"El virus sigue ahí fuera, la diferencia ahora es que conocemos las armas para combatirlo"
María Dolores Nieto | Jefa sección Medicina Interna Virgen del Rocío
La crisis le ha dejado "los meses más intensos" de trabajo de sus casi 20 años de experiencia
Apela a la responsabilidad social y cree que un enfermo tiene ahora más opciones de vivir que al principio
Pertenece al primer hospital sevillano que quedó hace algunas semanas libre de pacientes infectados, pero también al que se enfrentó al primer diagnóstico de coronavirus en la provincia y la comunidad autónoma a finales de febrero. María Dolores Nieto es jefa de sección de Medicina Interna en el Hospital Virgen del Rocío y tras los tres meses de trabajo "más intensos" que ha vivido como profesional , se queda con el reto que ha supuesta tanto para ella como para su equipo de trabajo el haber asistido al nacimiento de una nueva enfermedad y el aprendizaje que ha supuesto el abordaje de una crisis sanitaria sin precedentes y en la que el hospital al que pertenece sentó las bases de una asistencia "ordenada y estructurada" que les permitió estar preparados para dar la respuesta que se estaba pidiendo y que considera "clave" a la hora de que los resultados hayan sido "tan excelentes".
- Tras casi 20 años de experiencia profesional, ¿esto es diferente a todo lo vivido?
- La verdad es que ha sido un hito porque realmente hemos salido de la monotonía del día a día y aunque en estos años ha habido algunos acontecimientos importantes que han podido cambiar un poco el panorama del hospital, esto, desde luego, ha sido bastante diferente, atípico... Ya no sólo a nivel del hospital sino a nivel social en general, el cómo ha cambiado y está cambiando todo. El hecho de haber vivido el nacimiento de una nueva enfermedad y como los profesionales del hospital se han enfrentado a ella realmente ha sido un reto con el que hemos aprendido mucho y nos va a servir muchísimo para seguir creciendo. Evidentemente, han sido los dos meses más intensos que yo he podido vivir como profesional internista.
- ¿Cómo definiría el papel del internista en esta crisis del Covid-19?
- La crisis ha dejado muchos protagonistas ya que si por algo se ha caracterizado esta pandemia es por la necesidad de trabajar en equipo y de integrar a todos los niveles asistenciales tanto hospitalarios como de Atención Primaria. Nosotros hemos estado en esos dos ámbitos. La Medicina Interna es una especialidad ya de por sí muy integradora por nuestra propia definición que tiene contactos habitualmente con todas las especialidades y disciplinas y esta crisis nos ha servido para crecer en ese ámbito en el que ya era para nosotros habitual. Podemos decir que hemos hecho un papel integrador porque aquí todos los pilares han sido importantes ha sido un equipo trabajando juntos y con un único objetivo.
- ¿Qué considera que debe o va aprender la Medicina Interna con esta pandemia?
- Por un lado se ha aprendido muchísimo desde el punto de vista científico porque es una nueva infección y es un punto de vista desde el que aún tenemos mucho que aprender. También hemos aprendido de esta situación la importancia de la comunidad, es decir, siempre hemos intentado centrarnos en el paciente porque es el núcleo de nuestra asistencia, pero con la pandemia hemos visto que la comunidad es muy importante. Que más allá de las medidas individuales de un enfermo está todo lo que le rodea, sus contacto... lo que es la prevención a nivel comunitario y en eso creo que en eso hemos trascendido mucho.
- ¿Qué sensación le deja el pertenecer el primer hospital de Sevilla sin pacientes infectados ingresados, siendo además el centro de referencia a nivel provincial y andaluz?
- La situación en general nos ha dejado especialmente sensibilizados. El hospital creo que ha aprendido mucho como grupo y el hecho de que diagnosticáramos el primer caso hizo que nos sensibilizáramos muchísimo desde el principio. Hizo que viéramos la realidad de una forma más directa, es decir, no por lo nos contaban, sino por lo que nosotros mismos vivíamos. Eso nos llevó a ordenarnos y a cambiar la estructura del hospital para atender de una forma especifica esta nueva enfermedad y eso nos hizo estar preparados para dar la respuesta que se estaba pidiendo, siendo, en mi opinión, clave a la hora de que los resultados hayan sido tan excelentes y que nos haya llevado a la situación actual sin pacientes ingresados.
- Cuénteme como vivió aquellos días tras el primer diagnóstico de la enfermedad en el centro.
- Fue un momento, sin que se me malinterprete, excitante. Estábamos todos viendo en la televisión, escuchando o leyendo lo que estaba pasando, primero en China y luego en Italia, y cuando nos dimos cuenta de que dentro de nuestro hospital hay profesionales con una alta capacitación y sensibilidad para poder poner todos los medios a su alcance y diagnosticar el primer caso, es algo que me llena de orgullo y satisfacción.
- ¿Cómo diría que afrontó el hospital ese momento?
- Pues nos sirvió para poder tener la sensibilidad, por un lado, y la tenacidad, por otro, de ordenarnos en el sentido de empezar a hacer los protocolos y cambiar la estructura del hospital tal y como la conocíamos en cuanto al flujo de pacientes sospechosos o no de coronavirus. Anteriormente a este caso no se hacían las PCR a los pacientes que no venían de las zonas de riesgo y esto nos permitió poder solicitar el hacer una prueba a personas que no venía de esas áreas, es decir, abrir una puerta que luego se ha visto que ha sido fundamental ya que se empezó a tener en cuenta el hecho de que el virus podría estar ya circulando entre nosotros y no solamente venir importado. Esa alta sospecha ayudó a ordenador el hospital en un primer momento. Y también teniendo en cuenta que aquí el pico de la epidemia fue algo posterior a otras provincias como Madrid por ejemplo y eso también nos ayudó en esa semana previa a ir ordenando la planta de hospitalización y preparar los equipos de protección individual, la formación de los profesionales... nos permitió realmente prepararnos para el tsumani.
- ¿Cuándo cree que se vivió en el hospital el pico de la pandemia?
- El pico de la incidencia empezó la primera semana de abril y recuerdo y además coincidió cuando ya en el hospital llevábamos una semana con muchísimos casos y además cuando nosotros empezamos a actuar también en las residencias de mayores junto a los equipos de Atención Primaria. Podríamos decir que la semana del Jueves Santo y Viernes Santo estábamos a brazo partido en cada uno de los frentes con turnos de 12 hora. Entonces fue cuando vivimos el pico máximo de actividad que luego ha durado casi un mes.
- Epidemiológicamente hablando, ¿en qué punto se encuentra la enfermedad ahora mismo en Sevilla?
- En Sevilla, afortunadamente, estamos ya en la desescalada y en la última semana apenas ha habido nuevos casos y eso es una buena noticia. Ahora mismo estamos un poco contenidos y queriendo pensar que las medidas de aislamiento que se están llevando a cabo y la vuelta a la normalidad de forma escalonada y progresiva con esos periodos quincenales, que es lo que dura el periodo de incubación, nos permita seguir controlando la situación de propagación como la tenemos ahora mismo.
- Pero el virus sigue ahí, aunque tratemos de volver a la normalidad...
- Por eso es tan importante que, como conocemos la manera de propagación, hagamos las cosas bien. Antes no sabíamos lo que teníamos que hacer, ahora ya lo hemos aprendido. Que haya pocos casos no significa que el virus no este ahí lo que nos tiene que hacer pensar es que tenemos que seguir haciendo las cosas como sabemos que funcionan, es decir, usando la mascarilla, lavándonos las manos, manteniendo la distancia social, porque las medidas las conocemos y sólo tenemos que aplicarlas.
-No parece que haya habido un repunte significativo relacionado con las primeras salidas a la calle para pasear...
-Eso tiene mucho que ver con la sensibilización y la colaboración ciudadana. La población se ha sensibilizado y ha entendido lo que las autoridades sanitarias le han trasmitido. Esa responsabilidad ciudadana es ahora mismo el motor de que se este conteniendo la pandemia. Como dije al principio, los problemas de esta enfermedad no están en el individuo sino en la comunidad. El virus sigue ahí fuera pero ahora tenemos la ventaja de que sabemos cuales son las armas para combatirlo y la clave está ahí, en la comunidad, en el hecho de que aquí al virus lo ganamos todos.
- ¿Tenemos ahora una oportunidad para hacer las cosas de forma distintas al principio y evitar un rebrote?
- Totalmente. Ahora ya conocemos al enemigo y, aunque insisto no ha desaparecido, ya lo conocemos y estamos armados con las medidas de prevención que ya conocemos y debemos usar esas medidas que sabemos que funcionan para combatir al virus. Estamos mucho mejor preparados desde el punto de vista preventivo, estamos más equipados y ordenados y, desde el punto de vista del tratamiento de la enfermedad, aunque queda mucho por aprender, también estamos mejor preparados que al principio, sin duda.
- Podríamos decir ahora que un paciente que se ponga muy grave tiene más posibilidades de sobrevivir ahora que al principio?
- Sí, por supuesto.Participamos en multitud de ensayos clínicos en los que no tenemos aún resultados definitivos, pero ni que decir tiene que el conocimiento que tenemos ahora de la enfermedad no es el que teníamos al principio. Ahora conocemos el curso de la enfermedad y cuales son los factores de riesgo, los tratamientos que pueden ayudar a que no avance o prospere la misma… Evidentemente, aunque a la espera de esos resultados para terminar de encontrar un tratamiento definitivo sabemos cómo podemos mitigar o ayudar a combatir la infección cuando ya esta establecida.
-¿Cómo funciona un hospital ahora después de todo lo vivido?
- De manera muy diferente. Somos conscientes de que el hospital puede ser el principal foco de propagación de nuevos casos, pero el funcionamiento ahora mismo desde el punto de vista de la contención a través de las medidas de aislamiento entre los propios profesionales y entre ellos con los pacientes y los acompañante, el uso indispensable de la mascarilla, la higiene de manos extremas en todos los profesionales, el screening ante posibles síntomas tanto en los pacientes como en los acompañantes, la realización de test diagnósticos ante la mínima sospecha para poder aislar los casos… todo eso hace que el hospital funcione de forma diferente. También se trabaja ahora con los llamados circuitos limpios y los circuitos "sucios", para casos sospechosos, se han alargado los tiempos entre pacientes en las consultas, se ha incentivado la teleconsulta para disminuir al máximo la movilidad delos pacientes por el hospital... Un funcionamiento que nada tiene que ver con lo vivido hasta ahora.
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