Un monumento fruto del cariño
El arzobispo Asenjo bendijo anoche la escultura en presencia del alcalde.
Han sido seis años de dura travesía que culminaron anoche con la bendición del monumento al beato Juan Pablo II, obra de Juan Manuel Miñarro, con el que un grupo de ciudadanos ha querido honrar la memoria del Papa que visitó en dos ocasiones Sevilla: en 1982, con motivo de la beatificación de Sor Ángela de la Cruz; y en 1993, por el Congreso Eucarístico Internacional. Aseguran, y así lo corroboró ayer el arzobispo, Juan José Asenjo, "que el Papa quedó prendado de la historia cristiana de Sevilla, de la belleza de la ciudad y de la simpatía de los sevillanos". Ayer, todo ese cariño fue correspondido.
"Doy gracias a Dios que, después de mil dificultades, nos ha permitido conocer el día de la inauguración del monumento. En nombre de la Iglesia doy las gracias a los promotores; al escultor por su obra espléndida que desde hoy enriquece uno de los lugares más emblemáticos de nuestra ciudad; a los demás profesionales que han intervenido; a los donantes conocidos o anónimos; y sobre todo, al señor alcalde y a su equipo por su apuesta clara por facilitar el emplazamiento del monumento en esta plaza de la Virgen de los Reyes", resumió el arzobispo, quien destacó, además, la figura universal de Juan Pablo II, su magisterio y los viajes pastorales.
En presencia de cientos de devotos, los promotores y el autor, y en una ambiente festivo; el alcalde, Juan Ignacio Zoido, que estuvo acompañado por todos los concejales del PP, también mostró su alegría por poderlo inaugurar: "Todavía resuenan aquellos gritos de 'Juan Pablo II te quiere todo el mundo', o el repique de las campanas de la Giralda cuando el Papa se asomaba al balcón del Palacio Arzobispal". Durante el acto se vivieron momentos muy emotivos, ya que la plaza estaba completamente llena de público y se entonaron himnos como el Pescador de Hombres, acompañado del repique de campanas de la Giralda.
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