La hostelería se echa a la calle para exigir ayudas a fondo perdido
Manifestación Hostelería Sevilla
Los hosteleros reúnen a unas tres mil personas en la manifestación que acabó ante el Palacio de San Telmo, donde reclamaron un plan de choque para salvar sus negocios
"Necesitamos ayudas directas a fondo perdido. Estamos en la UCI, en una situación crítica. Los políticos no pueden pasarse la pelota unos a otros". Estas palabras del presidente de los hosteleros de Sevilla, Antonio Luque, resumen a la perfección cuál es la situación por la que atraviesa el sector. Cientos de hosteleros se han manifestado este jueves en Sevilla para reclamar un plan de rescate. La marcha reivindicativa ha concluido ante el Palacio de San Telmo, sede de la presidencia de la Junta de Andalucía, donde se ha leído un manifiesto con todas sus demandas.
Tras la concentración llevada a cabo hace unas semanas en la Plaza Nueva, el sector de la hostelería se ha vuelto a echar a la calle para reclamar de nuevo un plan de rescate. Las últimas medidas restrictivas impuestas, como el cierre adelantado a las seis de la tarde, ha sido la gota que ha desbordado la paciencia de unos empresarios que han visto cómo sólo en Sevilla ha cerrado el 20% de los negocios desde el inicio de la pandemia.
Ante las puertas del Palacio de San Telmo, el presidente de la patronal, Antonio Luque, ha vuelto a clamar por la supervivencia de unos negocios de los que viven miles de familias. "Esta es la primera manifestación que hacemos en la historia de la hostelería, pero ya no podemos más. Necesitamos ayudas a fondo perdido hasta mayo de 2021 para salvar muchos empleos. No podemos vivir sólo de un desayuno y un almuerzo", ha declarado.
Visiblemente emocionado y comprometido, Luque se ha dirigido a todos sus compañeros para pedirles unidad en la consecución de sus objetivos. Y les ha asegurado que desde la asociación que les aglutina se van a dejar la piel en defender sus intereses: "Vamos a luchar a muerte para que seamos respetados y escuchados. Nos dirigimos al presidente del Gobierno, de la Junta y a los alcaldes de la provincia de Sevilla. Necesitamos un plan de apoyo con medidas reales, como se ha hecho en otros países, como Alemania o Francia; o regiones, como Galicia o Murcia".
Luque ha recordado que sólo en Sevilla hay más de 10.000 negocios de hostelería que emplean a más de 30.000 trabajadores: "Somos una gran cadena de valor". Entre aplausos, ha insistido en la grave afectación que las nuevas medidas del estado de alarma va a provocar en bares y restaurantes como mínimo hasta mayo del próximo año: "La hostelería no es el problema. Es la solución. Los datos del Gobierno indican que sólo se produce un 3,5% de los contagios, entre clientes y trabajadores. ¿Por qué no se controla el metro, los supermercados, los aeropuertos o las fiestas privadas y a nosotros sí? Somos la cabeza de turco".
Los hosteleros se han cansado de las buenas palabras y de tener que soportar las medidas sin ningún estímulo, por lo que han exigido a los políticos un esfuerzo y mayor implicación con el sector. "En tres reuniones que hemos tenido con la Junta sólo ha habido buenas intenciones. No nos han presentado ninguna medida concreta. Los ayuntamientos tampoco nos pueden dejar en la estacada. Tienen muchas maneras de ayudarnos".
Las medidas que exigen
El presidente de los hosteleros sevillanos ha solicitado al Gobierno la coordinación con las Comunidades Autónomas y los ayuntamientos para la aplicación de una serie de medidas económicas paliativas de los efectos económicos de la pandemia y de la declaración del estado de alarma. Antonio Luque ha citado las siguientes:
- La aplicación de ayudas directas, a fondo perdido, para la supervivencia de las empresas y los autónomos durante los periodos de estado de alarma/pandemia.
- La aplicación de fondos europeos para el mantenimiento y supervivencia de las empresas y los autónomos durante los periodos de estado de alarma/pandemia.
- Lamoratoria automática, con ampliación de los periodos de carencia de la devolución de los créditos, durante todo el tiempo que perduren el estado de alarma o la declaración de pandemia.
- La modificación de la regulación de alquileres, que permitan: la eliminación total del pago de los alquileres durante los periodos de cierre total de los establecimientos y la reducción proporcional del pago de los alquileres, durante los periodos de cierre de franjas horarias o limitación de usos.
- La eliminación total del pago de los suministros de luz y agua durante los periodos de cierre total de los establecimientos y la reducción proporcional, durante los periodos de cierre de franjas horarias o limitación de usos.
- La prórroga de los ERTES más allá del 31 de enero, durante todo el tiempo que perduren el estado de alarma o la declaración de pandemia.
- La exención de las tasas de IAE, IBI, veladores y basuras para lo que resta de 2020 y todo el 2021.
Apoyando a los hosteleros ha estado Miguel Rus, presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES). Rus también ha reclamado la puesta en marcha de medidas reales "porque es posible y viable". El máximo responsable de la patronal sevillana ha recalcado la importancia que la hostelería tiene en la economía local y ha reclamado esas ayudas a las administraciones: "No nos queda aire. Necesitamos flexibilidad a la hora de cerrar o para el reparto a domicilio, que sólo con una hora más podría salvar muchos empleos. Las empresas combatimos la crisis económica. También somos fundamentales".
Una marcha reivindicativa
Hosteleros, empresarios y familiares estaban citados a las once de la mañana en la Plaza de la Campana, un lugar emblemático de la ciudad en el que se encuentra la confitería del mismo nombre, un negocio centenario. Desde allí, la nutrida marcha se ha encaminado hasta el Palacio de San Telmo.Tras la pancarta de la cabecera, en la que se podía leer "Sin ayudas nos arruinan" se han situado destacados e históricos hosteleros, como Juan Robles.
En un ambiente reivindicativo han iniciado el recorrido envueltos en la música de los silbatos, el chocar de las cacerolas, las bocinas y las palmas. Escoltados por un buen número de efectivos de la Policía Nacional y Local, la manifestación ha discurrido por la calle Tetuán bajo la atenta mirada de los viandantes y comerciantes, muchos de los cuales se han sumado a los aplausos solidarizándose por la complicada situación a la que ellos también se enfrentan.
Anunciados por las bocinas, como una banda de música advierte de la llegada de un paso, la manifestación ha arribado a la Plaza Nueva. "La hostelería no es un virus, es una vacuna", se podía leer en una de las pancartas. Una bandera negra y una de Andalucía han hecho de improvisados ciriales de la marcha. Con la Plaza Nueva repleta de mascarillas rojas reivindicativa, y con la Policía Nacional celosa para que nadie invadiera el andén del Ayuntamiento, los manifestantes han brindado una sonora pitada y cacerolada al Ayuntamiento, al que reclaman, por ejemplo, que les exima del pago de las tasas.
Tras una parada de unos diez minutos, y ya con el tranvía limitado en la calle San Fernando, la manifestación ha emprendido la marcha por la Avenida de la Constitución. La gran cantidad de personas que han acudido ha hecho que la Policía Nacional o los organizadores se hayan tenido que emplear a fondo para que se mantuviera la distancia de seguridad, algo que no siempre se ha logrado. "Les habla la Policía. Amplíen por favor la distancia de seguridad", pedía encarecidamente por la megafonía del furgón uno de los agentes que escoltaba la manifestación".
Una hora después de iniciar la manifestación, los más de tres mil hosteleros que han secundado la marcha, según la organización, han llegado a las puertas de un Palacio San Telmo blindado por siete furgones de Policía y numerosos agentes. Allí han leído sus reivindicaciones y luego se han disuelto para volver a sus establecimientos porque, como advertía un conocido hostelero, "no está la cosa para perder ni un rato".
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