Un menú de los más completo para los directores de colegios en Sevilla
El Macero
El Ayuntamiento prepara un ágape para los responsables de los centros escolares al comienzo del nuevo curso
El servicio, de tipo cóctel, contiene ocho aperitivos, postres y una generosa carta de bebidas
San Fernando, en busca de la salida
Me darán la razón en que pocas cosas hay más incómodas en un acto social que la de sostener la copa con una mano y un cuenco de comida con la otra. A no ser que usted disponga de una mesa o soporte cercano donde dejar la bebida, se verá obligado a hacer auténticos juegos de malabares para que nada caiga y poder usar los cubiertos con los que disfrutar del (supuesto) manjar que le sirven. Tal pensamiento se me ha venido a la cabeza cuando he leído el menú que la Delegación municipal de Educación del Ayuntamiento de Sevilla ha incluido en el pliego de condiciones técnicas que debe cumplir la empresa de cátering que se contrate para un encuentro muy especial: el agasajo que se le dará a los directores de centros educativos de la ciudad con motivo del inicio del próximo curso escolar. Espero, por su bien, que no lean esto en horas hambrientas.
Vamos al turrón, ya que hablamos de comida. La Delegación de Educación que dirige Blanca Gastalver (la eterna sonrisa) ha publicado estos días el pliego de prescripciones técnicas a tener en cuenta en la contratación de un servicio de cátering para ofrecer "una copa de vino andaluz" (a los del PP les ha dado fuerte por el andalucismo) con motivo del "encuentro y presentación del Paem (Plan de Actuaciones Educativas Municipales) para el curso 2024/25 a los directores y directoras de los centros educativos de Sevilla". Desconocemos si años anteriores o en mandatos pasados hubo encuentros de este tipo con los principales responsables de los colegios, pero no cabe duda de que para el equipo de José Luis Sanz resulta una prioridad mantener un contacto permanente con ellos. No en vano, en la pasada Feria de Abril se celebró por primera vez una recepción en exclusiva con estos profesionales. La puesta a punto de estas instalaciones educativas supone uno de los objetivos a lograr estos cuatro años, aunque la Federación de AMPA públicas (Fampa Nueva Escuela) lo ponga en duda.
Discusiones al margen, lo más interesante de este documento lo concentra el punto 6, que detalla las condiciones generales del servicio que debe prestar la empresa de cátering que se haga con el contrato. El ágape será tipo cóctel, entre las 21:30 y las 22:30 de la jornada (en septiembre u octubre) que determine el departamento al mando de Gastalver. Una hora en la que los asistentes no pasarán hambre. El documento lo garantiza. Para no perder detalle.
Los aperitivos, al detalle
El menú lo componen ocho "aperitivos" y el postre, para que los invitados se vayan bien servidos a casa. El primer entrante se ha convertido con los años en un clásico de cualquier acto englobado por las siglas BBC -ya saben: bodas, bautizos y comuniones (una nueva boda para los padres)-, se trata de una tabla de quesos españoles que, atención, debe constar de cuatro variedades. Cien gramos por comensal. El payoyo y el azul son de los más demandados en las últimas invitaciones, a juzgar por los pocos o nulos restos que quedan de ellos. El segundo entrante es otro clásico, la tabla de ibéricos, de idéntica cantidad por asistente. Sólo se cita el salchichón y la caña de lomo. El jamón, en principio, ni está ni se le espera.
Lo más ingrato para un servidor son los aperitivos intermedios. En concreto, dos cuencos. El de la ensaladilla y el de salmorejo. Seguro que a usted le ha ocurrido en más de una ocasión. En algún cóctel se ha visto con las dos manos ocupadas y sin posibilidad de dejar la bebida que sostiene en un soporte cercano. Este tipo de recipiente obliga a hacerse hueco en una mesa donde, con un alto riesgo de probabilidad, habrá otros invitados a los que no conoce o cuya presencia se le atraganta en el mismo lugar por donde pasará la comida depositada en el cuenco. Un sufrido incordio.
En el menú se observa que el salmorejo se ha convertido en el rey de todas las salsas. No existe ágape que se precie que no lo incluya en sus elaboraciones. Al menos, en éste que nos concierne los directores de los colegios lo tendrán más fácil, pues no será como en otras ocasiones, cuando aparece cubriendo carnes, verduras o embutidos, con el alto riesgo de estampar su color naranja en dedos y, en la peor de las suertes, en ropa. El salmorejo, siempre a mesa y mantel. Con servilleta larga que cubra buena parte de la indumentaria. Se evitan dolorosos lamparones.
Un toque francés
No podía faltar la recurrible "empanada artesana hojaldrada de bonito", una garantía para dejar saciado el estómago. Otros cien gramos por comensal. Tampoco está ausente el "minipincho" de tortilla, que empapa bien los cuerpos cuando se cuentan por pares las copas de vino, cerveza y manzanilla (incluidas en la generosa carta de bebidas del contrato). Y otro habitual: los panecillos de salmón ahumado y queso, dos unidades por persona.
La cita a inicios del curso escolar posee un toque francés. La gastronomía gala se hará presente a través de los "brioches variados", al que pocos restaurantes de nuevo cuño y cuidada decoración se han resistido. Este pan dulce permite la combinación con los más diversos productos. Para que luego digan que el Ayuntamiento no está al día en vanguardia gastronómica.
Para terminar
Y para rematar la noche, los postres, donde se deja abierta la elección a la empresa contratante. Fruta variada cortada de temporada (100 gramos por comensal) o "minipastelillos", a razón de dos unidades por invitado (para no pasarse con el azúcar, nada recomendable antes de irse a dormir).
Un menú más que completo para un encuentro al que asistirán un mínimo de 200 personas. Gastalver cuida muy bien a los responsables de los colegios sevillanos. Especialmente cuando a esas horas les tienen que hablar del PAEM, nombre que suenan a pan y ya provoca hambre. Buen provecho.
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