Los médicos de Sevilla piden más control de las recetas de Rivotril por el aumento de las agresiones
El Sindicato Médico de Sevilla apuesta por el establecimiento de un visado por inspección que autorice la administración del clonazepam, vinculado a la droga 'karkubi'
Toxicómanos colapsan los centros de salud de Sevilla en busca de recetas para fabricar droga

Amenazados de muerte por una receta. El pasado miércoles, un enfermero del centro de salud de Real de la Jara tuvo que soportar la afrenta de un individuo que llegó a sacar una navaja tras la negativa del personal médico a prescribirle un medicamento con clonazepam, una benzodiacepina comercializada como Rivotril. Acabó detenido.
Tres días después, el médico que hacía guardia en otro centro de salud en la provincia, en San Juan de Aznalfarache, era igualmente intimidado bajo la amenaza de propinarle una paliza en la calle por parte de un paciente que exigía que le recetaran "lorazepam y clonazepam". Fue, igualmente denunciado a las autoridades.
Son los dos últimos episodios de violencia contra el personal sanitario en la provincia con apenas tres días de diferencia, pero la lista es larga. El denominador común en "un amplio porcentaje", según denuncia el Sindicato Médicos de Sevilla, el perfil del agresor. "Usuarios que acuden a las consultas exigiendo recetas de Rivotril, un potente ansiolítico consumido por drogodependientes que, además, es codiciado por mafias que lo revenden en Marruecos, donde es utilizado para la elaboración de una droga conocida como karbuki, que se mezcla con hachís y otras sustancias", afirma en declaraciones a este periódico el presidente de la rama de Atención Primaria, Rafael Gómez. "Los toxicómanos con tal de conseguirlo están dispuestos a insultar, amenazar de muerte y agredir al personal de Atención Primaria", añade.
El sindicato critica el "acoso casi diario" que sufren facultativos de barrios y zonas especialmente castigadas por la droga y reclama a las administraciones medidas urgentes para contener esta problemática tras el aumento de las agresiones en los centros de salud siguiendo este mismo patrón. "Exigimos que se le ponga coto a la dispensación por receta normal de estos medicamentos, como si fueran cualquier otro antibiótico, porque se trata de un producto que se está utilizándose para una cosa ilícita", indica Gómez.
Entre sus reclamaciones, los médicos piden "el refuerzo de la seguridad en los centros médicos mediante la presencia de vigilantes de seguridad las 24 horas, establecer un mayor control de Rivotril en su dispensación por medio del visado por inspección de la receta, la posibilidad de imponer una orden de alejamiento a los agresores reincidentes, proporcionar mayores recursos a los cuerpos de seguridad del Estado y fortalecer la cooperación internacional para erradicar el tráfico ilícito de benzodiacepinas y su empleo en la fabricación del karkubi". En las farmacias españolas, se paga por este fármaco 2,08 euros por una caja de 60 pastillas. Puede venderse en las calles de Marruecos por más de 600.
"Hay miles de medicamentos con visado de inspección que, aunque el médico de la receta, si cuando el paciente llegue a la farmacia no tiene el sello de la inspección, no vale para nada", explica Gómez. "Los hemos dicho y vuelto a decir que se medite el imponer el visado este producto que está detrás de muchas de las agresiones y de las amenazas que hay, sobre todo, en Atención Primaria", remarca.
Es más, un informe interno de la organización sindical vincula directamente el aumento de la violencia contra los médicos en España "con la presión de redes criminales para obtener recetas de Rivotril". "En 2023, la Mesa Técnica de Prevención de Riesgos Laborales reportó que el 41,64% de los médicos agredidos habían sido víctimas de coacciones o amenazas por parte de pacientes que exigían recetas de psicofármacos", recoge el documento.
En Andalucía, según las mismas fuentes, los informes del Sistema de Salud Público de Andalucía muestran que en 2024 se registró un incremento del 36,5% en agresiones físicas a médicos y personal sanitario, "muchas de ellas perpetradas por individuos con historial de abuso de psicofármacos", remarca el SMS.
Rafael Gómez lamenta, por otro lado, lo "barato" que sale "insultar y pegar al médico". Lo sustenta en una condena del Juzgado de Instrucción número 5 de Sevilla reciente contra un paciente y su acompañante que lanzaron graves amenazas al personal sanitario del centro de salud de San Juan de Aznalfarache cuando la médica se negó a tratar con Tranxilium un dolor de muelas. "Se ha saldado con una multa de seis euros al día durante dos meses, unos trescientos y pico de euros, por amenazas de muerte.¿Qué tiene que ocurrir?, ¿qué el que lleva una navaja se la clave al médico? Estamos alarmados", reflexiona el sindicalista.
Las mafias del Rivotril operan desde hace tiempo en la provincia. Desde hace años, el sector médico viene alertando de cómo toxicómanos colapsan los centros de salud de Sevilla para obtener fármacos con los que elaborar karkubi, principalmente una serie de medicamentos antiepilépticos, antidepresivos y ansiolíticos. Las fuentes consultadas por este periódico aseguran que este problema se está dando desde el final de la pandemia del Covid-19. En 2020, la Guardia Civil descubrió en Sevilla una red de falsificadores de recetas para elaborar karkubi, que se saldó con cuatro detenidos por hurtar recetas de dos centros sanitarios y falsificarlas para conseguir clonazepam con el que luego fabricar este estupefaciente.
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