De mamotreto a villa: autorizada otra residencia de estudiantes en La Palmera
La transformación del paseo regionalista
El edificio contará con sólo 32 habitaciones repartidas en tres plantas y 600 metros cuadrados para cumplir con el plan general
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De mamotreto a villa. Las limitaciones impuestas por el Ayuntamiento para evitar nuevas construcciones con un fuerte impacto visual en la Avenida de la Palmera no ha frenado la fiebre de las residencias universitarias. La Gerencia de Urbanismo ha concedido una licencia de obras para levantar un edificio de tres plantas (baja, primera y segunda) con 32 habitaciones para estudiantes. El gobierno socialista sostiene que en ningún momento el proyecto fue planteado de acuerdo al plus de edificabilidad que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) permitía para la implantación de equipamientos y servicios públicos en parcelas que admiten este uso como compatible.
En el expediente de Urbanismo se detalla que la licencia incluye una primera planta de sótano para usos complementarios y una segunda para cinco plazas de aparcamiento y cuartos de instalaciones en el inmueble que estará enclavado en la parcela del número 58 de la Avenida Manuel Siurot, a escasos metros de varias clínicas privadas, sedes de empresa y del estadio Benito Villamarín.
La licencia se otorga a la empresa Urania Entreprises S. L. a condición de que el acceso principal al edificio deberá ser accesible para personas con movilidad reducida, por lo que deberá colocarse un elevador homologado para salvar los escalones de la entrada con unas dimensiones mínimas de cabina de 1 por 1,25 metros. La finca se encuentra inscrita en el registro municipal de solares y está sin edificar. La edificabilidad teórica máxima de la parcela para tres plantas de altura permitidas es de 599,7 metros cuadrados. Desde Urbanismo apuntan que el inmueble no excede la edificabilidad aceptada por la calificación unifamiliar aislada de la parcela.
La fachada de la futura residencia universitaria se dispondrá hacia la Avenida Manuel Siurot. Se trata de un edificio integrado en una manzana de grandes dimensiones donde principalmente se desarrollan equipamientos y construcciones de tipo dotacional de agentes privados. El edificio se integra perfectamente en la zona, de manera que su forma y volumen, así como su materialidad, son acordes con el entorno.
El edificio tendrá capacidad para 32 habitaciones para estudiantes (una de ellas adaptada) repartidas entre las tres plantas. Como usos compartidos destacan el gimnasio, la sala multiusos o TV, y la sala de estudios. Cuenta además con comedor y una pequeña lavandería. El proyecto plantea también un patio inglés y una terraza comunitaria. El presupuesto de ejecución material de la obra es de 1.150.000 euros.
La Gerencia trabaja en dos líneas para evitar casos como la transformación que ha sufrido en los últimos meses la Avenida de la Palmera. La primera es eliminar el plus de edificabilidad en los equipamientos cuando se desarrollan en suelos que no tienen esa catalogación como uso compatible. La segunda es incrementar el nivel de protección de los inmuebles del entorno del paseo regionalista. Estas dos medidas se suman a que el gobierno socialista se encuentra revisando la licencia otorgada para levantar una residencia de estudiantes en el número 38 de la Palmera tras el recurso presentado por los vecinos y las asociaciones en defensa del patrimonio solicitando la suspensión de unas obras que empezaron en noviembre con el derribo del chalet que ocupaba la parcela.
El gobierno socialista pretende tomar una de decisión definitiva en torno al polémico artículo 6.6.3 que da un plus de edificabilidad a equipamientos cuando se desarrollan en suelos que no tienen esa catalogación como uso compatible. La idea es que ese artículo quede derogado del PGOU al entender que los objetivos de reequipamiento de determinadas zonas de la ciudad han quedado suficientemente cumplidos.
Los técnicos de Urbanismo están viendo también revisar e incrementar el nivel de protección de los inmuebles (tanto edificios como espacios libres) del entorno de la Palmera, entendida como conjunto urbano, “con nivel de protección establecido tiempo atrás y que podría haber quedado insuficiente ante el crecimiento interés inmobiliario en la zona”. Para ello, estudian la fórmula de un catálogo que pueda incluir determinados bienes del acerado oeste (los números pares) que no forman parte actualmente del conjunto histórico declarado. En la actualización de ese nivel de protección se analizará también la conveniencia de abordar una modificación de alguna de las determinaciones del PGOU vigente para este paseo regionalista, de forma que se garantice en el futuro la lectura de este entorno como un conjunto urbano singular arquitectónico y paisajístico.
Ambas líneas de trabajo están abiertas con el objetivo de proteger la Avenida de la Palmera. Para el equipo de Antonio Muñoz hay un punto de inflexión en la evolución de la avenida de la Palmera, y es el 14 de julio pasado, momento en el que entró en vigor una primera y drástica medida tras las críticas de vecinos y asociaciones en defensa del patrimonio: la suspensión de las licencias afectadas por el artículo 6.6.3 del PGOU.
Hay una tercera pata en la polémica transformación que ha sufrido la Palmera en los últimos meses. Urbanismo se encuentra revisando la licencia otorgada para levantar una residencia de estudiantes en el número 38 tras el recurso presentado solicitando la suspensión de unas obras que empezaron en noviembre con el derribo del chalet que ocupaba la parcela. Los técnicos de la Gerencia están analizando estos días los razonamientos aportados por los ciudadanos para evaluar si ocurren causas suficientemente argumentadas para revocar la licencia. En este polémico proyecto la edificabilidad autorizada se ha disparado nada menos que un 770%. De 1.964 metros cuadrados construidos se pasará a más de 17.000.
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