Manu Sánchez no podrá dar el Pregón de los Reyes Magos de Sevilla por una operación quirúrgica
Queda emplazado para el próximo año y el Ateneo nombrará un nuevo pregonero para la cita del próximo 11 de diciembre
El Ateneo de Sevilla descubre el primer cartel escultórico de la Cabalgata de Reyes Magos
Una operación quirúrgica impedirá al humorista Manu Sánchez pronunciar el pregón de los Reyes Magos el próximo 11 de diciembre. El comunicador, en una carta difundida este viernes por el Ateneo, ha explicado que será sometido a una nueva operción quirúrgica este viernes 22 de noviembre dentro del proceso que está siguiendo para tratar su enfermedad oncológica.
Manu Sánchez se ha emplazado para ofrecer su pregón a los Reyes Magos el próximo año. Mientras tanto, el Ateneo ha anunciado que en breve designará a otro pregonero para que pronuncie el pregón el próximo 11 de diciembre.
Esta es la carta completa de Manu Sánchez dirigida a los Reyes Magos:
Queridos Reyes Magos:
Hoy soy ese niño feliz, optimista y alegre, al que tanto protegéis y cuidáis, que en esta ocasión porta una deseada gran buena nueva que paradójicamente trae una triste noticia de la mano. Como sabéis estoy en mitad de un complejo y duro proceso oncológico donde tras la efectiva quimioterapia, las cirugías están siendo el gran camino hacia la sanación, que cada vez está más cerca. En estos momentos, me dirijo a ustedes con lágrimas de esperanza en los ojos y algo de rabia en las tripas porque acabo de ser informado de que la siguiente visita al quirófano será este viernes 22 de noviembre. Sé que este es el camino, sé que conocíamos esta circunstancia, la esperábamos y hasta la deseábamos. Sé que todo saldrá genial porque no dudaréis en arrojar vuestra luz sobre mí porque os prometo que he sido un niño muy bueno, y ante eso sé que no os perdonáis fallar. También soy consciente de que, aunque mi deseo y devoción me indiquen lo contrario, lo justo es reconocer que lo sensato es asumir que no podré estar recuperado a tiempo en plenitud para el próximo día 11 de diciembre, día marcado en nuestros almanaques para ofreceros mi humilde Pregón.
Hoy me sé un ser afortunado con una inoportuna pero sanadora dosis de bendita mala suerte. Hoy me dirijo a ustedes, sabios de Oriente, para daros las gracias como siempre y para pediros un poquito de perdón como nunca. El pasado 6 de julio fue uno de los días más hermosos de mi aun corta pero aprovechadísima vida, (a la que todavía le quedan muchas cartas que escribir, muchos caramelos que cosechar y muchas cabalgatas que disfrutar). Aquel día, a falta de seis meses del día grande como manda la tradición, pude anunciar a los cuatro vientos que, tras una vida dedicada a la ilusión, los sueños, las letras y las risas, la docta casa del Ateneo de Sevilla me envestía vuestro Pregonero. Desde aquel instante las ganas, la esperanza y la dedicación han sido una dinámica en mi día a día. Mi mente volaba sabiéndose y soñándose ya en ese 11 de diciembre que serviría de altavoz y lienzo para la mágica noche del 5 de enero. Ya en época estival recibí cariño y felicitaciones, el férreo compromiso se hacía hermosa responsabilidad, ganas e impaciencia por una cita única. Las semanas pasaron compaginando los días de verano con escritura, castillos de arena, niños felices, largos atardeceres, salitre, villancicos, nuevas ideas y pasos adelante hacia un Pregón aspirando estar a la altura de la enorme institución que lo ampara y la infinita ciudad que lo acoge. Todo ilusión e impaciencia mirando de reojo siempre la llegada de una intervención quirúrgica que anunciaron sucedería en ese verano de enhorabuenas y oníricos borradores, aunque aquella fecha no llegó, las semanas pasaron y el anuncio ahora de este gran paso médico llega cuando tiene que llegar, pero complicándome indudablemente la posibilidad de poder cumplir con la palabra dada. Hoy siento que os fallo, hoy no puedo evitar entender esto como un pequeño fracaso ante Melchor, Gaspar y Baltasar, que espero entiendan, justifiquen y perdonen, pero a la vez soy consciente de que seguir ganando terreno, tiempo, futuro y vida contra el cáncer es el mejor presente que jamás me han traído los Reyes.
Quiero agradecer la comprensión, la empatía y la generosa sensibilidad del Excelentísimo Ateneo de Sevilla, y en especial a su Presidente Don Emilio Boja, su Director de la Cabalgata Don Manuel P. Sainz y toda su directiva, que en el mismo instante de ser informados de esta circunstancia tan excepcional me han trasladado a mi y a mi familia (de la que ya forman parte) todo el apoyo, el amor y el acompañamiento posibles. Las muestras de cariño, sus plegarias y deseos de recuperación han sido sinceras y así me han hecho llegar que esta nueva etapa hacia la curación es la más absoluta prioridad. Así que una vez dicho esto, tocaba poner mi nombramiento y sus nuevas circunstancias en manos del Ateneo y aceptar cualquiera que fuese la decisión tomada. Sé que hoy junto a estas líneas, también se comunica oficialmente dicha decisión y el ofrecimiento a este humilde payaso de ser el Pregonero de la Cabalgata 2026, convirtiendo el día de hoy en un 6 de julio prematuro único en 108 años. Por supuesto, no solo acepto, sino que me siento el ser más afortunado del Universo y eso en estos momentos debe ser la mejor alquimia obra de sus majestades. Entre lágrimas de absoluto y sincero agradecimiento, acepto y agradezco este nuevo nombramiento y prometo poner todo de mi parte para que esta espera merezca la pena. Necesito además desear el mayor de los aciertos al nuevo Pregonero de la Cabalgata 2025 y me ofrezco a él para cualquiera de las labores en las que me pueda precisar. No hemos perdido un pregón, hemos ganado dos pregoneros. Le debo una de las muy grandes y aquí me tendrá para siempre. Gracias por el Pregón de Canaán donde el vino final es mucho mejor que el en principio anunciado. Ojalá la estrella de Belén nos guíe a todos y todas hasta nuestros correspondientes destinos e ilumine a los doctores, a los sabios, a los magos, a los ateneístas, a Sevilla, a los niños y niñas, a su pregonero y a ustedes sus Reyes… los que nunca fallan.
Creo en ustedes tan poderosamente que os siento ahora mismo de la mano, cerca, juntos, presentes. Que es la forma más sublime y acertada de nombrar al más preciado de los regalos… el presente. Creo en la fuerza sanadora del amor, creo en el codiciado tesoro del oro convertido en tiempo, escaso, deseado, efímero, creo en el olor a incienso de la vida, la pasión, la muerte y la resurrección de los tiempos, las tradiciones y los recuerdos y en la mirra como estandarte de la sabiduría, la información y la ciencia. Creo en la verdad. Y la gran verdad sois ustedes, porque yo creo en los Reyes Magos por encima de todas las cosas. Un abrazo enorme en las puertas de una noche de Reyes adelantada e inoportuna en la que en la frontera de este 22 de noviembre reinará la ilusión y la esperanza y tras la que espero despertar más feliz, más niño, más sano, más vivo y más vuestro. ¡¡Siempre avanti!!
Fdo: El papá de Manuel y Leonor. Pregonero de la Cabalgata 2026
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