Al-Medina, cuando la tradición y la autenticidad son los mejores ingredientes

Sevilla

Tajine de cordero con almendras.
Tajine de cordero con almendras.

23 de enero 2025 - 05:00

Ubicado en la Alameda de Hércules, el restaurante Al-Medina es un lugar para disfrutar de la comida y que se convierte en una puerta abierta hacia lo mejor de la cocina de Marruecos. Desde su apertura en 1998, este rincón de Sevilla se ha destacado por ofrecer una alternativa a la cocina tradicional de la ciudad, combinando sabores árabes con un toque de elegancia y autenticidad que lo convierten en un verdadero embajador de lo mejor de la gastronomía del Magreb.

El reciente traslado de Al-Medina a un local más amplio en la calle Jesús del Gran Poder ha potenciado la experiencia que ofrece. Con capacidad para 76 personas, un salón privado y una terraza, el espacio combina lo tradicional y lo moderno. Las paredes adornadas con escayola tallada por artesanos marroquíes y los tonos cálidos en rojo, añil y verde transportan a ciudades como Fez o Marrakech.

La carta de Al-Medina es un reflejo fiel de la diversidad y riqueza de la cocina marroquí, que combina tradiciones mediterráneas con especias y condimentos que realzan cada plato sin abrumar. Entre los platos más emblemáticos, destaca el Cuscús, un clásico preparado con sémola de trigo al vapor y acompañado por opciones como verduras, pollo, ternera o cordero; una explosión de texturas y aromas, complementados con ingredientes como pasas y almendras que aportan un sutil dulzor.

Por otro lado, el Tajine, servido en su característico recipiente de barro, ofrece una experiencia cálida y reconfortante. Las versiones con cordero destacan por su intensidad y variedad: con almendras, ciruelas o dátiles, cada una representa una reinterpretación del plato tradicional marroquí. Si se prefiere pollo, opciones como el tajine con limón confitado y aceitunas son una combinación vibrante y aromática. La Pastela, un hojaldre relleno con ingredientes como pollo, almendras y pasas, es un plato que sorprende tanto por su textura como por su equilibrado contraste entre lo dulce y lo salado. 

Otra opción deliciosa es la pastela de marisco, que combina sabores del mar con la sutileza de especias.Para los amantes de las carnes a la brasa, las brochetas son un acierto seguro. Marinadas en una mezcla de ajo, limón y especias, ofrecen opciones de cordero, ternera o pollo que destacan por su jugosidad y su sabor ahumado.

La oferta de postres es un homenaje a la repostería tradicional marroquí, donde el protagonismo lo tienen los frutos secos, la miel y el agua de azahar. Desde pasteles rellenos de almendras hasta hojaldres delicadamente aromatizados, cada bocado es un festín para los sentidos. Por supuesto, ningún viaje culinario a Marruecos estaría completo sin probar el té verde a la menta, su bebida emblemática. Servido con elegancia en pequeñas teteras, este té, además de refrescar, también se convierte en un símbolo de hospitalidad y tradición.

Por si fuera poco, todos los viernes, en horario de noche, el establecimiento ofrece de forma gratuita a sus comensales un espectáculo de danza del vientre. Así, este restaurante, con más de dos décadas de historia, es un ejemplo de cómo la gastronomía puede ser un vehículo para el entendimiento cultural. La atención del personal, formado por nativos de diferentes regiones de Marruecos, completa una experiencia auténtica que busca ir más allá de la simple degustación de platos. 

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