De la memoria al lío de enmiendas

De la memoria histórica a las líneas del Metro. En un Pleno municipal la chispa entre los concejales de los distintos grupos políticos puede saltar cuando el público presente menos se lo espera. En la sesión de ayer se cantó bingo en la primera propuesta de los socialistas, el punto 16 del orden del día: solicitar a la Junta de Andalucía la cesión temporal del solar del antiguo Equipo Quirúrgico para su uso como aparcamiento en superficie. Aguas calmadas durante el debate. La tormenta hizo acto de presencia en el turno para la explicación del voto.

En los puntos anteriores, desde la bancada popular y la de la formación naranja fueron varias las veces que se emplearon los términos "memoria histórica" para referirse a actuaciones de gobiernos que pasaron por la Plaza Nueva. A la enésima que se hizo referencia, esta vez por el concejal del partido de la gaviota Alberto Díaz, la presidenta del Pleno le rogó respeto y no usar "un asunto tan delicado a la ligera". En su respuesta, el edil señaló que haciendo uso de su "libertad de expresión", las palabras memoria e histórica aparecen en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Por lo que, dijo, las usará como crea conveniente: "Usted no es nadie para decirme cómo usar el diccionario. Es mi libertad", recalcó tras denunciar que la socialista Carmen Castreño "prohíbe y cercena la libertad de expresión de un concejal". Ante ello, la presidenta del Pleno volvió a insistir en la necesidad de que se prime el respeto, dejando claro que en la sesión plenaria no va a permitir que "se juegue con las palabras" ante asuntos de este tipo, algo que provocó el aplauso del público presente en el Salón Colón.

El segundo incidente no fue una chispa, sino una votación con lío final. El grupo liderado por Juan Ignacio Zoido llevó al Pleno una moción para exigir la construcción de la red completa de Metro y terminó votando en contra de su propia propuesta. El embrollo comenzó cuando los socialistas y Ciudadanos presentaron enmiendas para incluir en la propuesta que se pida financiación al Gobierno que dirige Mariano Rajoy, ya que el documento planteado por los populares sólo se dirigía a la Junta de Andalucía. El PP votó en contra de las citadas enmiendas, una posición que apoyó también Participa Sevilla. El voto favorable vino del lado de PSOE y C's, mientras que IU se abstuvo. Con esos resultados, las enmiendas no podían prosperar, ya que quedaban 15 en contra y 14 a favor. La confusión vino de Carmen Castreño, que dio por aprobadas estas modificaciones para exigir el Metro al Estado pese a no contar con los votos suficientes. La confusión reinante llevó a Zoido a votar en contra de su propia moción en los puntos que afectaban las enmiendas aprobadas.

El primero en percatarse del error fue José Miguel Luque. El jefe de gabinete del PP se acercó hasta Zoido para explicarle lo que había sucedido y pedirle que presentara una alegación. Hasta el secretario se acercó el ex alcalde. Al mismo tiempo, en los pasillos se producen charlas entre Espadas, Cabrera y Castreño. Reina la confusión.

La maraña quedó resuelta con una Junta de Portavoces que se celebró en el receso para almorzar. La resolución reconocía un error al contabilizar los votos en otras tres enmiendas del PSOE a otros tantos puntos de la propuesta del PP, que finalmente fueron anulados o rechazados y que apostaban por que se pidiera también al Estado lo que se pedía a la Junta: que promueva la construcción del Metro, lidere la búsqueda de recursos y que incluya este medio de transporte en sus presupuestos para 2016.

Al final, los populares votaron contra tres puntos de su moción al incluirse por error las enmiendas del PSOE. Además, se aprobó integrar la programación de las líneas de Metro en el marco de una estrategia que sea definida en la mesa de movilidad. Error de cálculo fruto del abanico político que tiene el Ayuntamiento desde mayo.