El monasterio de San Jerónimo cumple seis siglos en obras

Patrimonio

La instalación del centro cívico acabará en verano y el Ayuntamiento prevé inaugurarlo el último trimestre del año. El proyecto recrea la volumetría de las estancias desaparecidas.

Un cámara graba el monasterio de San Jerónimo, del que se cumplen seis siglos de la colocación de su primera piedra.
Un cámara graba el monasterio de San Jerónimo, del que se cumplen seis siglos de la colocación de su primera piedra.
Diego J. Geniz

12 de febrero 2014 - 05:03

Una efeméride en obras. El monasterio de San Jerónimo de Buenavista -o mejor dicho, lo que queda de él- cumplió este martes seis siglos desde que se colocara su primera piedra inmerso en un plan de actuaciones para adaptarlo a centro cívico. Dicho proyecto, que empezó a gestarse en 2004, ha conocido numerosas fechas de finalización que no se han cumplido. Ahora, cuando se celebra el citado aniversario, parece que se podrán concluir dichos trabajos que se reanudaron hace poco más de un mes.

Si se cumplen los plazos, la obra se acabará en verano. A partir de entonces sólo quedarán el equipamiento técnico y la colocación del mobiliario para que los vecinos de este barrio situado al norte de Sevilla puedan hacer uso de 2.500 metros cuadrados catalogados en el PGOU como servicio de interés público y social. El Ayuntamiento y los vecinos confían en que la inauguración tenga lugar durante el último trimestre del año.

Será entonces cuando concluya un anhelado proyecto por parte del barrio que no ha estado exento de múltiples vicisitudes en la última década. Este espacio, que paso a manos privadas durante la desamortización del XIX, lo adquirió el Ayuntamiento hispalense en 1984 a la familia Beca Belmonte por 25 millones de las antiguas pesetas. En 1989 el Pleno municipal decide que el inmueble acogiese un centro cívico. Hubo que esperar 15 años a que este proyecto comenzara a gestarse, pues no fue hasta el 9 de septiembre de 2004 cuando la Gerencia de Urbanismo inició los trámites para la contratación de las obras de rehabilitación de una parte del monasterio. Durante esos 15 años no faltaron otras propuestas, como la que en su día lanzó el que fuera director del Patronato Provincial de Turismo, Manuel Marchena, para que se convirtiera en sede alternativa a Fibes para congresos.

La propuesta de hacer de dicho espacio un centro cívico contó con el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio el 12 de enero de 2005. Un mes antes se habían adjudicado los trabajos a Jocar Ingeniería y Construcciones con un presupuesto de 2,27 millones de euros. El primer contratiempo surgió en mayo de 2006, cuando Urbanismo autoriza la cesión del contrato a la UTE formada por Construcciones Vera S. A. y Alberto Domínguez Blanco Restauración de Monumentos. La última fecha que el Ayuntamiento fijó para su finalización fue la del 23 de abril de 2009, plazo que no se cumplió. Ya entonces la obra se había encarecido más de un 34% sobre su presupuesto inicial.

El proyecto de rehabilitación e instalación del centro cívico había contado con la dirección de los arquitectos José García-Tapial y Fernando Sánchez Navarrete. Este último es el que se ha encargado de la fase de culminación -el primero se ha jubilado-, cuya adjudicación se formalizó el pasado noviembre con la UTE constituida por Edificaciones Castelló y Construcciones Bañuls.

El coste de la terminación supondrá para las arcas locales un desembolso de 473.153,87 euros (IVA incluido), lo que supone una rebaja del 20% respecto al presupuesto de licitación, establecido en 591.442,34 euros. García-Tapial, que acudió este martes a la presentación de los actos por los seis siglos del monasterio, detalló que con la rehabilitación se intenta que el claustro -prácticamente lo único que se conserva del cenobio junto al campanario- recupere su función principal, es decir, la de un espacio de distribución, para lo que se ha reconstruido la volumetría que tenía la nave sur y este. En el interior de éstas, distintas estancias como las celdas pasarán a ser talleres, mientras que otro habitáculo como la sala capitular desempeñará ahora la función de sala de actos. Lo que no se ha podido recuperar es la decoración renacentista que poseían.

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