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"El lugar adecuado para exponer el Carambolo es el Arqueológico"

Benito Navarrete. Historiador del Arte

Personaje que nunca pasa inadvertido, acaba de regresar a su plaza de profesor universitario tras cuatro años de intensa actividad de gestión y política cultural en el gobierno de Zoido.

"El lugar adecuado para exponer el Carambolo es el Arqueológico"
Luis Sánchez-Moliní

07 de junio 2015 - 05:03

Benito Navarrete, como cualquier persona, tiene un carácter poliédrico: un día nos lo encontramos por la calle Sierpes despotricando de las miserias de lo humano y otro lo vemos sentado junto a los mayores expertos en Velázquez con gesto y compostura académica. Los que saben del asunto dicen de él que es uno de los historiadores del Arte más brillantes de la nueva hornada, pero a este jerezano educado en la Universidad de Sevilla le gustan los cantos de sirenas de la vida y por eso lo mismo lo vemos dirigir una sala de subastas que zambullirse sin manguitos en los meandros traicioneros de la política. Acaba de terminar con cuatro años de intensa actividad como director de Infraestructuras Culturales del gobierno Zoido y, aunque en ningún momento lo reconoce, se le notan las cicatrices: una sonrisa doliente y un discurso excesivamente amable denotan que nadie sale indemne de la experiencia política. Como herencia deja la ordenación del riquísimo patrimonio histórico de Sevilla y la revalorización del casco norte y del mudéjar como partes irrenunciables del pasado de la ciudad. Ahora, dice que quiere volver a su torre de marfil en la Universidad de Alcalá de Henares... Nos lo volveremos a encontrar en el camino, al tiempo.

-Fin de etapa. Después de cuatro años dedicado a la política y la gestión cultural municipal con el gobierno de Zoido vuelve a su plaza de profesor en la Universidad de Alcalá de Henares. Me da la sensación de que se va con un sabor agridulce.

-La experiencia ha sido muy positiva y me voy con la conciencia tranquila, porque hemos hecho una política cultural diferente a la que se suele hacer y hemos contado con el apoyo del alcalde y de María del Mar Sánchez Estrella. Es verdad que me gustaría haber dejado un equipo de personas que continuase la labor de reordenación de las colecciones municipales y la visualización del patrimonio del Ayuntamiento de cara a los profesionales y los ciudadanos, pero...

-¿Piensa que ha habido demasiado castigo a Zoido en las pasadas elecciones?

-Sinceramente, creo que sí. Zoido ha sido un alcalde que ha dado mucho a la ciudad y no merecía un castigo tan duro.

-Creo que fue Balzac el que dijo que la política es una conspiración continua. ¿Está usted de acuerdo?

-Totalmente: la política es una conspiración continua. Durante estos cuatro años la he conocido bien y ha sido una experiencia bonita, pero me siento mejor en mi mundo académico, con mis libros. La sobreexposición te puede achicharrar...

-Aunque es de Jerez de la Frontera, usted estudió la carrera de Historia del Arte en Sevilla y su relación con la ciudad, incluso antes de su labor política, ha sido continua y profunda. ¿Qué le parece la ciudad?

-Sevilla es una ciudad de la que tienes que aprender a defenderte. Probablemente es una de las urbes más hermosas del mundo, pero te encumbra y te hunde en pocos segundos. Con Sevilla tengo una relación de amor, pero me da miedo. Por ejemplo, no me gustan nada esos debates estériles y absurdos que no conducen a nada y que se suscitan continuamente. Estoy muy agradecido con lo que me ha dado Sevilla, pero no viviría toda mi vida aquí. Ahora deseo volver a Madrid y vivir en el extranjero.

-Ya se ha reincorporado a su plaza en la Universidad de Alcalá de Henares. Una curiosidad, ¿por qué no es usted profesor de la Universidad de Sevilla?

-Siempre deseé ser profesor en Sevilla pero, cuando me presenté a una plaza de asociado en 1995, no lo conseguí. Mi destino estuvo en Alcalá de Henares.

-Usted fue el discípulo dilecto del ya fallecido Alfonso Pérez Sánchez, que fue director del Museo del Prado y uno de los historiadores del Arte más importantes de España. ¿Qué guarda de él?

-Alfonso Pérez Sánchez es la persona a la que debo gran parte de lo que soy. Sentí una gran admiración por él y me enseñó a ver la pintura, a conocer el fascinante mundo del dibujo. Precisamente el proyecto que voy a hacer ahora con la Fundación Mapfre es el estudio de los dibujos españoles de la Galería de los Uffizi, en Florencia, con lo que reviviré el trabajo de Pérez Sánchez de 1972, una de sus primeras iniciativas de juventud. Para mí es un verdadero honor, una forma de seguir sus pasos una vez más. Alfonso Pérez Sánchez no fue sólo un modelo académico, sino sobre todo un modelo humano. Él es para mí una guía de comportamiento y muchas veces, cuando me enfrento a algún problema, me pregunto qué es lo que hubiese hecho él.

-¿Volverá a la política?

-La experiencia ha sido suficiente como para conocer qué es la política por dentro. Sinceramente, no desearía volver.

-De usted dicen que es un brillante historiador del Arte, pero que se dispersa en muchas otras cosas que interrumpen su carrera académica. La política, la empresa privada... le va mucho el mundanal ruido, ¿no?

-Soy una persona hiperactiva, inquieta, pero ahora quiero volver a la búsqueda del conocimiento para hacer Historia del Arte de otra forma, conocer a los artistas desde una óptica más cultural y filosófica.

-De la política cultural que ustedes han llevado a cabo en el Ayuntamiento, mucha gente critica el reducido apoyo a las artes escénicas, quizás el sector más cuidado en la era de Juan Carlos Marset.

-Puedo entender las críticas, pero sinceramente creo que la presencia de las artes escénicas en los presupuestos municipales era excesiva.

-A cambio se ha avanzado mucho en el ámbito del patrimonio histórico.

-Hemos realizado buenos proyectos de producción propia que han sido muy positivos. Se han ordenado las colecciones municipales, se han realizado exposiciones temporales asociadas a la identidad de un espacio como Santa Clara que le han dado prestigio a nivel nacional. Es muy importante resaltar que han sido proyectos realizados por los funcionarios del ICAS, que antes se dedicaban simplemente a tramitar expedientes de subvenciones para las artes escénicas. Dicho esto, creo que la labor de José Lucas Chaves ha sido muy positiva y que se ha potenciado mucho el Festival de Cine, el Festival de Música Antigua (Femás) y la Bienal de Flamenco. Y todo sin dejar ningún déficit, porque cuando llegamos había una deuda de 1,7 millones de euros. Ahora está todo completamente saneado, un mérito de Sánchez Estrella, que es la que diseñaba los presupuestos.

-Uno de los momentos críticos de su relación con sus compañeros de camino en la Delegación de Cultura fue el abortado proyecto de exponer el Tesoro del Carambolo en el Ayuntamiento, una apuesta del Gobierno municipal que se quedó en nada. Usted no era partidario.

-Sobre este tema tengo que decir lo mismo que decía en tiempos de Monteseirín: el lugar adecuado para exponer el Tesoro del Carambolo es el Museo Arqueológico, que es donde se reúnen todas las condiciones patrimoniales. Éste es un criterio técnico compartido por todos los miembros de la Comisión de Bienes Muebles del Consejo Andaluz de Patrimonio. Tomamos la decisión en función de unos informes y poco más tengo que decir. Mi papel como cargo municipal era bastante complicado y por eso, en la última reunión, decidí abstenerme independientemente de mis convicciones.

-Muchos piensan, yo también, que el proyecto Murillo 2017 fue un as en la manga que se sacó Zoido, muy bien asesorado por usted, ante la inminencia de las elecciones y la falta de iniciativas que venderle a los votantes.

-Efectivamente, yo le asesoré y es cierto que aún está en un estado muy embrionario. Para que el proyecto madure necesita el apoyo de la Junta de Andalucía y del Estado. Por lo pronto ya está hablado con los técnicos y conservadores del Museo de Bellas Artes, institución de titularidad estatal y gestión autonómica, donde se encuentra el grueso de la obra de Murillo. Ahora tienen que convencer a los responsables políticos. El próximo alcalde, sea quien sea, debe ponerse al frente y decidir cómo lo quiere hacer y con qué personas quiere contar.

-Uno de los logros del actual Ayuntamiento ha sido el buen uso del Convento de Santa Clara, espacio que ya ha adquirido una gran presencia en la vida cultural de la ciudad. Sin embargo, todavía quedan dos tercios del inmueble por restaurar.

-Ahora, en julio, se acabará la restauración del refectorio alto, por lo que la parte expositiva crecerá considerablemente. La intervención se ha hecho con todos los controles de humedad relativa, climatización y un montacargas que permite subir obras de arte e instrumentos musicales. Santa Clara se va a convertir en un referente patrimonial. Lo único que pido es que la persona que se haga cargo ahora de los temas de patrimonio en el nuevo Ayuntamiento sea un profesional del sector y que lo haga con la misma pasión que yo.

-Ya ha comentado su satisfacción por haber puesto orden en el hasta ahora olvidado patrimonio histórico municipal, un gran desconocido para muchos ciudadanos.

-Sí, es un gran desconocido. En gran medida, las colecciones municipales se deben a la labor de José Gestoso en el siglo XIX, cuando se creó el Museo Municipal. Después se han ido enriqueciendo con donaciones y compras hasta que Collantes de Terán hizo la primera ordenación. No hay un Ayuntamiento en España que tenga un patrimonio histórico como el de Sevilla, como demuestra el libro que coordinamos entre Marcos Fernández y yo, Patrimonium Hispalense. En esta labor de ordenación, estudio, catalogación y difusión ha intervenido un equipo de profesionales muy amplio y ambicioso, personas que pertenecían a distintas administraciones. De hecho, Patrimonium Hispalense es un ejemplo de lo que se puede hacer cuando las administaciones se unen. Todo, insisto, ha sido con producción propia. Ahora hace falta un personal profesional, un cuerpo de conservadores que sepa gestionar este enorme patrimonio: carteles de fiesta de primavera, colección arqueológica, esculturas, colección de los Montpensier, pintura que llegó con la desamortización, obras donadas como La imposición de la Casulla a San Ildefonso de Velázquez...

-Ya sé que eso no era de su responsabilidad, pero me gustaría conocer su opinión sobre el retraso que sufre la ampliación del Museo de Bellas Artes, un proyecto que colea desde los tiempos en los que Carmen Calvo era ministra de Cultura.

-El único responsable de la ampliación del Museo de Bellas Artes y, sobre todo, de la situación lamentable en la que se encuentra el Museo Arqueológico es el Estado, que es el titular de los inmuebles. A mí me gustaría que el Estado apostase por estos museos como ha apostado por la Aduana de Málaga, que se inaugurará en unos meses.

-Dígame un proyecto importante que quede por hacer en Sevilla.

-Crear ese cuerpo de conservadores del que hablamos antes y acometer la restauración integral de Santa Clara, especialmente la iglesia... Es muy importante que se intervenga en la iglesia. En general creo que es interesante seguir con la línea de crear colecciones museográficas rehabilitando espacios patrimoniales. Patrimonium Hispalense es un proyecto vivo y dinámico. Por ejemplo, estoy pensando en la colección de monedas, el Monetario de Mateos Gago, que se podría exhibir en la Casa de la Moneda el día que se pueda rehabilitar.

-¿Es muy rico el monetario?

-La colección, compuesta por 8.220 piezas, la está estudiando la catedrática de Numismática Francisca Chaves Tristán y es una de las más importantes y singulares de España. Las medallas de la colección las ha analizado Vicente Lleó.

-Ya ha mencionado su proyecto concreto de estudiar el dibujo español en los Uffizi, pero ¿cuál va a ser su apuesta como investigador a largo plazo?

-Me quiero dedicar a estudiar las figuras de Velázquez y Alonso Cano de forma transversal, como herederos de la tradición clásica. Quiero estudiar sus obras desde el punto de vista no sólo formal, sino como parte de una tradición artística, filosófica e iconográfica; intentar acercarme a estos dos artistas a través de la cultura de su tiempo. Me gustaría que éste fuese el proyecto que me llevase a la cátedra en la Universidad.

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