El biólogo que 'engaña' a los tumores cerebrales

Con ADN sevillano: Manuel Sarmiento

Manuel Sarmiento combate desde su laboratorio en la Facultad de Farmacia a la proteína Galectina-3 y su papel clave en el glioblastoma y las metástasis cerebrales

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Con ADN sevillano: Manuel Sarmiento / Juan Carlos Muñoz

Conocido por su tenaz compromiso, su ansia investigadora y la admiración por su trabajo, que lo lleva a abrazar numerosos proyectos, Manuel Sarmiento es un biólogo jerezano, pero sevillano de adopción, tocado por la fibra de los verdaderos sabios, la humildad.

Estudió Biología en la Universidad de Sevilla porque desde la adolescencia tenía claro que las carreras de ciencias de la salud eran los mejores vehículos para buscar soluciones a problemas en el ámbito médico con otro punto de vista más experimental.

Tras licenciarse obtuvo una beca de la Junta de Andalucía en el mismo departamento en el que nos recibe 17 años después, el de de Bioquímica y Biología molecular de la Facultad de Farmacia. Allí hizo su tesis doctoral sobre Parkinson, pero también trabajó en estudios relacionados con la neuroinflamación. De aquí dio el salto a la Universidad de Oxford, donde consiguió un contrato postdoctoral. "Me fui para dos años y me quedé siete", puntualiza.

Pero nunca perdió de vista volver a casa por lo que, cuando el prestigioso Imperial College de Londres tocó a su puerta y le ofreció un trabajo sobre gliobastoma, el tipo de tumor cerebral más común y agresivo entre la población, tuvo los bemoles de poner sus propias condiciones, que, por fortuna, aceptaron y lo devolvieron a Sevilla. Ya de vuelta, el biólogo consiguió la reputada beca europea Marie Curie, que le permitió generar su propia línea de trabajo, su "nicho" –como él mismo lo define–, desligándose de otras investigaciones que ya se hacían en el departamento sobre enfermedades neurodegenerativas, como párkinson, alzhéimer o demencia, y también autismo, para centrarse en el cáncer.

La investigación es su vida y los tumores cerebrales su enemigo a batir. En 2022 ya dirigió, también desde Sevilla, en el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IbiS), el hallazgo de una nueva terapia capaz de eliminar el glioblastoma, con una esperanza de vida media inferior a los dos años, pero a la que este biólogo ha logrado abrir una puerta al optimismo, gracias a la combinación del fármaco ADI-PEG20, que elimina la arginina sistémica, con la aplicación de radioterapia focal cerebral.

En la actualidad, la mayor parte de las horas del día lo ocupa la tarea de tratar de eludir la proteína Galectina-3, por su papel crucial en la progresión de diversos tipos de tumores cerebrales.

En estos tumores, las células del sistema inmunológico más abundantes, la microglía y los macrófagos, muestran una sobreexpresión de Galectina-3, lo que genera un entorno inmunodeprimido que inhibe la acción de otras células inmunes contra las células cancerosas.

Enfoca los trabajos en su laboratorio en intentar revocar uno de los principales problemas que se encuentran algunos tipos de tumores cerebrales: una respuesta inmune muy débil. Así, trabajan en tratar de trasladar los hallazgos que ya han demostrado eficacia en modelos in vivo cuanto antes a fase clínica.

La investigación se centra en engañar al gliobastoma, así como a las metástasis cerebrales de cáncer de mama, los más comunes dentro de este tipo de tumores, a través de la inhibición específica de Galectina-3, muy presente en las células de la microglía, supuestamente diseñada para protegernos, pero cuando tienen presente esta proteína, en vez de atacar al tumor, los ayuda a crecer, por lo cual, deshaciéndose de ella, los tumores crecen menos y, una de las razones de ello, es la mayor activación de la microglía. "Es decir, hemos conseguido despertar la respuesta antitumoral de estas células y, en consecuencia, el tumor hasta dos o tres meses después de su implantación sigue teniendo una presencia relativamente pequeña", indica.

En este sentido, Sarmiento explica que "los siguientes pasos van encaminados a intentar combinar estas terapias con las que se inhibe la Galectina-3 con otro tipo de terapias estándar como pueden ser la quimioterapia o la radioterapia".

Para el investigador, estos resultados, aunque preclínicos, tienen un claro potencial traslacional. Gracias a colaboraciones con la Universidad de Lund, el grupo de investigación tiene acceso al anticuerpo TD006, un inhibidor selectivo de Galectina-3 que actualmente se está evaluando en ensayos clínicos en pacientes con alzhéimer.

Actualmente, el equipo está trabajando en mejorar los inhibidores de Galectina-3 para que puedan aumentar su eficiencia en alcanzar los tumores cerebrales, así como en investigar su uso en combinación con otras terapias convencionales como la radioterapia y la quimioterap

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