La maldad humana existe

Expertos señalan la inmadurez del agresor, su entorno y la genética como principales causas del maltrato

C. Díaz

18 de junio 2017 - 06:57

¿Qué lleva a unos padres a maltratar a sus hijos? La pregunta no tiene una respuesta clara sin caer en el simplismo. Es difícil identificar qué pasa por la mente de una persona cuando ejerce algún tipo de violencia sobre un niño indefenso, aunque hay un aspecto que expertos en el comportamiento humano destacan: la maldad humana existe.

Diferentes estudios demuestran que el nivel socioeconómico y el entorno geográfico, como zonas aisladas y marginadas, influyen en un comportamiento humano agresivo, así como la inmadurez, la genética y diferentes psicopatologías que están a medio camino entre una enfermedad mental y un comportamiento normal. "Está demostrado que los aspectos genéticos de agresividad se heredan de padres a hijos", señala un profesional de la Psiquiatría que prefiere mantenerse en el anonimato. "También hay padres que sufren una mayor irritabilidad, esto es un término psicológico, pero esto no justifica en absoluto una actitud agresiva", añade.

La edad de los progenitores es otro de los factores que puede llegar a influir en el comportamiento que uno ejerce sobre los menores. En el caso del bebé que falleció ayer tras sufrir el llamado síndrome del niño sacudido, su padres tenían 18 y 19 años. "Son padres inmaduros y con un descontrol psicológico. Aún desconocemos todos los datos de este caso y, de momento, sólo podemos hablar de manera general", añade el catedrático. "La edad no debería influir pero, por lo general, cuanto más joven se es más inmaduro, se tiene menos experiencia en la vida y hay una mayor facilidad a la hora de realizar actos que podrían ser peligrosos".

El mismo experto consultado por este periódico señala que, en líneas generales, es el padre el que ejerce en la mayoría de las cosas una violencia física, mientras que la madre se muestra más agresiva desde un punto de vista psicológico y mental.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el homicidio es una de las cinco principales causas de defunción entre los adolescentes. Uno de cada cuatro menores sufre malos tratos y hasta mil millones de niños sufrieron violencia física, sexual o psicológica el año pasado en el mundo, según datos de la OMS.

El maltrato infantil es una causa de sufrimiento para los niños y las familias y puede tener consecuencias a largo plazo. Este tipo de violencia causa estrés y se asocia a trastornos del desarrollo cerebral temprano. Los casos extremos de estrés pueden alterar el desarrollo de los sistemas nervioso e inmunitario. En consecuencia, los adultos que han sufrido maltrato en la infancia corren mayor riesgo de padecer problemas conductuales, físicos y mentales, como actos de violencia (como víctimas o perpetradores), depresión, obesidad, comportamientos sexuales de alto riesgo, embarazos no deseados y consumo indebido de alcohol y drogas. A través de estas consecuencias en la conducta y la salud mental, el maltrato puede contribuir a enfermedades del corazón, cáncer, suicidio y a infecciones de transmisión sexual, según asegura la OMS.

Para el experto en Psiquiatría, "la sociedad es muy cruel" con las víctimas de maltrato infantil y que sufren secuelas físicas, psíquicas o sociales. Por lo general terminan aisladas.

La misma OMS confirma que es posible la prevención del maltrato infantil, y, para ello, es necesario un enfoque multisectorial. Además, la atención continua a los niños y a las familias puede reducir el riesgo de repetición del maltrato y minimizar sus consecuencias. Expertos en la materia reclaman, por otro lado, una mayor exposición pública de estos problemas y una mejor y más eficaz intervención por parte de las administraciones públicas.

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