Una marcha lúdica y reivindicativa
Con un concejal del PP (Beltrán Pérez), dos del PSOE y ninguno de Izquierda Unida, la presidenta de Girasol aprovechó la caravana para pedir la declaración del Orgullo como "bien de interés cultural".
La marcha empezó junto a una boda en la Macarena y terminó con una fiesta en los jardines de la Madrina. Por tercer año consecutivo, Sevilla ha sido escenario de la marcha del llamado Orgullo del Sur, que en esta ocasión ha puesto el acento en las reivindicaciones de salud en el trigésimo aniversario del primer diagnóstico oficial del sida. Entre la sorpresa de los invitados a la boda, partían con una pancarta contra el recurso de inconstitucionalidad del PP contra el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Fue una marcha festiva y reivindicativa. "Una manifiesta, fiesta y manifestación", dijo en la cabeza de la comitiva Mar Cambrollé, presidenta del colectivo Girasol, que representa a catorce asociaciones de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales de toda Andalucía, Ceuta y Melilla. Cambrollé le pidió al Ayuntamiento, representado en la cabecera por el concejal Beltrán Pérez, que declare el Orgullo Gay "Bien de Interés Cultural, como ha hecho con el Flamenco o la Feria del Libro".
La presencia de Beltrán Pérez fue una de las sorpresas de la marcha, justo delante de un grupo que gritaba "Zoido, remolón, la bandera en el balcón", en referencia a la negativa del alcalde a colocar en el balcón municipal la bandera arco iris que sí figuró en la fachada del Parlamento andaluz. También formaban parte de la comitiva los ediles socialistas Mercedes de Pablos y Antonio Muñoz, la diputada Verónica Pérez, la secretaria general del Partido Andalucista, Pilar González, y su número dos en la candidatura, Pilar Távora.
La caravana arrancó pasadas las siete de la tarde. La constituían catorce carrozas, la primera con los rostros de Jesús Vázquez, Boris Izaguirre y Jordi Labarca, que han participado en un vídeo promocional del Orgullo. Angelita la Perversa realizaba el vídeo oficial de la iniciativa entrevistando a mucha gente, incluido Beltrán Pérez. El edil del PP abandonó la marcha a la altura de la carretera de Carmona, justo donde un termómetro junto a un cartel de Zoido, que lo compartía en el reverso con el de la ópera Don Carlo, marcaba 39 grados.
Los organizadores hablaban de 150.000 personas, sumando los miles de personas que se sumaron después a la fiesta en las inmediaciones del teatro Lope de Vega. "Mucha gente", se limitaron a decir en el Cecop. La marcha despertó la curiosidad de los viandantes. Los turistas se asomaban a la terraza de la piscina del hotel Macarena; los trabajadores del restaurante chino Gran Muralla Macarena hacían fotos del carrusel; se asomaban enfermeros del hospital Victoria Eugenia y trabajadores del Bingo Andalucía; camareros de Becerrita y Paco Lola, el cantante de Albahaca, que paseaba con Lucrecia, su mujer. Tres speakers se turnaron en la furgoneta de cabeza que conducía Fernando Martel, técnico de montaje de sonido y escenarios. Un manifestante portaba una pancarta con el lema Marika Indignada. Un joven lucía una camiseta del Betis el día que se cumplían 34 años de la primera Copa del Rey, segundo aniversario de la muerte de Michael Jackson.
Comisiones y UGT compartían una carroza. Ninguno de los dos ediles de Izquierda Unida formó parte de la marcha, aunque sí se vieron banderas del PCE. Luciana, colombiana de Cali, iba en el servicio que acordonaba la marcha. En la capilla de la Universidad había otra boda. "Vamos a dejar de pedir y vamos a empezar a exigir", decía el tercer speaker.
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