'Sevillar': Alejandro Sanz reinventa el idioma como regalo a la ciudad

Medallas de la ciudad de Sevilla 2019

El cantante se convierte en la estrella de una ceremonia en la que ha recibido el título de Hijo Adoptivo

Le dedica un poema a Sevilla "que encadena los corazones con sus latidos"

Alejandro Sanz con el título de Hijo Adoptivo de Sevilla que le entregó Juan Espadas.
Alejandro Sanz con el título de Hijo Adoptivo de Sevilla que le entregó Juan Espadas. / Raúl Caro / Efe

Alejandro Sanz hizo de Sevilla un verbo. Y lo conjugó a la perfección. En presente y en todas las personas. Las que la vieron. Las que le cantaron. Las que la echan de menos. Y las que la conocen: “Sevilla enreda corazones con sus latidos”.

Fue la última frase con la que el cantante acabó su breve discurso en el acto de entrega de medallas y títulos de la ciudad celebrado este jueves en el Teatro Lope de Vega, coincidiendo con la festividad de San Fernando, patrón de la capital andaluza.

Sanz, instantes antes, había sido nombrado Hijo Adoptivo de una urbe que ha frecuentado bastante a lo largo de su trayectoria profesional y en la que mañana ofrecerá un concierto -que se prevé multitudinario- en el Benito Villamarín, el estadio del Betis, equipo del que siempre se ha confesado seguidor. En la ceremonia se han concedido 23 distinciones, entre ellas, la de Hijo Predilecto al pediatra Ignacio Gómez de Terreros, y la de Hija Adoptiva a la abogada laboralista Aurora León.

Con pantalón, chaqueta y camiseta negras. Y zapatillas deportivas del mismo color. Así aparecía Alejandro Sanz en el escenario del Lope de Vega, teatro que cumple 90 años. Su presencia en las tablas era, sin duda, el principal atractivo de una ceremonia que en ediciones anteriores ha pecado de excesivo protocolo y hasta de rozar el aburrimiento. Pero la de 2019 ha resultado bien distinta. De principio a fin.

Alejandro Sanz luce la medalla de la ciudad.
Alejandro Sanz luce la medalla de la ciudad. / Juan Carlos Muñoz

La inclusión entre sus distinguidos de un cantante de la talla de Sanz dispara todas las expectativas. Algo que se comprobó antes de que comenzara la gala. Numerosos medios (cuya presencia es poco habitual en este tipo de actos) se dieron cita en el pequeño vestíbulo del Lope de Vega, donde se agolpaban cámaras de televisión, fotógrafos y redactores. Fuera, bajo un sol de justicia, un centenar de seguidoras del cantante esperaban su entrada al teatro, la cual se había producido horas antes y sin que apenas nadie se percatara.

Alejandro Sanz llevaba ya bastante tiempo dentro. Había acudido al ensayo general de la ceremonia, perfectamente conducida por Cristóbal Cervantes. Mientras la banda sinfónica municipal, dirigida por Francisco Javier Gutiérrez Juan, interpretaba la pieza con la que daba comienzo el acto, el telón se subió y allí apareció sentado el autor de Corazón partío. En el centro del escenario. Junto a Aurora León.

La concesión del título de Hijo Adoptivo se produjo casi al final de la gala. Ha sido, sin duda, el momento más esperado y también el que más dosis de espectáculo ha generado, ingrediente necesario para soportar un acto de este tipo sin que el público caiga rendido de sueño o aburrimiento. La entrega vino precedida de otra intervención -de enorme calidad- de la banda municipal, acompañada de un solista de trompeta colocado en el patio de butacas. Gutiérrez Juan otra vez lo hizo posible y en el Lope de Vega se pudo escuchar una magistral interpretación de la melodía de ¿A que no me dejas?, una de las canciones más famosas del compositor madrileño.

La ceremonia incluyó unas sevillanas boleras a cago de dos bailaores profesionales.
La ceremonia incluyó unas sevillanas boleras a cago de dos bailaores profesionales. / Juan Carlos Muñoz

Tras un fuerte aplauso se produjo una de las anécdotas de la ceremonia. Tal fue la emoción desatada que Sanz se levantó de su asiento para recoger la medalla de la ciudad y el cuadro en el que se acredita su adopción. El alcalde también se incorporó para entregarle ambas distinciones, pero en ese momento el conductor del acto pidió a ambos que se sentaran, pues, como al resto de galardonados, debía hacer un breve repaso por su trayectoria y su vinculación con Sevilla. Después de esta reseña se produjo ya la entrega definitiva de los reconocimientos, tras lo cual el cantante tomó la palabra. Lo hizo en forma de poema. Escrito, de puño y letra, en una cuartilla doblada en el bolsillo de la chaqueta. Y con la invención de un verbo: “sevillar”.

Digo Sevilla como el que dice amar. De la primera conjugación del corazón. Porque yo sevillo desde que nací, tú sevillas desde que te conoció, él sevilla desde que te vio, ella sevilla desde que te cantó, nosotros sevillamos porque te queremos, vosotros sevillais porque te echan de menos, ellos sevillan porque saben lo que es Sevilla y Sevilla enreda los corazones con sus latidos”.

Imagen de los 23 galardonados en el Día de Sevilla.
Imagen de los 23 galardonados en el Día de Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

Con este escrito, Sanz concretaba lo que estaba sucediendo sobre aquel escenario. La ciudad como verbo en cada uno de los 23 galardonados en el día de San Fernando. Nombres y apellidos propios de quienes han sevillado en el arte, la educación, la religiosidad popular, la empresa, el emprendimiento, la investigación, la salud y la labor social.

Personas a los que esta urbe les ha devuelto este jueves los años de compromiso, esperanza y tesón. Un logro en el que se refleja la vieja Híspalis. Ellos son la tercera persona del plural de un verbo escrito en una cuartilla plegada. El que late hasta enredar los corazones.

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