Más de 30 millones para combatir el calor en las aulas
La climatización de los colegios
Las consejerías de Educación y Empleo y la Diputación desarrollan distintos programas para reducir el efecto de las altas temperaturas con medidas sostenibles
Los más de 35 grados que se sufrieron el año pasado, por esta época, en las aulas sevillanas dejaron huella. El malestar de la comunidad educativa por las condiciones en las que se daban las clases generaron una serie de protestas que dejaron en evidencia la calidad de la enseñanza pública de la que alardea la Junta. Las distintas administraciones se pusieron las pilas desde ese momento. No podía ocurrir más. Los centros educativos eran hasta entonces los únicos edificios públicos en los que la refrigeración estaba ausente. Una carencia que no se entendía en una sociedad a la que se le había transmitido de forma reiterativa que la enseñanza era la principal apuesta. Cuando ha transcurrido un año de aquella ola de calor, Junta, Diputación y ayuntamientos se afanan en dotar de confort las aulas donde estudian los más pequeños. Un esfuerzo que se traduce en una inversión que supera los 30 millones de euros en la provincia de Sevilla.
La Junta contribuye con esta mejora a través de dos consejerías: la de Educación y la de Empleo. La de Educación invierte cinco millones de euros en la provincia en 63 actuaciones encaminadas a reducir el efecto de las altas temperaturas en las aulas. Unos trabajos que se incluyen en el programa de Climatización Sostenible y Rehabilitación Energética ClimatizaciónSostenibleRehabilitación Energéticade los centros docentes públicos. Este plan -presupuestado a nivel regional con 25 millones de euros- tiene como fin principal mejorar el confort térmico de los centros según las líneas de eficiencia energética establecidas por la Unión Europea. Para ello, resulta fundamental conocer la necesidades de los edificios. Desde que se puso en marcha se priorizó aquellos municipios y barrios que soportan las temperaturas más altas.
Con el objetivo de identificar las carencias de los colegios e institutos, en octubre del año pasado la consejería de la que es titular Sonia Gaya remitió a todos los centros públicos, a través de la plataforma Séneca, un cuestionario sobre el gasto energético y el calor que padecen los alumnos en sus instalaciones. A esta información se sumó la que aportaron los técnicos de la Agencia Andaluza de Educación en la visita que realizaron a los mismos, en la que comprobaron el horario de uso de cada uno, el tipo de aislamiento con el que cuentan y la protección solar, esto es, la presencia de lamas y vegetación.
A este desembolso hay que sumar los 169 proyectos que pondrá en marcha la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio para las mejoras energéticas en edificios educativos. Estas actuaciones están dotadas con 20 millones de euros, una cantidad que aporta la Agencia Andaluza de la Energía a través de fondos Feder. La inversión supone el 90% del coste de los trabajos. El 10% restante han de abonarlo los ayuntamientos de las localidades que se benefician de dicho programa, por lo que el gasto total asciende a los 22,6 millones de euros.
Estos trabajos se centran en procedimientos que aporten confort a las aulas pero que, a la par, contribuyen a una reducción del gasto energético. Así, 18 actuaciones se centrarán en el cambio de ventanas, 44 en mejorar el aislamiento y 107 en otro tipo de intervenciones de eficiencia energética. Las actuaciones se desarrollarán en 19 municipios, entre ellos, la propia capital hispalense, donde 21 colegios se beneficiarán de este este programa.
La Diputación, por su parte, también contribuirá con la mejora de la climatización de las aulas. Lo hará con 3,5 millones de euros procedentes del Plan Supera. Esta cantidad se hará realidad en 38 colegios, que recibirán una subvención máxima de 92.105 euros cada uno. Las ayudas se destinarán a centros de Infantil y Primaria que se encuentren en localidades con menos de 20.000 habitantes. Las medidas que se contemplan para evitar que el mercurio supere los 30 grados en las clases donde estudian los menores pasan por la sustitución de carpinterías y vidrios que mejoren el aislamiento térmico; la instalación de toldos, persianas y marquesinas; la colocación de cubiertas ecológicas ajardinadas y fachadas vegetales; la plantación de árboles y la sustitución del pavimento; y la aplicación de pinturas a base de cal o silicato potásico. También incluye la dotación de equipos de aire acondicionado, eso sí, siempre que cuenten con generadores de energía fotovoltaica. El periodo de ejecución este proyectos abarca desde este mes de junio al de 2019, con posible prórroga hasta el 15 de agosto del próximo año.
Sin embargo, estos planes (la mayoría de ellos son aún promesas) han provocado más escepticismo que satisfacción en los padres. Las AMPA que conforman la plataforma Escuela de Calor, a través de la cual las administraciones tomaron conciencia el año pasado de la necesidad de mejorar la climatización de los colegios, critican que no se les haya hecho partícipes a la hora de elaborar estos programas así como de la planificación en los centros prioritarios de actuación.
No deben superarse los 27 grados
Es una máxima que han de tener en cuenta las administraciones. Ningún edificio de trabajo debe superar los 27 grados, un requisito que cumplen muy pocos colegios. Alfonso Carmona, director del Grupo IHP (Instituto Hispalense de Pediatría), ya indicó a este periódico el año pasado, cuando se padeció una ola de calor en los centros educativos, que la temperatura para trabajar o estudiar debe oscilar entre los 17 y 27 grados. Este especialista, sin embargo, había comprobado cómo en muchas aulas se habían alcanzado los 32 grados. Por tal motivo, Carmona defiende que “con nuestro clima el aire acondicionado se vuelve necesario y no repercute para nada en la salud de los niños”, una afirmación contraria a la expresada por la que fuera consejera de Educación, Adelaida de la Calle. Eso sí, para su correcto uso deben mantenerse unas pautas de mantenimiento: limpieza mensual de los filtros, renovar el aire de las clases cada hora y regular el aire acondicionado entre los 22 y 23 grados cuando se encuentra instalado en un aula con casi 30 alumnos. El uso de este aparato puede ser en balde si no viene acompañado de otras mejoras, especialmente en aquellos edificios que se construyeron sin seguir las pautas de sostenibilidad actuales. En este apartado se incluyen las protecciones solares, la sustitución de persianas por lamas, un correcto aislamiento y una abundante vegetación. El Ayuntamiento de Sevilla ha tomado buena conciencia de este último aspecto, de ahí que durante el presente mandato haya iniciado un importante programa de reforestación en los colegios. Para junio de 2019 se prevé que se hayan plantado 900 árboles en estos centros de enseñanza.
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