Abierta totalmente al tráfico la AP-4 en ambos sentidos
Los efectos del temporal
El paso de la borrasca Martinho obligó a cerrar la autopista en sentido Cádiz por inundaciones en el mismo punto que hace unos días, y provocó desalojos en varias poblaciones cercanas a la principal vía de tráfico entre ambas provincias
La lluvia afectó a vecinos de Carmona, Los Palacios y Utrera, pero también dio una tregua y permitió que los desalojados de El Palmar de Troya regresaran a sus casas
Las imágenes de las inundaciones junto a la AP-4 en Las Cabezas de San Juan

Las cuatro borrascas que han ido asolando España desde principios de marzo, la última de ellas Martinho, han convertido la autopista Sevilla-Cádiz, al menos la franja que hay entre Los Palacios y Las Cabezas de San Juan, en un minúsculo hilo de asfalto entre dos mares. El panorama quizás es más desalentador que bonito para muchos de los agricultores que trabajan esas tierras, ya que hay un sinfín de cultivos dañados, pero el paisaje dibujado por las ingentes masas de agua que anegan fincas y fincas a ambos lados de la carretera es sencillamente espectacular. Así lo vieron ayer los conductores que iban en sentido Sevilla. Los que viajaban en dirección a Cádiz no porque ese tramo volvió a cortarse después de que el agua, como ocurrió hace unos días, invadiese la calzada a la altura de Vetaherrado, en el kilómetro 38. El tráfico se restableció por la tarde.
En ese punto del Bajo Guadalquivir hay una confluencia de canales de riego y arroyos que convierten esa superficie en muy propicia a la inundación si llueve más de la cuenta, como lleva ocurriendo en este marzo de registros históricos. Como su propio nombre indica, por allí pasa el Canal del Bajo Guadalquivir, que se cruza con la AP-4 en el kilómetro 40. Un poco antes, en el kilómetro 39, el que transcurre bajo la autopista es el arroyo del Paraíso. Y a sólo unos metros aparece el arroyo Alocaz.
En la margen derecha, estas tres vías de agua rodean el poblado de colonización de Sacramento. En la derecha, entre otras pedanías, circundan Vetaherrado. La modesta pero bien cuidada carretera que une estos dos núcleos de población estaba ayer cortada al tráfico, pero a pie se podía transitar por allí. Era un milagro que esa pequeña línea gris, asediada por el marrón del agua turbia, no estuviese inundada. A la hora de almorzar, sin un alma ni allí en mitad del campo ni en la cercana estación de tren de Las Cabezas, una plantación de algodón bastante maltrecha intentaba pelear con la lluvia y con un fortísimo viento. Al otro lado, unas habas en flor trataban igualmente de sobrevivir al temporal. Y al fondo, sobre el viaducto que los salvaba de este impactante mar interior, los vehículos circulaban a paso lento pero sólo hacia Sevilla. En el otro lado, un par de máquinas de Mantenimiento de Carreteras intentaban contener el oleaje que se metía en la carretera al menos en un tramo de 50 metros.
Para ir a Cádiz, o a Jerez, era obligatorio tirar por la N-IV, con las consiguientes e inevitables retenciones en una carretera que da de sí lo que da de sí. Pasadas las cuatro de la tarde, mientras caía la enésima manta de agua, el atasco en la salida de la autopista hacia la variante entre Dos Hermanas y Los Palacios ya era considerable. La situación, en cualquier caso, mejoró cerca de las siete de la tarde. Aesa hora, la Dirección General de Tráfico (DGT) informó de que por fin se reabría la AP-4.
Los últimos coletazos de Martinho provocaron problemas más allá de la autopista de Cádiz. También sufrieron cortes la SE-4104 en Alcolea; la CHG-BG-01 en Maribáñez (Los Palacios); la SE-6201 y SE-5209 en Las Cabezas; la SE-6102 en Setefilla (Lora); la SE-3201 y SE-4108 en Carmona; y la en SE-6300 Lebrija.
Desalojados y realojados
La lluvia, además, provocó el desalojo de una veintena de personas en urbanizaciones de Carmona (Torrepalma y Entrearroyos), Los Palacios y Utrera, localidad esta última que el jueves vivió una jornada complicada tras la caída de 27 litros por metro cuadrado en sólo dos horas. Pero también hubo buenas noticias. Los diecisiete vecinos desalojados el jueves en El Palmar de Troya, por ejemplo, volvieron ayer a sus casas.
En cualquier caso, la Junta de Andalucía sigue vigilando los embalses y los cauces de los ríos. De hecho, siguen en nivel naranja el Corbones en Carmona, el Guadaíra en Alcalá y Sevilla, el Guadiamar en Aznalcázar y Sanlúcar la Mayor y el Huesna en Villanueva del Río y Minas.
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