La minuciosa restauración de la portada de Niculoso Pisano
La conservación de los conventos de Sevilla
En una primera fase el IAPH ha eliminado las humedades y consolidado todo el conjunto.
Se están realizando pruebas para la reintegración cromática de los azulejos.
Una intervención de conservación. La magnífica portada que Niculoso Pisano realizó a principios del siglo XVI para la iglesia del convento de Santa Paula está ya libre de las patologías que sufría. Un equipo multidisciplinar del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) ha conseguido eliminar las filtraciones de agua que, por capilaridad y filtración, estaban causando importantes daños en la cerámica. Además, en esta primera fase de los trabajos, se ha consolidado todo el conjunto. La actuación ha sido posible gracias al convenio de colaboración firmado entre el IAPH, la organización privada sin ánimo de lucro World Monuments Fund España y la congregación de religiosas jerónimas del monasterio, y a la donación realizada por la Fundación Annenberg.
En esta primera fase de la restauración integral de la portada los técnicos de patrimonio se han ocupado de eliminar las humedades y consolidar y limpiar toda la superficie, con especial atención al tímpano y el zócalo superior que tuvieron que ser desmontados para su tratamiento. “Presentaba importantes problemas de agua producidos por la lluvia, que se acumulaba en la parte superior, y por la que subía más de dos metros desde el suelo”, explica Teresa Morillo, arquitecta del IAPH. Para subsanar estas afecciones se ha impermeabilizado la cubierta, alargado los desagües y se han abierto zanjas de ventilación en el suelo. Además, el equipo ha trasladado a otra zona del jardín los dos árboles paraísos situados a ambos lados de la puerta que contribuían a atraer el agua. Una vez hecho esto, los restauradores especializados en cerámica limpiaron los azulejos.
El IAPH está actualmente realizando toda una serie de pruebas para proceder a la recuperación cromática de la fachada, ya que muchas de las piezas han perdido color y hay esmaltes que han saltado. Los técnicos del instituto se enfrentan a una prueba complicada, porque es la primera vez que se va a actuar sobre una cerámica de principios del XVI que es muy delicados. “Estamos analizando qué tipo de materiales podemos usar para no desvirtuar las piezas. Sobre este tipo de azulejos no se han hecho pruebas. Buscamos compuestos compatibles que no causen daños físicos ni químicos”, señala Jesús Espinosa.
Para lograrlo se están realizando en el laboratorio ensayos de envejecimiento acelerado, eficiencia, termohidrométricos con ultravioletas y también se están sometiendo a cambios bruscos y acusados de temperatura similares a los que padece la portada. Todas las conclusiones podrían estar listas en septiembre para comenzar los trabajos a continuación. La otra posibilidad es que la obra de Niculoso Pisano se quede tal y como está si las pruebas no ofrecen el resultado esperado, lo que implicaría que cada cinco años, aproximadamente, habría que realizar una revisión. En cualquier caso, la lectura iconográfica del conjunto es buena, pese a las lagunas existentes.
La restauración ha sido posible gracias al impulso decisivo de World Monuments Fund, cuyo representante en España, Pablo Longoria, resalta la implicación que requieren este tipo de actuaciones: “Todo se inició con la visita de uno de nuestros socios donantes al convento. Nos pidió que le presentáramos un proyecto y nos dio un dinero para arrancar. Para nosotros este ha sido el inicio de la relación con los conventos de Sevilla. Ahora hemos recibido otra donación de 250.000 Dólares y esperamos que junto al Arzobispado, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento podamos poner en marcha planes para ayudar a otros conventos”.
La actuación realizada por el IAPH ha servido además para profundizar enormemente en el conocimiento de la obra y de su autor. “La portada es un elemento único en la historia de la arquitectura. El ritmo de construcción es gótico pero está realizada al modo mudéjar y ornamentada con azulejo plano pintado de estilo renacentista. El repertorio de la arquivolta no aparece en arquitectura en Sevilla hasta mediados del XVI, cuando se hacen la Capilla Real y la Sacristía Mayor de la Catedral, aunque estaban dibujados desde antes”, indica José Luis Gómez Villa, historiador del IAPH. Según sostiene, la construcción de Pisano, realizada entre 1500 y 1504, es de “carácter experimental”. Pisano habría cocido los azulejos unos encima de otros mediante unos trípodes, cuyas huellas se conservan en el esmaltado, como han comprobado. Durante la obra se ha realizado una prospección arqueológica y se ha llegado a los cimientos. “No se observa ninguna construcción anterior”, indica el historiador, que añade que todo indica que la cruz que remata la crestería no es original: “No es de barro sino de granito”.
Pisano se enfrentó a un problema cuando tuvo que colocar los relieves y esculturas realizadas por Pedro Millán: “Tiene que embutir los tondos y rompe el dibujo de la arquivolta. Como afecta a los azulejos hace una nueva cocción para rellenar los espacios que quedan. También pasa lo mismo con los ángeles de las enjutas”, apunta Gómez Villa. Otro motivo curioso es el escudo de los Reyes Católicos, que está hecho en dos piezas de mármol. El convento se empieza a construir en 1473 y diez años más tarde aparece Isabel Enríquez, esposa del Condestable de Portugal, quien le da un gran impulso a la construcción de la iglesia para que sean enterrados en ella. “Eran íntimos amigos de los Reyes Católicos. En 1504 Niculoso Pisano hace también el oratorio del Alcázar y el primer hijo del ceramista es amadrinado por la sobrina del Condestable, ya que ellos no tenían hijos”.
Esta restauración es la primera de gran calado que se le realiza a la portada. En el siglo XX no hay ninguna documentada. “En 1979 se le cae encima una palmera y en 1980 Rafael Manzano dice que hay que restaurar, pero no se hace nada”, sostiene Gómez Villa. En 1987, el Instituto para la Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid realiza un proyecto de intervención. “En 1989 se llevan toda la crestería y la restauran allí. La colocan en 1992, y Cultura dice que se realiza una limpieza de los azulejos”.
Gracias a esta importante intervención la creación única de Pisano está perfectamente conservada y a la espera de la reintegración cromática.
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