La madre del bebé asesinado en Sevilla: "He ahorcado a mi hijo porque no paraba de llorar"
La mujer llamó a la Policía para confesar el crimen cinco días después y relató los hechos a los agentes del Grupo de Homicidios tanto en el piso como durante el traslado
Luego amplió la declaración en la Jefatura y dio más detalles como que había bebido dos litros de cerveza
Una mujer mata a su bebé de cuatro meses en Sevilla
La mujer que mató a su bebé de cuatro meses en Sevilla a finales de julio confesó espontáneamente a la Policía Nacional lo que había hecho. "He matado a mi hijo, lo he ahorcado, antes le di una cachetada porque no paraba de llorar, quiero confesar para que mi hijo descanse tranquilo", dijo a los agentes del Grupo de Homicidios que se desplazaron a la vivienda de San Jerónimo en la que ocurrieron los hechos, una vez que la mujer llamó a la comisaría de la Alameda para relatar el crimen.
Después, en el trayecto desde el piso de la calle Mejillón, en el que vivía en una habitación alquilada, hasta la Jefatura Superior de Policía, la mujer insistió en su relato. "Ese día tomé vrias cervezas, el bebé no paraba de llorar, por lo que le di una cachetada, lo que hizo que llorara más fuerte. Para que no llorara, lo empecé a asfixiar con las manos, lo que le provocó la muerte", continuó la madre de la víctima. La mujer añadió que está muy arrepentida y que por eso dio el paso de confesar el asesinato.
Esta confesión se produjo el 1 de agosto, cinco días después de la muerte del niño. La mujer contó lo ocurrido a una vecina del bloque y ésta la instó a que llamara a la Policía. Le dio un número de la comisaría del distrito Centro, en la Alameda de Hércules, al que llamó en tres ocasiones esa tarde. Primero no consiguió que la atendieran y luego sí logró hablar con la Policía en dos ocasiones. Desde esta comisaría se dio aviso al Grupo de Homicidios, que se desplazó a la casa de San Jerónimo en la que ocurrieron los hechos, y en la que estaba la presunta asesina con la vecina a la que había contado el crimen.
Una vez allí, sin que se tratara de una declaración oficial, la mujer relató a los policías lo que había hecho. Fue detenida como presunta autora de un delito de asesinato, al entender la Policía que el bebé no tuvo ninguna posibilidad de defenderse por su corta edad. Por el momento, el juzgado de Instrucción 8 de Sevilla, que se encarga de la causa al estar de guardia de incidencias el 27 de julio, el día que murió el bebé. Este juzgado envió a prisión provisional a la madre del bebé el 2 de agosto. Aunque judicialmente en un primer momento se le imputa un delito de homicidio, esta calificación puede variar en función del avance de la instrucción.
Tras esta primera confesión espontánea, la mujer prestó luego declaración ante la Policía, acompañada por una abogada. En esta comparecencia, admitió de nuevo el crimen en los mismos términos que había contado la primera vez y dio algunos detalles más, como que el golpe fue asestado con la mano izquierda (ella es zurda) en el lado derecho de la cabeza del menor, así como que luego fue apretándole el cuello de menos a más y que el bebé pataleaba pero fue dejando de hacerlo a medida que ella incrementaba la presión. Así estuvo unos diez minutos.
Además, dijo que había bebido dos litros de cerveza, que no estaba acostumbrada a beber, que a veces estaba cansada psicológicamente por hacerse cargo todo el tiempo de su hijo de corta edad, que después de matar al niño llamó a su marido informándole de que éste no reaccionaba y que el marido le dijo que lo llevara urgentemente al médico. Lo que hizo ella fue avisar a una vecina, que a su vez llamó al teléfono 112 avisando de la situación, si bien esta mujer no llegó a ver al bebé. Cuando llegaron los sanitarios, éstos encontraron al niño frío y con los labios morados, señal de que había pasado ya un tiempo desde la agresión hasta la asistencia médica. Aún así, el niño fue trasladado en ambulancia hasta el Hospital Virgen del Rocío, donde finalmente se certificó la defunción.
El avance de la autopsia reveló un hematoma y una hemorragia internos compatibles con el golpe asestado al menor. Los investigadores están a la espera de los resultados de una serie de pruebas que se le practicaron al bebé, para averiguar si la causa de la muerte fue el golpe o la asfixia.
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