El mejor neuropediatra de España pasa consulta en Sevilla: "La idea de dedicar poco tiempo, pero de calidad a los hijos suena bonita"
El doctor Manuel Antonio Fernández es el mejor neuropediatra de España en el ámbito privado, según la consultora 'Top Doctor'
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Médico “por circunstancias”, originario de Cádiz y neuropediatra en Sevilla, para el doctor Manuel Antonio Fernández, elegido mejor neuropediatra de España en el ámbito privado por la consultora Top Doctor, uno de sus mayores logros es haber conseguido que la neuropediatría “deje de ser una especialidad desconocida para el público general”.
A través de su labor divulgativa en redes sociales y medios de comunicación desde 2009, el doctor destaca de su carrera el haber logrado “concienciar” sobre la base neurológica de muchos trastornos del desarrollo en niños. “Hoy en día, cuando un niño tiene algún tipo de problema, tipo epilepsia o problemas de conducta, sus padres piensan en buscar un neuropediatra”, señala. “Con eso ya me doy por satisfecho”, apostilla.
Según explica el doctor Fernández, los trastornos del neurodesarrollo son los motivos de consulta más frecuentes en las unidades de neuropediatría, especialmente el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). En los últimos años también se ha producido un aumento significativo en los diagnósticos de trastorno del espectro autista (TEA).
Pregunta.¿Por qué decidió dedicarse a la neuropediatría?
Respuesta.Es una historia relativamente curiosa. Yo no comencé la carrera de Medicina por vocación, sino por circunstancias. Cuando acabé COU en 1998, España estaba sumida en una crisis descomunal y, aunque me gustaba la biología, en Cádiz, donde vivía, no había esa opción y mis padres no podían pagarme la carrera fuera. Las opciones eran limitadas y Medicina era la mejor alternativa. Al principio, elegí pediatría con la idea de que sería algo similar a la medicina interna del niño, pero pronto descubrí que era más bien medicina familiar infantil, lo cual me resultaba aburridísimo. Durante una rotación en neurología pediátrica me sentí atraído por lo desconocido de la especialidad, que además era compleja y no muy popular. Esa falta de interés generalizada y la naturaleza desafiante de la especialidad fueron factores que me llevaron a quedarme en ella.
P.¿Qué descubrió ya una vez metido en la especialidad?
R.Descubrí que las familias con hijos que tienen problemas neurológicos estaban muy desatendidas. A pesar de la alta prevalencia de estos problemas, había muy pocos especialistas en neuropediatría, y aún menos información disponible sobre el tema. Cuando terminé la especialidad en 2010, me di cuenta de que la figura del neuropediatra era prácticamente desconocida. Las familias no sabían dónde acudir para tratar problemas neurológicos en niños, y tendían a consultar otros profesionales como psicólogos, logopedas o neurólogos generales, sin saber que existía un especialista específico para estos casos.
P.En contra de ese desconocimiento inicial, ahora parece que estamos ante el 'boom' de la atención neuropediátrica...
R.Las patologías neuropediátricas siempre han existido, pero antes había poca detección y los padres no estaban informados. Hace 10 ó 20 años, trastornos como la hiperactividad se veían como mal comportamiento y los problemas de atención como pereza. En las últimas décadas, la preocupación por la infancia ha crecido, y el acceso a más información, especialmente a través de las redes sociales, ha aumentado la conciencia y la búsqueda de ayuda más temprana.
P.¿Cuáles son los principales trastornos que se detectan en la actualidad?
R.Los principales trastornos detectados actualmente en neurología pediátrica son los del neurodesarrollo, especialmente el TDAH (trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad). Además, ha aumentado considerablemente el diagnóstico del trastorno del espectro autista, aunque muchos de estos diagnósticos son cuestionados. Se considera que hay un boom excesivo en el diagnóstico, incluyendo casos que no deberían ser patológicos o que podrían estar relacionados con otros problemas, como trastornos del lenguaje o TDAH con dificultades sociales. La amplia definición del espectro está generando confusión y posibles diagnósticos erróneos.
P.¿Existe una edad a la que haya que estar más atento a posibles síntomas de alerta?
R.La edad clave para estar atento a posibles síntomas varía según el tipo de trastorno. Por ejemplo, si un niño no empieza a hablar a los 12 ó 15 meses, puede haber un trastorno del lenguaje. Entre los 18 y 24 meses, si el niño no se relaciona adecuadamente, podría ser un signo de trastorno del espectro autista. Y entre los 3 y 5 años, si el niño no presta atención o no sigue el ritmo de la clase, podría ser indicativo de problemas como el TDAH.
P.¿Qué relevancia tiene el ámbito escolar a la hora de identificar estos trastornos?
R.El ámbito escolar es crucial para identificar trastornos, ya que la comparación con otros niños ayuda a detectar posibles problemas. Durante la pandemia, al estar muchos niños no escolarizados, los padres no se dieron cuenta de los problemas que sus hijos podían tener. Por eso, la escolarización y las escuelas infantiles son fundamentales para detectar trastornos a tiempo y comenzar la intervención lo antes posible.
P.Otra cuestión relacionada con las extraescolares y las actividades a las que tenemos a los niños constantemente sometidos, incluso desde bebés, ¿Cómo afecta al desarrollo esa sobreestimulación?
R.Las actividades extraescolares suelen ser más por necesidades de conciliación familiar que por sus beneficios directos al niño. Sin embargo, el tiempo de calidad con los hijos es fundamental. Vivimos en una sociedad apresurada, y aunque la idea de dedicar poco tiempo, pero de calidad suena bien, es crucial que el tiempo sea tanto de calidad como suficiente. Los padres deben estar presentes en la vida de sus hijos, compartiendo tiempo y no delegando completamente su desarrollo a la escuela o actividades extraescolares.
P.¿Por qué cree que lo han elegido como el mejor neuropediatra de toda España?
R.Creo que ha jugado un papel fundamental el enfoque cercano y personal de todo nuestro equipo. No sólo centrado en diagnosticar, sino en asegurarnos de que los padres comprendan la situación de sus hijos y tengan las herramientas para mejorarla. Además, para nosotros es muy importante la confianza, la claridad en la información y la normalidad en el trato. Yo nunca uso la bata, por ejemplo, así creo un ambiente más relajado y accesible.
P.¿Qué destacaría de su aportación personal a la especialidad?
R.Para mí es un orgullo haber logrado que la neuropediatría sea ahora reconocida, algo que antes era desconocido. Aunque aún no cuenta con un reconocimiento oficial en España, la contribución a la especialidad considero que ha sido clave para ponerla en el lugar que le corresponde. También es muy importante el crecimiento de la Sociedad Española de Neuropediatría y la importancia de la labor de divulgación, que se refleja en la presencia de un responsable de prensa para dar a conocer el trabajo de los neuropediatras, algo impensable hace diez años.
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