El melancólico aventurero espiritual

Perfil

L.S.M

10 de marzo 2013 - 07:26

Juan Bosco Díaz-Urmeneta tiene algo de caballero de la triste figura, de personaje melancólico que pasea por la ciudad con aire nebuloso. Sin embargo, los que lo conocen bien lo retratan como una persona con un fino y divertido sentido del humor. El actual profesor de Estética de la Universidad de Sevilla ha vivido (o sobrevivido) dos aventuras religiosas extremas: la Compañía de Jesús y el Partido Comunista. Con los jesuitas fue uno de esos curas obreros algo románticos que, en los años posteriores al Vaticano II, consideraron los tajos y las fábricas como tierra de misión, aunque, finalmente, fueron ellos los evangelizados por un marxismo que aún se veía en ciertos ambientes de Occidente como una fuente de liberación. Como comunista llegó a ser miembro de la nomenclatura sevillana para acabar, como tantos, decepcionado con las pequeñas miserias e intereses que caracterizan la vida política cotidiana. A cualquier persona le habría bastado una de estas experiencias para acabar espiritualmente extenuado, pero él habla de las mismas con una benevolente distancia: "En ambos lugares conocí a gentes extraordinarias". Es descendiente de Antonia Díaz, la poetisa y 'salonnière' sevillana del siglo XIX que tiene una calle junto a la Plaza de Toros.

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