El 'frutómetro' en los colegios sevillanos: "El 90% de los niños no come fruta habitualmente"

La alimentación saludable en las edades más tempranas es fundamental para el desarrollo y buen crecimiento de los niños.

En ese sentido, el ministerio de Consumo y Agenda 2030 se ha puesto las pilas y pretende instruir a los centros educativos para que mediante un real decreto se fomenten en los colegios las bases de una buena alimentación.

Se trata de una nueva norma que convierte aún más al colegio como agente activo en la educación más allá de lo curricular, que consistirá ofrecer a sus alumnos frutas y verduras cada día y prohibirá las bebidas azucaradas, de forma que los comedores solo podrá servir agua como bebida.

En paralelo, y fuera del comedor, los colegios sevillanos, tanto públicos como concertados y privados, se han puesto las pilas a la hora de desayunar con lo que se conoce como 'frutómetro'.

Competición y recompensa

Aunque el término no existe como tal en la RAE, se entiende que tiene que ver con frutas, y con una medición. Y así es.

En algunos de los llamados 'frutómetos' con más enjundia se fomentan incluso competiciones divertidas entre el alumnado para no repetir la fruta, de modo que se presenta como una opción divertida entre los niños de entre tres y diez años, haciéndose conscientes así de que una alimentación saludable es importante para un buen crecimiento.

Asismimo, las familias no llevan todo el peso como las únicas instructoras de los buenos hábitos de alimentación entre menores.

Algunos de los centros educativos en los que está implantado este método son Las Mercedarias, Sagrado Corazón (Las Esclavas), Portaceli, San Antonio María de Claret o Santa Joaquina de Verdruna.

"Se me olvida a menudo"

Nuria, una madre de una pequeña escolarizada en Verdruna, considera la medida como "positiva", pero reconoce que "se le olvida a menudo".

Por su parte, los profesionales sanitarios aplauden la medida.

En ese sentido, Antonio Domínguez, pediatra de un centro de salud del SAS en Sevilla capital manifiesta que se trata de "una iniciativa muy buena para promover hábitos de vida salubles que a veces en las casas no se cumplen", apunta.

El 90% de los casos no cumple lo mínimo, que son las famosas 5 piezas de frutas o verduras al día"

En palabras del pediatra, la medida favorece una buena alimentación y contribuye a una menor obsesidad infantil: "Aquellos niños que veo en consulta que sustituyen las vitaminas por azúcares, porque lo ofrecen las familias, sin duda se ponen enfermos con más frecuencia, se recuperan peor y duran más sus procesos, y tienen más opciones de sufrir patologías o diabetes en la edad adulta, está comprobado", apunta.

Como en todo, la medida también tiene sus detractores, porque no todo el mundo tiene tiempo para preparar diariamente una opción diferente y variada.

Un padre de un niño de cinco años alumno del colegio San Antonio María de Claret, mantiene que "yo tengo un día solo y ya un drama", por lo que considera este sistema como una imposición con la que no obtiene los resultados esperados.

"Es una forma no invasiva de que tome fruta, sin obligar a los niños"

Por su padre, Fernando sí se muestra contento con la medida porque, según afirma, "hemos descubierto en casa una vía no agresiva ni invasiva para que la niña tome fruta. Cuando obligas a los niños a tomar fruta no quieren, y con este juego o competición en el cole consigues que durante la semana tomen bastantes piezas de fruta. Es original y divertido", apunta Fernando, padre de una niña de 1º de Educación Primaria.

De esta forma, la medida se une a los retos que planea el estudio Aladino 2023 (Alimentación, Actividad física, Desarrollo infantil y Obesidad), cuyos resultados concluyen que existe una prevalencia del exceso de peso en niños de 6 a 9 años de familias con rentas inferiores a los 18.000 euros brutos anuales llega al 46,7 por ciento, frente al 29 por ciento de los menores de familias que ingresan más de 30.000 euros.