El mapa de la prostitución callejera en Sevilla
El refuerzo de la presencia policial en barrios como Nervión hace que el problema se desplace a los polígonos.
La prostitución callejera no ha remitido en Sevilla pese a los más de dos años de planes municipales para tratar de erradicarla. Las campañas publicitarias apelando a la conciencia de los clientes no han tenido el efecto disuasorio que se buscaba para un problema que sólo remite cuando se produce un refuerzo de la presencia policial en una determinada zona, como se ha demostrado estos días en Santo Domingo de la Calzada. Sin embargo, lo que esto provoca es un desplazamiento hacia otras zonas menos vigiladas.
En los últimos años la prostitución callejera se ha ido desviando hacia polígonos industriales, más alejados de las zonas residenciales y, por tanto, menos propensas a sufrir la presión de la Policía. La reforma integral de la Alameda de Hércules prácticamente ha acabado con este foco de prostitución histórico en el centro de Sevilla, si bien todavía hay algún núcleo en calles interiores como Joaquín Costa y la plaza de la Mata. En esta zona los que ejercen son principalmente travestis y transexuales.
Muy cerca del centro hay otro foco de prostitución, pero masculina. Es Plaza de Armas, donde se concentran cada noche decenas de jóvenes, generalmente marroquíes o rumanos, a ofrecer sus servicios sexuales a hombres. Entre estos chaperos hay personas muy jóvenes y posiblemente algunos sean menores de edad. Suelen parar en la escalera de acceso a la estación de autobuses y de ahí se dirigen luego a los bajos del puente del Cristo de la Expiración.
Otro de los puntos clásicos es Sevilla Este. Los vecinos lograron hace una década erradicar la prostitución mediante patrullas ciudadanas, pero el fenómeno ha vuelto con fuerza a las zonas de nueva construcción del barrio. Numerosas mujeres de origen africano se ofrecen a los conductores que pasan por las avenidas en las que se construyen numerosas promociones de viviendas protegidas, a escasos metros de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en el distrito Este.
Su Eminencia es también otro barrio afectado por este problema. Las prostitutas ejercen desde primera hora de la tarde en la carretera de este nombre, junto a un polígono industrial. En un simple paseo por esta zona pueden observarse a simple vista tanto las chicas, muy jóvenes, como sus proxenetas.
También se concentra un foco importante de prostitución cada noche en el polígono Carretera Amarilla, donde quienes ejercen son un grupo de jóvenes procedentes de Nigeria. La mayoría de las mujeres que se prostituyen en las calles son extranjeras, muchas de ellas en situación irregular, por lo que cuando la Policía las identificaba tenían que ser llevadas a comisaría. Así, un plan previsto para proteger a las prostitutas acabó convirtiéndose en un elemento de represión.
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