el que se centralicen las rutas de reparto, posteriormente realizadas con vehículos eléctricos; o Barcelona, que el Ayuntamiento cooperó con la empresa Vanapedal (transporte de mercancías con triciclo) para la gestión de una plataforma que funciona como muelle de carga y descarga, desde la cual se realiza el reparto de las mercancías por las calles de Ciutat Vella.
En Europa hay dos casos. Uno es Copenhague, en la que empresas de distribución colaboraron con el Consistorio y la Autoridad del Transporte Danés para la creación de un centro de consolidación en las afueras de la ciudad. Otro es Londres, con la creación de un centro de consolidación urbana en Edmonton para la centralización de los envíos en un mismo punto.
Antes de levantar el almacén logístico en el solar del Quirúrgico, el Ayuntamiento ordenará la carga y descarga del centro. Apoyado en el sistema de control de accesos que se implantará para restringir el tráfico antes de 2022, el Plan de Movilidad Urbana Sostenible plantea una primera fase que se ejecutará en el corto plazo y supondrá una división de los servicios de transporte de mercancías en distintas categorías, favoreciendo la desconcentración y que no se produzcan saturación en determinadas horas.
Por un lado, se regulará la carga y descarga de mayores dimensiones y que requiere un mayor tiempo de trabajo. Grandes superficies y supermercados concentrarán sus trabajos en horario nocturno; y cervezas, refrescos y grandes suministros de hostelería se centrarán en la primera hora de la mañana. Por otro lado, los técnicos de Movilidad proyectan regular la carga y descarga rápida de vehículos con un tamaño inferior a 3,5 toneladas. Esto incluye paquetería, farmacia, tiendas de proximidad o reparto domiciliario.
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