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El modelo de Málaga

movilidad | así funciona la recogida de viajeros en la terminal malagueña

Sevilla quiere copiar el sistema de recogida de pasajeros del aeropuerto Pablo Picasso, pero sin implantar el turno rotatorio de taxis

Taxis en el aeropuerto Pablo Picasso de Málaga. / Javier Albiñana
Fernando Pérez Ávila

12 de marzo 2017 - 02:33

El Ayuntamiento de Sevilla quiere implantar en el aeropuerto de San Pablo un sistema de recogida de pasajeros similar al de Málaga, pero sólo para los vehículos de alquiler con conductor y no para los taxis. Así lo expuso el pasado lunes el Consistorio en una nota de prensa emitida tras la reunión mantenida entre el director del aeropuerto de Sevilla, Jesús Caballero, y el delegado de Movilidad y Seguridad, Juan Carlos Cabrera. En el comunicado, el Ayuntamiento sólo tomaba Málaga como referente para el control de los vehículos de alquiler con conductor, que cuentan con las licencias VTC, y no para la parada de taxis, que en la terminal costasoleña es rotatoria desde hace años.

El Consistorio malagueño tiene establecido un turno en la parada de taxis del aeropuerto Pablo Picasso. La regulación de estos turnos se hace en base a un calendario establecido de antemano y que puede consultarse públicamente, y que detalla qué licencia puede prestar servicio en la terminal y en qué fechas.

El Ayuntamiento sólo toma Málaga como referente para los vehículos de alquilerMálaga tiene el turno rotatorio y multas de hasta 1.380 euros al taxista que lo incumpla

En la práctica, el calendario se traduce en que cada taxi con licencia del Ayuntamiento de Málaga puede rendir en el aeropuerto con una frecuencia aproximada de una semana cada dos meses. Los cambios de turno semanales se producen a las seis de la mañana del lunes. El incumpimento del régimen de paradas, así como de los turnos establecidos, se considera una infracción grave. La ordenanza del taxi del Ayuntamiento de Málaga castiga estas infracciones con multas que oscilan entre los 270 y los 1.380 euros.

Esta norma es exclusiva para los taxis que prestan servicio en la parada ordinaria del aeropuerto, puesto que la legislación permite a los que tengan servicios concertados o precontratados recoger cuántas veces quieran a sus clientes en la terminal, sin necesidad de respetar el turno establecido. Así lo indica una resolución del Ayuntamiento malagueño: "Los titulares de licencia de taxi precontratados podrán recoger viajeros en las paradas del aeropuerto aun sin tener turno de parada, siempre que la contratación previa resulte acreditada en la documentación prevista en la normativa de contratación previa aprobada por la Junta de Andalucía".

En este caso no existe limitación en cuanto al destino y pueden realizarse trayectos urbanos e interurbanos, puesto que el servicio tiene su origen en el municipio que expide la licencia. Es decir, un cliente de Sevilla que aterrice en Málaga puede contratar previamente a un taxista de Sevilla, o del municipio que desee, para que vaya a recogerle al aeropuerto Pablo Picasso y traerlo hasta la capital andaluza o al destino que le indique.

A diferencia del caso de Sevilla, en Málaga los taxis que salen del aeropuerto no tienen una tarifa única, sino que cobran en función de lo que marca el taxímetro. Eso sí, hay un suplemento de 5,50 euros para todos los trayectos con origen y destino en el aeropuerto y también hay establecido un precio mínimo para los trayectos urbanos hasta la ciudad. Esta tarifa mínima es de 17 euros para los días laborables de seis de la mañana a diez de la noche y de 19 en el turno de noche y los fines de semana y festivos. Tampoco el Ayuntamiento de Sevilla se ha planteado eliminar la tarifa única del aeropuerto de San Pablo, que está establecida en 22,20 los días laborables y en 24,70 las noches, fines de semana y festivos.

En el aeropuerto Pablo Picasso también existe un servicio de ayuda al pasajero, compuesto por personas que se encargan de indicar a los viajeros cómo pueden llegar hasta su destino final y que tienen potestad para realizar las indicaciones que consideren necesarias a los taxistas. La normativa municipal malagueña regula también una serie de supuestos, como el hecho de que el aeropuerto se quede sin taxis por cualquier motivo. "Cuando se produjere una insuficiencia de taxis autorizados según cuadrante para dar cobertura al servicio, quedará autorizado cualquier vehículo autotaxi de la ciudad de Málaga para recoger viajeros en las paradas del aeropuerto. A tal efecto, los agentes de la Policía Local autorizarán el acceso a los taxistas a dichas paradas. De no existir presencia policial en el momento, los vehículos que accedan a la parada podrán permanecer en la misma, en un máximo de cinco vehículos cada vez y hasta que recojan servicio".

Además, los taxis autorizados por la Policía Local "deben serlo, también, en un número máximo de cinco vehículos cada vez, debiéndose esperar a que se ocupen para volver a autorizar a otros". La normativa precisa que, "si se diera la circunstancia de que una vez autorizados no recogieran servicio, permanecerán en la parada como si fueran del turno hasta que recojan el servicio para el que fueron autorizados". En Sevilla no hay regulación alguna en caso de falta de taxis, algo que se ha producido en varias ocasiones en los últimos meses, cada vez que hay una asamblea de la asociación mayoritaria de taxistas que trabajan en la terminal aérea.

En el caso de los taxis concertados, el Ayuntamiento de Málaga deja claro que "no podrán estacionar libremente en cualquier punto del aeropuerto", mientras que los autorizados por turno "deberán hacerlo en las paradas o lugares establecidos para ello". Habrá un área de influencia que abarca todo el recinto aeroportuario, "dentro de la cual no se podrá coger servicio fuera de las paradas autorizadas".

Este aspecto de la normativa malagueña es el que quiere copiar el Ayuntamiento de Sevilla, que en las últimas semanas ha reforzado la presencia de la Policía Local en el aeropuerto. La siguiente medida será el establecimiento de un sistema que regule la prestación del servicio de VTC en un espacio acotado y con un registro de vehículos autorizados, que tendrán que llevar visible una acreditación. "Nuestro objetivo es garantizar el cumplimiento de las normas. Por eso propondremos medidas contra aquellos que se las saltan con prácticas de intrusismo y para garantizar que todo aquel que cumpla la normativa pueda prestar el servicio de forma adecuada", dijo el lunes el delegado de Movilidad, Juan Carlos Cabrera.

Antes de que se implanten estas medidas, y pese al respaldo legal con el que cuenta su actividad, en Sevilla los taxis concertados se han encontrado con numerosos problemas a la hora de rendir en el aeropuerto. Los taxistas que iban a recoger a alguien se han encontrado en más de una ocasión con las ruedas pinchadas o con la carrocería llena de huevos. Hay un espacio habilitado para los taxis concertados, pero sin vigilancia ni cámaras de seguridad, por lo que nunca la Policía ha podido detener a los autores de estos sabotajes. Ahora, uno de los compromisos adquiridos entre el delegado de Movilidad y el director del aeropuerto es precisamente el refuerzo de cámaras de videovigilancia en los aparcamientos del aeródromo.

En el caso de los taxis de otros municipios que vienen a recoger clientes en el aeropuerto de Sevilla, también ha habido numerosos problemas. En noviembre de 2012, la Asociación de Transportistas Onubenses (ATO), la Asociación General de Transporte y Autónomos (AGTA) y la Federación Nacional de Asociaciones de Transportistas de España (Fenadismer) remitieron una carta al entonces alcalde, Juan Ignacio Zoido, reclamándole la adopción de medidas de protección y seguridad para el colectivo de taxistas de fuera de la ciudad -especialmente de Huelva, pero también de otras provincias como Córdoba y Cádiz- que operan en el aeropuerto, "ante las coacciones y agresiones" que sufrían por parte de sus colegas del aeródromo de Sevilla.

En aquella carta, estas asociaciones recordaban que los taxistas sevillanos "no deben ni pueden apropiarse para su uso y negocio exclusivo" y lamentaban las "agresiones en forma de zarandeos, pinchazos de ruedas, roturas de lunas y arañazos" que sufrían por parte de "un pequeño grupo de taxistas" del aeropuerto, que "actúan con prácticas de pandilla organizada". Incluso la Fiscalía denunció a varios taxistas de San Pablo por amenazar y coaccionar a otros compañeros del sector, pero todos los casos que se abrieron en los juzgados se terminaron archivando por la falta de testigos. O más bien por el miedo de éstos a declarar ante un juez.

Una campaña de control con 40 denuncias

El Ayuntamiento inició a mediados de febrero una campaña de control en el aeropuerto de San Pablo y en la estación de Santa Justa, que se ha traducido en 87 inspecciones en las primeras tres semanas. Sin embargo, sólo dos de esos controles han sido a taxistas del aeropuerto. Las dos se han saldado con denuncias por irregularidades en la prestación del servicio. En total se han interpuesto 40 denuncias, de las que 12 han sido a los vehículos de la empresa Cabify, ocho a otros coches de alquiler con conductor y las 18 restantes a particulares. También se han inspeccionado casi medio centenar de taxis de otros municipios que fueron a recoger a clientes a San Pablo.

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