Vestida de sol con la luna por pedestal
Coronación de la Virgen de los Ángeles
El arzobispo de Sevilla presidió la coronación pontificia de la Virgen de los Ángeles l Tuvo lugar un mes después del Jueves Santo que la hermandad no pudo salir por la granizada
Una historia del siglo XIV regada con la fe del siglo XXI. La hermandad de los Negritos la fundó el arzobispo Gonzalo de Mena en 1393 para acoger a los negros en la capilla del hospital de los Ángeles. El fundador está enterrado en una de las capillas de la Catedral de Sevilla, a escasos metros de la nave situada entre el Altar del Jubileo y el túmulo de Colón donde ayer tuvo lugar la coronación pontificia de Nuestra Señora de los Ángeles, titular de la hermandad de los Negritos. En una mañana luminosa, fue el más hermoso desagravio justo un mes después del Jueves Santo que la lluvia y la granizada dejaron la cofradía en su templo.
Una ceremonia sencilla y solemne, como el propio carisma de la Virgen María, instituida como reina por Pío XII en 1954 por ser madre del “rey de reyes”. En la lectura del Apocalipsis aparecía la madre de Dios, esa mujer vestida de sol con la luna por pedestal coronada por doce estrellas. La corona de la Virgen de los Negritos la llevaron en andas las clarisas del convento de Santa María de Jesús, madrinas de la coronación. Se la colocó el arzobispo, Juan José Asenjo, que por tradición es hermano mayor efectivo de los Negritos. En esta coronación de una Virgen de Sevilla, la vigésima, es la primera vez que la corona el hermano mayor por la doble condición del titular de la diócesis. En la firma posterior, además del arzobispo, el director espiritual y párroco de San Roque, Ramón Darío Valdivia, y el delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, Marcelino Manzano, firmaron dos alcaldes: el de la ciudad, Juan Espadas, y el alcalde de los Negritos, Felipe Guerra, que tiene ese rango para distinguirlo del que asume el arzobispo de Sevilla.
Un obispo africano, el guineano Robert Sarah, Prefecto para la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que recientemente estuvo de visita en Sevilla, firmó en el Vaticano el decreto que autoriza la coronación pontificia de la Virgen de los Negritos. Una historia que empezó hace tres años con la visita al palacio Arzobispal del alcalde de la cofradía. “Le pedí”, recordó Monseñor Asenjo, “que el acontecimiento tuviera un marchamo espiritual y que fueran moderados en los gastos”. Mostró su satisfacción porque se hubieran cumplido ambos extremos en una cofradía que ha dedicado su acción social a un centro de Religiosas Adoratrices que acogen a mujeres latinoamericanas y africanas atrapadas en las redes de la trata “por hombres y mujeres sin escrúpulos”.
La ceremonia tuvo el complemento perfecto de la música. Temas de Bach, Mozart y el Aleluya de Haendel a cargo de la Orquesta Sinfónica de Triana, dirigida por Manuel Alejandro González Cruz, el Quini de Triana, acompañado por los coros Ángel de Urcelay, dirigido por el ex seise Felipe López, y de Molviedro, con los solistas Maite Salgueiro, soprano, José Carrión, contratenor, Daniel Morales, tenor, y David Lagares, barítono.
La corona fue diseñada por Juan Miguel Sánchez, autor del palio de la Virgen, remozada para la ocasión por 1.200 piedras preciosas. Por la tarde, la imagen regresó a su parroquia, el itinerario que no pudo realizar hace un mes. Asenjo espera que no sea “flor de un día que al día siguiente se marchita. Un gran teatro, una gran comedia que después no tiene repercusiones en nuestra vida cotidiana”.
Los Negritos ronda los tres mil hermanos. El antropólogo Isidoro Moreno es el número 17 y uno de los principales difusores de la historia de una hermandad que nació con el nombre de los Reyes “por los Reyes Magos” porque había un rey negro que legitimaba esa denominación por el fin social de la misma. También estaba el doctor José Pérez Bernal, 55 años de vinculación a la hermandad de quien fue rey blanco (Melchor) en la Cabalgata del Ateneo.
El alcalde de Sevilla felicitó al de Los Negritos y abrazó al párroco de San Roque. Larga cola para fotografiarse junto a la Virgen de los Ángeles. Entre ellos, un africano, un carmelita de Burkina Faso. La marcha Virgen de los Negritos, de Pedro Morales, empieza con los acordes de Angelitos Negros de Antonio Machín. Juan Gualberto, hermano del cantante cubano, perteneció a la cofradía y una sobrina fue camarera.
A la ceremonia asistieron los pregoneros de la Semana Santa Carlos Colón y Charo Padilla, situados a dos pasos del atril donde el director de la Orquesta Sinfónica de Triana evocaba una fe con notas de Bach, Mozart y Haendel y una plegaria a Nuestra Señora de los Ángeles que se atribuye a San Francisco de Asís. En el programa de mano, se incluía la Salve de la Coronación que compuso Alex Ortiz.
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