Una lucha entre la realidad y el deseo
calle rioja
Tributo. Manuela Carmena y Cristina Almeida, pioneras de los despachos laboralistas, emocionan al auditorio de la Facultad de Derecho en su reconocimiento a Aurora León
En el quinto centenario de la Facultad de Derecho de Sevilla, la institución vivió ayer uno de los momentos más brillantes. Un ámbito presumiblemente tradicional y conservador como el Derecho se convirtió en una herramienta para la transformación de la sociedad y la defensa de los derechos de los trabajadores.
Ésa fue la génesis de los despachos laboralistas. Un invento de las abogadas laboralistas "porque nuestros compañeros tenían que hacer unas milis tremendas, largas, en condiciones a veces muy duras". Lo dijo en la Facultad de Derecho Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid y amiga de Aurora León, objeto de un cálido homenaje de sus amigos, familiares y clientes. Ellas dos con Cristina Almeida formaron un tríptico de testimonios que los allí presentes tardarán mucho tiempo en olvidar.
Carmena vino desde Madrid, en plena tolvanera política, y Almeida cogió cuatro aviones desde Ibiza. Dos mujeres marcadas por una fecha, 24 de enero 1977, cuando dos matarifes de extrema derecha asesinaron a cuatro abogados y un estudiante en el bufete de Atocha. Un crimen que en contra de los planes de sus autores aceleró el proceso de descomposición del posfranquismo y, en palabras de Santiago Fernández-Viagas, sirvió, aunque con la más cara de las facturas, para dar a conocer el trabajo de los despachos laboralistas.
Alfonso Castro, decano de la Facultad de Derecho, presidió el acto y leyó un texto de adhesión de la antigua alumna Susana Díaz Pacheco, presidenta de la Junta, que se cayó del cartel por una inoportuna gripe. El decano parecía George Cukor entre tantas mujeres. En la imaginaria película, basada en hechos reales, Cristina Almeida sería una de las ocupantes del Seat 600 que conducía Manuela Carmena.
"A veces se nos olvida lo importante que es admirar, un acto extraordinario que nos llena de fuerza". Manuela Carmena admira a Aurora León, la primera mujer que abrió un despacho laboralista en Sevilla, en el Cerro del Águila. Carmena evocó su primer día en la Facultad. "Había elegido el vestido, los zapatos. Vi en la puerta gente que leía poemas de Luis Cernuda. Yo no sabía quién era Cernuda". El poeta del 27 estudió Derecho. La historia de los despachos laboralistas es la dialéctica de la realidad y el deseo. La realidad del mundo del trabajo de los años setenta; también el de ahora con la precariedad y el uso fraudulento de la contratación temporal. Y el deseo de los despachos laboralistas por asesorar a los trabajadores. Y a los presos, asunto en el que se especializó Cristina Almeida. La extremeña no se encontró con Cernuda. "Yo venía de Antoñita la Fantástica y Celia y Cuchifritín y veía a todo el mundo con La rebelión de las masas de Ortega".
Moderó el catedrático de Derecho del Trabajo Antonio Ojeda Avilés, hablaron sus colegas Antonio Baylos y Juan Gorelli y el abogado Santiago Fernández-Viagas, hijo del juez que fue el primer presidente de la Junta de Andalucía. Paco Acosta, del proceso 1001, le presentó a la primera abogada laboralista Aurora León a la primera conductora de Tussam, Concepción Rosado. Los ex alcaldes de Sevilla y Córdoba, Manuel del Valle y Rosa Aguilar, consejera de Justicia, charlaron con la alcaldesa de Madrid. La mesa tardó hora y media en citar el despacho de Capitán Vigueras donde trabajó Felipe González.
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