La metamorfosis sanitaria: la nueva realidad de los hospitales sevillanos
Coronavirus Sevilla
Los centros comienzan el repliegue manteniendo los circuitos diferenciados, el cribado de pacientes en los accesos y la telemedicina como las claves del nuevo modelo sanitario
El coronavirus ha cambiado la vida de los hospitales de todo el país. De su día a día, de sus trabajos, de sus pacientes y de sus espacios. Los centros sanitarios se han convertido en el epicentro en el que conviven la calma tensa, el miedo, el nerviosismo y el Covid-19 en primera persona. En Sevilla, desde las primeras infecciones y los primeros ingresos en el mes de febrero, todos los hospitales de la provincia y sus profesionales tuvieron que adaptarse rápidamente a las nuevas circunstancias para hacer frente a una pandemia sanitaria sin precedentes. Unos cambios que básicamente se han llevado a cabo en dos frentes distintos: el de los pacientes ingresados a causa del virus y el del resto de pacientes aquejados de otros síntomas que, pese a la situación excepcional, deben seguir recibiendo la atención y tratamiento adecuados.
El gerente del Hospital Virgen del Rocío, Manuel Molina Muñoz, asistió con "preocupación" los momentos iniciales de la transformación del centro. Aquí ingresó el primer infectado de coronavirus en Sevilla y Andalucía a mediados de febrero y prácticamente guió el camino de la atención de esta enfermedad en toda la comunidad. Durante el pico de la pandemia la actividad asistencial en el centro llegó a reunir 27 pacientes atendidos en la UCI, 95 en plantas de hospitalización y otros muchos en seguimiento domiciliario o en residencias de personas mayores, "todo ello de manera simultánea", matiza el doctor Molina. Unos número que llegaron a poner en jaque el sistema sanitario sevillano y que, desde hace ya varias semanas, han permitido la recuperación paulatina de una nueva normalidad adaptada a la convivencia con un virus que dejará para siempre una huella en la vida hospitalaria.
"Ahora estamos doblemente preparados, tanto para posibles rebrotes de la epidemia como para ir retomando la actividad asistencial habitual. Además, durante todo este tiempo no se ha interrumpido la investigación, por lo que estamos participando activamente en varios ensayos clínicos nacionales e internacionales y otros estudios específicos sobre el coronavirus, para intentar mejorar su diagnóstico y tratamiento y aportar conocimiento sobre medidas profilácticas para evitar el contagio de los profesionales que atienden a esta población", explica .
Una recuperación de la actividad habitual a la que apunta el doctor Molina que ya está en marcha, pero con la mirada fija en algunos cambios que ha provocado la pandemia y que parecen haber llegado para quedarse."Hay medidas que han dado muy buenos resultados y las vamos a mantener como las sesiones clínicas telemáticas y la atención telefónica y telemática de algunos pacientes", afirma gerente.
En la otra punta de la ciudad, en el Hospital Virgen Macarena la progresiva disminución de ingresos por coronavirus ha permitido estos días el inicio de la reorganización de las estancias para iniciar la recuperación de la actividad normal. Este hospital dispuso al inicio de la pandemia un área de hospitalización destinada a pacientes positivos por coronavirus que ocuparon las 4 alas de la quinta planta. A ellas se le sumó la oferta de dos alas más, ubicadas en la segunda planta y destinadas al ingreso de pacientes sospechosos en espera de confirmación de las pruebas de PCR. En total, el centro llegó a ofertar 119 camas para el tratamiento de la enfermedad. Hoy en día, la mejora de la situación en la provincia ha hecho posible mantener una única ala de hospitalización disponible para pacientes con sospecha, otra para casos confirmados y una tercera para reserva.
Al mismo tiempo, el centro amplió la unidad de Cuidados Intensivos con ocho boxes individuales (además de los 30 ya existentes), así como en la Unidad de Recuperación post-operatoria (URP), unidad Coronaria y otras áreas, hasta sumar un total de 70 camas y creó la unidad de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI) con 6 camas para pacientes que requerían una vigilancia específica para patologías respiratorias complejas en casos positivos. El Macarena también reforzó el equipo humano dedicado a la enfermedad con oncólogos, anestesistas, endocrinólogos, especialistas de digestivo y alergólogos que se sumaron al equipo Covid coordinado desde el servicio de Enfermedades Infecciosas e integrado por Medicina Interna y Neumología en colaboración continua y directa con las Urgencias y Cuidados Intensivos.
Estas dos últimas unidades son precisamente el mejor espejo para reflejar el descenso en la presión asistencial en la evolución de la pandemia. Al principio fueron las áreas que más rápidamente tuvieron que adaptarse para evitar trasmisiones cruzadas del virus de unos pacientes a otros o entre los profesionales. En el Virgen del Rocío, durante estos casi tres meses desde que ingresara el primer paciente infectado, la disminución de la demanda asistencial se ha producido prácticamente en todas las unidades del hospital, aunque ha sido especialmente sensible en las Urgencias pediátricas y de adultos, donde se ha registrado un descenso de más de un 60% con respecto a otros años, según apunta el gerente del centro. En este tiempo, básicamente se han establecidos "dos circuitos asistenciales independientes en las cuatro puertas de urgencias del centro, en las Unidades de Cuidados Intensivos de adultos y pediátricas, en las plantas de hospitalización o en las áreas quirúrgicas", apunta el doctor Molina.
En el Macarena, a día de hoy, se mantiene el dispositivo de cribado en todos sus accesos. Es decir, a todos los pacientes que acceden al centro se les realiza una recogida de muestras para análisis de PCR para confirmar o descartar un posible contagio. Este cribado cobra especial relevancia en las Urgencias donde también se sigue manteniendo ese circuito asistencial diferenciado y también en los ingresos de pacientes programados para actividad quirúrgica. Para estos últimos, en el caso de pacientes positivos, el centro tiene destinado un quirófano del área de Urgencias, donde estos son intervenidos, dentro de un marco que salvaguarda tanto la seguridad del paciente como la de los profesionales.
Aunque no bajan la guardia, en los hospitales de la provincia no se teme ahora mismo por un desbordamiento asistencial por lo que ha llegado el momento de recuperar toda la actividad paralizada por la crisis y de poner en valor aquellas técnicas y métodos que han demostrado su eficacia a lo largo de todo este tiempo. En el Virgen del Rocío, su gerente asegura que el número de pacientes con patologías que requieren ingreso hospitalario se ha mantenido "prácticamente igual antes y durante la pandemia". "Los pacientes con patologías que han requerido asistencia hospitalaria no se han quedado en casa sin acudir a urgencias por miedo al contagio", matiza.
Aquí, al igual en el resto de hospitales de la provincia, las patologías cuya atención se consideraba no demorable, tales como "urgencias, procesos oncohematológicos, cirugías programadas de procesos de riesgo, incluyendo los trasplantes hepáticos y cardíacos en pacientes graves" –señala el doctor Molina– se ha garantizado en todo momento. También la actividad quirúrgica ha seguido su curso, eso sí, con el seguimiento de un protocolo exhaustivo para salvaguardar la seguridad de pacientes y profesionales. En el Virgen del Rocío han sido intervenidos hasta finales del mes de abril 200 pacientes con afecciones complicadas o urgentes. De ellas, la mitad ha correspondido a una cirugía compleja de cáncer. "El reto en la cirugía de Urgencia ha sido mantener actividad básica y vital, además de garantizar que los infectados por el Covid-19 que además tuvieran un problema quirúrgico urgente hayan sido atendidos", detalla el jefe de Sección de Cirugía de Urgencias del hospital Felipe Pareja. Para ello han contado con un circuito especifico con quirófanos diferenciados en los que los profesionales disponían de equipos de protección específicos.
Ha ocurrido lo mismo en el Hospital de Valme, referente del área sanitaria Sur de la provincia, donde más de 500 pacientes con patologías oncológicas o de carácter urgente han sido intervenidos con total seguridad desde el 16 de marzo. De esas intervenciones, 280 pacientes han necesitado cirugías complejas por cáncer, 180 por algún problema de salud que no admitía demora y un centenar han sido cirugías graves urgentes. A ello hay que sumarle las cirugías de pacientes infectados por Covid-19 que no podían esperar.
La adaptación de este centro también fue crucial en los momentos álgidos de las infecciones y, precisamente debido al descenso de la actividad programada no urgente, desde el Bloque Quirúrgico se cedieron espacios físicos a la UCI (Hospital de Día Quirúrgico y la Unidad de Recuperación Post-anestésica, según necesidades), así como material y profesionales, que han participado en las tareas de monitorización en Cuidados Intensivos. Además, también se llegaron a montar de forma puntual dos quirófanos en salas de recuperación post-anestésica al objeto de rentabilizar recursos sin necesidad de interferir en la programación quirúrgica.
La pandemia tampoco ha descuidado los tratamientos oncológicos. Unas patologías que no pueden esperar y para la que en el Macarena donde ha puesto en marcha un programa de teletrabajo, donde el 65% de las tareas relacionadas con el tratamiento de radioterapia han sido resueltas por este sistema, garantizando la asistencia de los pacientes en tiempo y forma, y limitando la exposición a posibles contagios. Asimismo, se ofrece a todos los pacientes la posibilidad de contacto por correo electrónico, telefónico o por redes sociales, además de realizar las visitas de seguimiento y/o primera consulta, por vía telefónica, procurando que las visitas físicas coincidan con la realización de TAC de simulación. Todas estas medidas permitieron que durante el pico de la epidemia en la provincia –desde el 13 de marzo al 14 de abril– 104 pacientes con cáncer hayan podido comenzar su tratamiento de radioterapia en este hospital.
En el Virgen del Rocío, los especialistas en Radioterapia y Radiofísica atienden cada día a unos 220 pacientes con cáncer y otros 160 reciben tratamiento de quimioterapia en el Hospital de Día. Este volumen ha mantenido durante la pandemia y, además, se han incorporado tres líneas de teléfono de asistencia por efectos secundarios de estos tratamientos y dudas en general.
A partir de ahí, los hospitales han diseñado un Plan Funcional para la Normalización de la Actividad Asistencial, que, en el caso del Virgen del Rocío "contempla adaptar las salas de espera y las consultas para mantener el distanciamiento social, uso de mascarillas en los centros y restricción del número de visitas en el hospital para que todos los espacios sean seguros para todos".
También ha llegado ahora el turno de la telemedicina. Esa no presencialidad de los pacientes ha dejado patente algo de lo que los profesionales ya venían advirtiendo hace tiempo como es el abuso del sistema. En el Virgen del Rocío aseguran que la teleconsulta "es ya una realidad". "Está posicionándose como una nueva forma de ejercer la medicina y se está convirtiendo en una alternativa a la hora de ofrecer servicios sanitarios de alta calidad. Disponemos de líneas de teléfono suficientes, aplicaciones que permiten videollamada o compartir información clínica con el paciente de manera segura, autoevaluar los síntomas de Covid-19, medidas para facilitar el teletrabajo y videocontrol del paciente desde los controles de enfermería gracias a las tabletas electrónicas donadas y a las pantallas de televisión disponibles en las habitaciones", aclara el gerente del hospital que acaba de incorporar a esta técnica el área del Radiodiagnóstico que, gracias a la incorporación de 23 equipos informáticos de última generación, permiten a los profesionales realizar desde su casa la lectura y el diagnóstico de las imágenes tomadas en los equipos de radiología convencional, resonancia y tomografía computerizada (TC) del hospital.
En el Macarena, la sala digital lleva atendidas más de 4.100 consultas desde el mes de diciembre que se puso en marcha, todas ellas remitidas desde los centros de Atención Primaria, demostrando su eficacia a la hora de resolver necesidades de diagnóstico especializado sin requerir la presencia física del paciente. Las unidades con mayor demanda han sido Cirugía Ortopédica y Traumatología, Digestivo, Dermatología y Neurología, Oftalmología y Medicina Interna.
También en este centro, los neumólogos promueven la teleconsulta para pacientes con fibrosis quística y la entrega a domicilio de sus medicamentos, ante el elevado riesgo de tener una presentación más grave de la enfermedad en caso de contagiarse, dada su patología pulmonar subyacente. Entre estas estrategias destaca la suspensión de consultas de revisión, fomentando la resolución telefónica de problemas a través de telemedicina, así como la entrega a domicilio de la medicación de dispensación hospitalaria, para evitar desplazamientos al hospital, y en colaboración con el Servicio de Farmacia Hospitalaria.
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